No me gusta, hyung || Hyunmin

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—Sunggie, te tengo una sorpresa. —apareció Minho por la puerta, sorprendiendo a Jisung quien estaba con su celular.

—No hagas eso, me asustas. —reclamó sentándose en la camilla, acto que había logrado hace una semana atrtas.

—Lo lamento, pero es algo bueno, créeme. —aseguró con aquella radiante sonrisa mientras abría su mochila, sacando un contenedor de color azul, para luego destaparlo, dejando ver la sopa favorita de Han Jisung. —Por fin puedes ingerir algo de comida, dijeron que no sólida porque que para eso falta así que fui al restaurante y pedí tu sopa favorita, me demoré como treinta minutos pero vale la pena.

—Yo no quiero eso. —contestó haciéndose hacia atrás, pensar en tan solo ingerir de comida se le hacía repulsivo. —Tómala tú.

—Hannie, pero estás débil, necesitas comer. Prometiste que pondrías de tu parte para mejorar. —recordó viendo como el menor apartaba la mirada hacia algún lugar del suelo.

—Lo sé, pero no... no puedo, no así. —negó varias veces con la cabeza. —Llévatela.

—Jisung. —Minho apoyó una de sus manos en la pierna de Han, sintiéndose impotente al ver que, por pocos centímetros, era capaz de rodearla con solo una mano. —Por favor.

—No quiero... No quiero. No quiero. No quiero. —negó rotundamente, el hecho de actuar así frente a Lee le producía vergüenza y aún más sabiendo que se había pasado media hora para conseguir aquella comida, pero prefería humillarse a que tener que comer.  —Lo siento, Minho.

—¿Por qué no? —cuestionó, el había intentado evitar aquel tema hasta ahora, pero eso iba a cambiar. —Al menos has un intento.

—No importa cuántas veces lo intente, siempre lo voy a vomitar, aún que no lo haga a propósito. —al escuchar la quebrada voz del menor, Lee dejó aquel contenedor a un lado. —Lo he intentado, de verdad lo he inten... intetado, pero no puedo evitarlo, se siente ho-horrible.

—Hey, no te hagas daño, tranquilo. —Minho tomó las manos de Han al ver que este mismo estaba clavando sus uñas en sus brazos debido al pánico de ver comida otra vez. —No te voy a obligar, tranquilo. Te creo ¿Si? Yo creo en ti. —Minho trató de buscar la mirada de Jisung, quien estaba cabizbajo pero volvió a levantar la cabeza al ver los ojos de Lee.

—No quiero estar delgado, no quiero, no quiero. —volvió a negar repetidas veces reprimiéndose las ganas de llorar al dejarse ver de esa manera. —Pero si no bajo de pe... peso no puedo sentirme bien.

—Hannie, hagamos algo. No llores, no te voy a obligar a comerte eso, cálmate, estoy aquí para ti. —la serenidad de la voz del mayor lo ayudó a tranquilizar su respiración poco a poco. —Sé que no es un tema del cual quieras hablar, pero para ayudarte debo entenderte. Necesito algo o alguna explicación para comprenderte. Prometí estar contigo, y aquí estoy, pero no soy adivino por más que te conozca muy bien, necesito que me expliques las cosas. ¿De acuerdo? —preguntó limpiando las lágrimas de Han, quien ahora estaba apretando su mano por la ansiedad que cargaba en los hombros.

—Mamá, ella dejó a mi padre por el otro señor. —empezó a hablar con leves pausas por lo agitada de su respiración. —Mamá trabajaba con papá, lo sacó de su puesto, lo botó de casa, quise ir con papá pero no pude hacerlo. Ese señor vino a vivir conmigo y con mi madre, traté de irme y buscar a mi padre, pero al parecer vendió su celular o algo así, no contestaba las llamadas. —explicó volviendo a bajar la cabeza. —Ese señor, In Guk, es una persona bastante re-religiosa y mi mamá comenzó a seguir lo que él decía. Ella sabe lo que pasó entre Chan y Younghoon, me prohibió que fuera con ustedes porque no era correcto, no le hice caso, pero cada vez que ella se enteraba que estaba con uno de ustedes no me dejaba comer nada e-en en ese día como "penitencia" de haber pecado, así que era comer o ustedes, por lo que traté de acostumbrarme por mi cuenta a dejar de comer para estar con us.. uste-