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Seungmin sintió la fría pared de la cocina chocar contra su espalda, acto que claramente lo alarmó pero mucho más aún cuando sintió la respiración de Hyunjin chocarse contra la suya.

La poca distancia que existía entre ambos chicos hacia posible que Min persibiera que el contrario estaba ebrio aunque ya tuviera el total conocimiento de ello, y con tan solo el hecho de sentir como el mayor hizo presión en sus manos, cuales estaban apegadas hacia la misma pared, no pudo evitar cerrar los ojos.

¿Por qué no era capaz de pronunciar ni una sola palabra para detenerlo?

Seungmin sintió como su ritmo cardíaco aumentaba a la par como el olor alcohol se sentía cada vez más en sus labios.

Cuando creyó que lo esperado estaba apuntó de ocurrir, Hwang lo sorprendió con algo que ni siquiera se imaginaba.

—¿Por qué eres tan malditamente lindo?

La presencia de la voz aparentemente ronca de Hyunjin hizo que el castaño abriera los ojos, acto del cual se arrepintió segundos después al notar que ambos estaban mas cerca de lo que imaginaba, hasta podía llegar a admirar el pequeño lunar que poseía el contrario debajo de su ojo derecho.

—¿Q-qué?

—Porque no lo entiendes. -—el menor observó la cabeza de Hwang bajar hasta su pecho, colocándola allí, ocasionando que su respiración se calmara poco a poco.

Por un momento se preocupó en que el pelinegro pudiera escuchar los latidos de su corazón, estaban realmente acelerados.

—Hyun-Hyunjin, ¿Qué haces?

—¿Acaso no soy obvio? —las palabras del muchacho eran milagrosamente entendidas para Seungmin, ya que el tono de voz del más alto había cambiado debido al alcohol.

—¿Obvio? —el castaño soltó un leve quejido al sentir un leve golpe en su hombro.

—Te odio tanto. —una de las manos de Hyunjin bajaron de la pared para darle leves golpes al contrario. —Eres tan adorable.

—No entiendo a lo que te refieres.

—Sí, como la mayoría de personas. —Changbin atravesó la puerta de la cocina. —No le hagas caso Seungmin, está ebrio.

—Sí pero...

—No importa lo que te haya dicho, cuando el alcohol se apodera de ti dices y haces cosas sin sentido, como lo está haciendo ahora. —Changbin se tomó el tiempo de dejar su lata en una mesa para luego tomar a Hwang por el brazo. —Lo llevaré a dormir, avísale a Chan que usaré su habitación.

El castaño solo atinó a asentir viendo como ambos cruzaban la puerta de la cocina, colocó una mano en su pecho para intentar calmar su respiración, no podía salir así enfrente de todos para luego ser interrogado, pero aun así esa era la menor de sus preocupaciones.

No supo en que momento, pero en su mente se repetían una y otra vez la perfecta imagen de cada facción del más alto cerca a su rostro. Desde su cabello hecho un desastre que caia sobre su frente, hasta sus rosados, espojosos y malditos labios que Seungmin comenzaba a odiar por imaginarse que sabrían a alcohol.

Seguramente era porque todo había ocurrido muy rápido, y ahora su mente quería procesar todo ¿cierto?

O quizás, solo quizás, le había gustado  esa experiencia que su mente no le permitía olvidarla ya que muy al fondo de el mismo anhelaba que aquella situación se repitiera alguna vez.

O quizás, solo quizás, le había gustado  esa experiencia que su mente no le permitía olvidarla ya que muy al fondo de el mismo anhelaba que aquella situación se repitiera alguna vez

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No me gusta, hyung || HyunminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora