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Un mes más tarde, Seo Changbin había logrado al fin traer a su hermana de vuelta para poder presentarle a su familia a Lee Felix, aquella dulce y resplandeciente persona que había robado su corazón.

A veces veía a Félix tan radiante y deslumbrante que se sentía pequeño en comparación, las discusiones que habían tenido alguna vez no se debían ni más ni menos por la preocupación del pecoso del estado de su novio, quien había decidido rotundamente dejar los estúpidos estudios de algo a lo que no quería dedicarse, para por fin seguir sus sueños los cuales Lee Felix siempre había apoyado.

—Estoy feliz, pero nervioso. —habló Felix por las miradas de la servidumbre de Seo, personas la cual estaba preocupada por él debido al gran cariño que le habían tomado. —Me pasé mucho tiempo arreglándome porque no sabía que ponerme para algo así.

—No tienes por qué estar nervioso, yo estoy contigo. Además que te ves lindo con lo que sea. —reconfortó el mayor, sonriendo de inmediato al sentir la pequeña mano de Lix tomar la suya por abajo de la mesa. —Quiero decirte algo, Felix, no importa lo que nos digan, yo voy a permanecer siempre a tu lado.

—Me pongo más nervioso si me dices eso, pero fue lindo. —Lix miró hacia la puerta del hogar del Seo, temeroso de que fuera abierta en cualquier momento. —Si no te suelto es porque estoy a nada de huir, tengo miedo.

—Distraigámonos entonces. No te estreses. —entrelazó sus dedos. —Porque cada vez que lo haces comienzas a hablar en inglés, y no te entiendo.

—Lo sé.

—A veces me siento mal por eso, aprendiste coreano y aún te cuesta, siento que no saber inglés me hace perderme una parte importante de ti. —confesó atrayendo la mirada del rubio. —Prometo esforzarme en esto, sé que no he estado contigo por mucho tiempo y no te pongo tanta atención como en muchas relaciones bonitas, pero de ahora en adelante prometo hacerlo. No pienso ocultar más esto. Quiero sentirme libre en expresarme.

—¿Sabes? No es necesario tener una relación como todas las demás. Es decir, el saber que estás saliendo conmigo y que me amas es suficiente, no necesito ser adorado ni acompañado todo el tiempo. —admitió con una pequeña sonrisa. —Es el encanto que le hallo a esto, no somos una pareja ordinaria y eso me gusta. Somos diferentes.

El puro y sincero corazón de Lee Felix, era realmente envidiado por su pareja, sin dudas jamás dejaría de sorprenderlo y asombrarlo con lo maravilloso que era. Nunca jamás.

En cuanto escucharon la puerta principal abrirse, el ambiente de tranquilidad tanto como sus sonrisas se borraron, así como toda la servidumbre de la familia Seo comenzó a moverse de un lugar a otro dejando de presenciar la linda escena.

Era algo extraño un detalle que el rubio se percató, la hermana mayor de Seo no caminaba de ninguna manera si no estaba detrás de su padre.

—Oh, Lee Yongbok.

Sí, su pesadilla había empezado.

—Buenas noches. —se apuró Felix, levantándose de su asiento y a la vez, soltando la mano de Bin, para luego dar las debidas muestras de respeto hacia los mayores.

Sintió la mirada de la hermana de Seo quien parecía asombrada, sin dudas ella era la más rápida percatándose de las cosas.

—Ya puedes sentarte, Haeri. —ordenó su padre, siendo rápidamente obedecido por aquella chica.

—Pensé que ibas a presentarnos a tu novia, Changbin. Estuviste insistiendo en esto por mucho tiempo, tu hermana hizo mucho para poder estar aquí. —se escuchó la voz de la mujer. —Si es así de impuntual, Dios, no me quiero imaginar ni como es.

No me gusta, hyung || HyunminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora