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—¡Chan cómo se te ocurr-

Dios, no sabía que hacer, le dolía mucho la espalda y no tenía dinero, además lo ayudó a relajarse.

—No me refiero a eso. ¡Cómo lo dejas salir completamente ebrio a esta hora! ¡Puedo haberle pasado algo en la calle! ¡Ahora está en mi casa diciendo cualquier cosa! ¿Qué hago? —habló exaltado mientras veía de reojo a Hwang tratando de meter una manzana al microondas.

¡No me di cuenta! ¡Fui a por vendas a la casa de Felix y regrese! ¡No me tarde más de quince minutos! Además que lo deje casi dormido. —respondió el mayor escuchando un suspiro de la otra línea. —Cuídalo por esta noche.

—Chan, ven por é-

Ha estado toda la tarde preguntando por ti, si me lo llevo a su casa y me voy después, él volverá a ir contigo así que es mejor que lo dejes quedarse allí. —aconsejó mientras Min pasaba su mano libre por su rostro. —No es como si fuera la primera vez que pasan una noche juntos.

—Pues con él ebrio si que va a ser la primera y las más larga noche de mi vida. —resopló. —Bien, me hago cargo pero mañana te lo llevas temprano.

¿Te he dicho alguna vez que eres mi favorito?

—No me mientas porque sé bien que es Felix. —habló escuchando la reconocible risa de Bang. —Te veo mañana.

En cuanto colgó la llamada tomó aire, pues no era para nada la forma en la que se esperaba ver Hyunjin después de su discusión, pero trataría de restarle importancia debido que estaba seguro que Hwang no era capaz de pensar con claridad.

—Hyunjin, quédate aquí sentado. —ordenó sentando al mayor en el sofá, quien solo miraba a distintos detalles de la sala. —Voy a traer algo. ¿Lo entiendes? No puedes moverte de aquí, está prohibido.

—¿Por quién?

—Por mí, así que hazme caso. —respondió.

Una vez que sacó del baño las cosas necesarias con rapidez, debido a que no tenía un mínimo de confianza en dejar a Hwang sin supervisión, se encaminó hacia donde estaba, aliviado de que hubiera obedecido.

Después de sacar un pequeño pedazo de algodón y vertir una cantidad apropiada de alcohol en él, lo pasó con delicadeza por la mejilla de Hwang donde había un rasguño, acto que lo hizo quejarse al instante.

—Arde. —se quejó cerrando los ojos.

—Solo no te muevas. ¿Si? Es normal que te duela. —mientras volvía a repetir su acción, sintió su mano libre ser tomada por el mayor, acto que lo hizo detenerse unos segundos pero lo dejó pasar. —Aprieta mi mano si te duele mucho

—¿Me das un beso? —aquella pregunta hizo tensar al menor por la manera tan natural en que lo dijo, obviamente por estar ebrio y no pensar correctamente.

—No.

—¿Estás molesto conmigo?

—Sí. —a pesar de saber el estado de Hwang, tenía en cuenta que no era capaz de razonar por lo que responderle con la verdad no tenía nada de malo. —Y mucho.

—¿Me perdonas? —por alguna razón se veía adorable a los ojos del castaño, tonto pero adorablemente infenso. —¿Por qué estás molesto conmigo?

—Me preocupaste, eres un tonto. —suspiró tratando de mantenerse concentrado en lo que hacía, ignorando tener a Hwang tan cerca de su rostro otra vez. —Estuve preocupado por ti todo el día pensando en que te había pasado algo mucho peor, encima sales de tu casa a esta hora y de esa manera, pudiste sufrir un accidente en la calle y más encima no estás abrigado cuando estuvo lloviendo. ¿Cómo no voy a estar molesto contigo?

No me gusta, hyung || HyunminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora