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Aquella sensación ya la había sentido antes y estaba seguro de ser la peor experiencia que pudo tener alguna vez. Sin embargo, allí estaba, practicando una y otra vez mentalmente las palabras correctas como lo había hecho hace mucho para su declaración hacia Seungmin.

Sin embargo aquella tarea no era tan sencilla debido a que luego de que Seo se enterará de la repentina decisión de Hwang no había dejado de dejar miles de mensajes en tu celular.

Apesar de todo, había sido capaz de mantener su celular lejos de él en todo el día o al menos intentado no abrir el chat de Changbin para no arrepentirse. Tenía en cuenta que la forma de pensar entre Chan, Woojin y Seo eran muy distintas por lo que este último nunca estaría de acuerdo con ellos o viceversa, así que si estaba decidido debería evitar cualquier contacto con Seo.

El timbre del fin de clases lo tomó por sorpresa, a diferencia del hecho de no haber prestado ningún tipo de interés a la clase y dejar su cuaderno en blanco.

—Sé que no te gusta estudiar, pero al menos debiste anotar algo. —apareció Felix por su espalda mientras el mayor guardaba sus cosas.

—Como si tú lo hicieras. —sonrió colgando su mochila en el hombro.

—Claro que lo hago.

—Es solamente porque no vino Jisung. —contradijo Seungmin mientras llegaba con una risilla de por medio, acto que hizo que la brillante sonrisa de Hwang despareciera lentamente.

—Diría que no, pero es verdad. —el australiano rió levemente mientras Hyunjin trataba de mantener su sonrisa.

—Deberías preguntarle a Minho porque no vino ¿No? —opinó el mayor de los tres a lo que el pelinaranja casi rubio ahora asintió.

—Entonces vamos, en unos quince minutos Chan nos llevará a casa de Jeongin y ahí podremos hablar. —aclaró Felix.

—¿Puedes ir a buscarlos? Tengo que hablar con Hyunjin hyung. —ambos chicos se sorprendieron por las palabras del castaño. Felix no pudo evitar darle una rápida mirada al más alto y luego aceptar.

—Seguro, iré por ellos. —no dudó en acompañar lo dicho por una pequeña sonrisa mientras se encaminaba a la salida de aquel salón aunque estuviera desconcertado. —Los veo al rato.

Al escuchar la puerta cerrarse, Hyunjin supo inmediatamente que era una mala idea. Ambos solos nuevamente, sus nervios aumentando cada vez más a la par de su ritmo cardíaco, sentir sus malditas esperanzas aparecer al escuchar lo último que dijo Seungmin y por si fuera poco, la característica sonrisa que tenía implasmada el menor como la última vez que ambos estuvieron en la misma situación.

—Y pues, ¿Empiezas tú o yo? —Kim fue el que decidió romper el hielo, sentándose en una de las pequeñas mesas que se encontraban allí.

—¿Quieres empezar tú? —Hyunjin imitó el acto de Seungmin tomando lugar en una silla.

—Está bien. —habló el menor mientras jugaba con sus piernas en el aire debido a que estas no llegaban al suelo. —Quería preguntar... o más bien pedir un consejo. —admitió. —Hoy iremos a casa de Innie así que pensé que sería buena idea decírselo hoy mismo.

—¿No sería mejor que lo hicieras en un lugar privado? —cuestionó algo incómodo. —Digo, estaremos todos allí.

—Lo sé y por eso quería decirte si podrías ayudarme a, ya sabes, distraer a los chicos un rato. —sonrió un poco mientras miraba sus cordones desatados para luego ver a su hyung asentir con la cabeza. —Y... ¿Puedo pedirle otra cosa?

—Adelante. —aquella palabra se escuchó más como un suspiro, las ganas que poseía para su declaración estaban prácticamente destruidas.

—¿Cómo debería pedírselo? —preguntó. —Nunca en mi vida he hecho algo así y no tengo idea de cómo empezar o que decir, o hacer. Lo quiero mucho realmente y quiero que sea especial. —el pelinegro se sintió tan identificado con esas palabras.

No me gusta, hyung || HyunminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora