//¿Temor o justicia?//

500 40 38
                                    

- Quiero que me digan, ¿Quién de ustedes, malditos incompetentes, dejó que Charlie Miller estuviera en la junta?- Clemencia Rhein, con casi 29 años de servir a la comunidad como parte del juzgado, claramente conoce el desastre ocurrido durante el caso Rifkin. Incluso estuvo invitada a analizar las pruebas junto con a los adolescentes detalladamente, pero tal vez sea la única jueza con estudios que valieron la pena, sobretodo en ética, dando por negado el querer participar en un embrollo tan ajeno como ese; y por ende aún sigue siendo la jueza más justa en esa fiscalía, siempre llevando por encima el bien a su parecer y no a la corrupción que escribió la ley.

- No somos incompetentes, Clemmie- reclamó Javier Fawcett, otro en su poder de abogado, claro, con más añoranzas de apoyar lo que venga a su conveniencia; a causa de ello, es probablemente un contrincante de la mujer, para reducirlo, digamos que ella nunca contaría con la palabra ese hombre en algún caso.- Solo queríamos probar cuan control tiene esa chica ah...- arrugó la cara tratando de encontrar el nombre tantas veces mencionado.

- Sin importar como se llame, señor Fawcett- interpuso formalmente- Considero que es parte de un montón de inútiles, el relacionar lo profesional con lo sentimental- nadie tendría objeción a eso, si hasta está escrito en algún artículo- Y Elena, está totalmente vinculada a lo sentimental con ese hombre, pues por si lo olvidan, es su padre.- decididamente en pie, estaba por darle una reprobación a quienes hubieran tenido que ver en eso.
¿De verdad estaba tan dispuesta a ponerse en contra de toda la sala? No hay que pensar mucho como para saber que al menos el 90% de personas allí lo sabían, capaz no traían mala intención, y eso era lo que más le molestaba a la jueza, su falta de profesionalismo al no detenerse, pensando mejor en consecuencias que traería cualquier desliz.
Todos en completo silencio, permanecieron con la cabeza gacha, algunos queriendo tomar sus cosas y salir corriendo para huir de los fulminantes ojos que traía Rhein. Quienes se daban el lujo de pensar un poco mejor, preguntándose en por qué le preocupaba tanto mantener mentalmente bien a la joven Miller; si nunca habían intercambiado nada más que el consejo dado por Clemencia la vez anterior que se reunieron, tampoco había permanecido cerca de la muchacha, ahora ni antes, cuando el pálidejo rostro de Elena se dio a conocer con todo y su legado familiar ante ellos. Pero de esa duda no habría mucha explicación que sacar, ya que nadie iba a preguntarle públicamente a la mujer por su disimulado apego a Elena, y si preguntaban, su respuesta (verdadera por mayoría) estaba basada en el interés que despertó la joven en todos, obviamente sobrepasando en personas cuyo trabajo iba de la mano con la justicia. Simplemente se le hacía lista, una chica a la que habría que ponerle bastante cuidado y no por miedo, sino por admiración a la osadía que caracterizaba en ella.

Clemmie deseó haber podido darles un regaño como merecían, lastima que llegó la interrupción ambulante (ese nombre lo adaptaron a espaldas del hombre), apareciendo sutilmente por la puerta, pretendiendo que nadie notara el gran ruido y luz que dejó entrar, Neal Logiudice, casi de puntillas, se hizo el sorprendido al toparse con semejante junta, abriendo la boca por fin;

- Cielos- Soltó alzando las cejas, tratando de no dirigirse a nadie directamente- ¿Forman un plan contra mí o...?- bromeó por si hacía falta calmar el tenso ambiente.

- Que bueno que llegas- Joanna se le acercó, dirigiendolo a un asiento desocupado- Te perdiste de ver la gran disciplina que ha desarrollado tu chica.- alzó la voz asegurandose de ser escuchada por todos, cambiando de tema en un segundo.

- ¿Mi chica?- acomodándose la corbata, dudaba de a quien se refería, no podría pensar en algo romántico tal cual, si el pobre hombre no socializaba con más mujeres de las que se topaba en la oficina. Sobretodo con quien luego de ubicarse al tanto, le cayó la razón de que era Elena la que se mantenía en mente de todos en la sala- Aah- hizo un divertido gesto- Ayúdame a comprender el extraño modo tuyo de decir las cosas, Joa. ¿Crees que Jacob Barber si lo entendería?

•Secreto Criminal• //Jacob Barber//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora