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Eran las 3:00 de la madrugada.

La hora donde algunas personas salen a fiestas, otras reciben llamadas de sus ex parejas alcoholizadas y otras simplemente optan por dormir.

Pero ninguna de esas opciones era válida para Bang Chan, quien estaba somnoliento debido a que Hyunjin lo había llamado como una chica pre-adolescente a contarle sus historias de amor.

—¿Hyunjin? No te entiendo. —murmuró pesadamente mientras encendía la pequeña lámpara que tenía a un costado de su cama. —Habla más despacio.

¡Pero te lo acabo de contar!

Hyunjin, no he dormido. —Chan se levantó de su cama para lavarse el rostro. —No grites.

Okey, perdón. —el menor se acomodó en su sofá abrazando una almohada con emoción. —Activa tu cámara Chan. Me siento solo.

No creo a quieras verme ahora.

Te he visto dormido, no puede ser tan malo.

Lo próximo que observó fue como la pantalla de su celular mostraba a un australiano con toda su cabellera gris despeinada y los ojos entreabiertos, no tenía playera puesta y la luz blanca de fondo contrastaba con su pálida piel.

—¿Disfrutando de la vista, Jinnie? —Chan levantó una ceja al notar que Hyunjin se había quedado perplejo.

No seas estúpido. —el contrario soltó una risa por su rostro de incomodidad. —Solo no entiendo que haces casi desnudo en un baño. —esta vez fue Hyunjin quién levantó una ceja.

—¡No lo malpienses! —Chris escuchó la típica risa pegadiza de Hyunjin. —Yo duermo sin camiseta y lo sabes, aparte tuve que lavarme la cara para no domirme.

No lo había malpensado pero bueno.

—¿Me contarás o no?

¡Si! —Hwang dejó su cámara apoyada en un lugar.

Comenzó a contarle todo lo que había pasado esa tarde muy detalladamente. Desde el incidente cuando Min llegó, cuando él se estaba muriendo internamente al estrechar las manos con él hasta cuando el pelirrojo se resfrío por comer mucho helado.

Oh, god. —Chris ya estaba tan emocionado como el menor. —¿Lo abrazaste? ¿Le diste tu polera? ¿Lo llevaste hasta su casa?

No, Sí y no. —Hwang abrazaba su almohada de Micky Mouse con muchas fuerzas. —Quise ofrecerle a llevarlo hasta su casa pero no tengo auto y él iba a ir caminando así que sería algo sospechoso que lo acompañe.

—Bien pensado. —el mayor se tiró en su cama. —Nunca pensé que fueras tan astuto.

¿Qué?

—Tiene tu polera, Jinnie. Eso significa que va a tener que devolvertela. —le guiñó un ojo.

Oh, ¿En serio? —el peligris asintió. —Tu tienes muchos abrigos de Younghoon hyung y nunca se los devuelves.

—Eso es muy distinto. —se excusó. —¿Tú como sabes eso?

—Los usas siempre ¿Acaso no tienes ropa? —bromeó.

No me gusta, hyung || HyunminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora