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—Hey, Minho, despierta. —sacudió un poco a su amigo haciendo que este negara mientras se aferraba al sillón.—Vamos, Minho ¿Has visto mi abrigo?

Una vez más, Minho no quiso hacer caso a aquella voz, por lo que se acomodó aún mejor en aquel mueble, pero debido a la insistencia accedió.

Después de unos segundos que Lee se tomó en estar consciente completamente, logró ver a el menor dando vueltas y levantando miles de cojines y cosas del suelo tratando de hallar su prenda.

—¿Qué? —pregunto con confusión aunque el sonido que emitió fue mínimo, debido a que sus ojos presenciaban a Jisung dar vueltas por todo de apartamento, a la vez que se tallaba los ojos debido a la fuerte luz de la ventana que impactó contra sus ojos.

—Que si has visto mi abrigo, bobo. —repitió. —¿Qué haces allí sentado? Ayúdame.

Le tomó unos segundos reaccionar a la situación, pero cuando lo hizo se quedó prácticamente paralizado, sin palabra alguna que pudiera decir. Solo sus ojos siendo testigos de aquella escena.

—¿Qué haces aquí? —preguntó levantándose de su lugar.

—¿Se te olvidó que yo también vivo aquí contigo? Sé que salgo mucho pero no es para tanto. —bromeó levantando uno de los cojines en busca de su prenda aún. —Por cierto, traje un postre, me lo dieron en el restaurante. Si quieres cómelo, es de fresa. —añadió.

El mayor, aún no teniendo las cosas claras, solo permanecía en medio de la sala mientras veía a Han moverse de un lado a otro.

—¿Vas a ayudar? Voy a llegar tarde si sigo así. —siguió hablando el menor logrando darse cuenta de el estado de su amigo. —¿Todo bien?

—¿Y el hospital? —habló después de algunos segundos que le parecieron eternos. —Hoy le tocaba a Younghoon ir a cuidarte. —aquello llamó la atención del menor. —Yo...yo iba a comprar los medicamentos para mañana. Yo... yo no entiendo.

Después de los dicho, Lee sintió una mano posar en su hombro izquierdo teniendo al contrario defrente hacia el.

—Ahora enserio ¿Estas bien? —le contestó entre algunas risas que para nada contagiaron al pelinegro, al contrario, solo logró confundirlo aún más. —Has estado dormido varias horas, no sé qué habrás soñado. —aclaró palmeando la espalda de su amigo. —Pero yo ya me tengo que ir.

—No te vayas. —Minho detuvo el andar del menor tomándolo del antebrazo para luego jalarlo, de esa manera, atrayéndolo a su cuerpo envolviéndolo en un abrazo, acto que fue correspondido casi al instante. —Te lo s-suplico, por favor... no ahora. —susurró sintiendo la mano del menor pasar por su espalda, un hábito propio que solía hacer cuando recibía un abrazo. —Te he extrañado mucho, Sunggie. —declaró sintiendo un nudo en la garganta.

—Yo también te extraño. —sonrió ocasionando la respuesta contraria de Lee, quien lo miro con rapidez separándose así del abrazo. —Pero el tiempo se me acaba Minho, tengo que irme. —habló abriendo la puerta de su hogar, sintiendo la presión de la mirada de Lee por atrás. —Nos vemos pronto.

—¡Jisung!

Y cuando escucho el fuerte sonido de la puerta al cerrarse, fue cuando Minho abrió los ojos.

—Hey, Minho.

En cuanto se dio cuenta que apenas una o dos luces del local estaban encendidas, las sillas encima de algunas mesas boca abajo y la falta de ruido, pudo percibir la realidad, se había quedado dormido después de su turno de trabajo.

Una queja en forma de suspiró salió de sus labios al reincorporarse en la silla donde se había dormido, giro hacia su lado derecho mientras talla a sus ojos, viendo a una de sus compañeras con una sonrisa.

No me gusta, hyung || HyunminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora