{Extra 1}

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—Vamos, Minnie, despierta. —murmuró Hyunjin escondiéndose en el cuello del menor, aspirando el delicioso olor de este. —No vamos a llegar a ningún lado si seguimos así, se hará tarde.

Era algo increíble, llevaban tres años y algo más viviendo juntos, y Seungmin seguía haciendo berrinches para levantarse de la cama por la mañana. Sin dudas sabía que era un perezoso, aún que realmente no podía juzgarlo por eso. Le encantaba que su novio fuera así de todas maneras.

—Pues no es mi culpa que cierta persona no haya podido controlar sus hormonas en la madrugada. —se quejó sin abrir los ojos, estremeciéndose por los besos Hwang en su cuello y su voz ronca en la mañana. —Me dijiste que solamente querías besos, sufre las consecuencia después, Hwang Hyunjin.

—¿Y quién me dejó hacerlo? Yo no puedo hacer las cosas por mí cuenta. —se excusó viendo a Seungmin removerse entre sus brazos hasta quedar frente a frente, admirando aquella imagen tan adorable que amaba ver por las mañanas. —Vamos, despierta, vamos a llegar tarde.

Después de much forcejeo de parte de Seungmin quien luego de muchos minutos llenos de besos, murmuros y caricias por parte de su pareja, aceptó levantarse para poder empezar el día.

Estaban en un hotel y no en su hogar, esto debido a que por fin de algunos años habían podido lograr juntar el dinero para realizar un viaje juntos, solo los dos. Amaban a sus amigos y lo harían siempre, pero también les gustaba pasar un tiempo íntimo, a solas, solo de pareja.

Habían podido viajar a un lugar que a Seungmin le causaba mucha curiosidad, Europa. Últimamente su novio había estado totalmente hipnotizado por el amor a la fotografía y al saber que tenían la oportunidad de viajar a algún lugar que ellos quisieran, se vio lleno de súplicas del menor por ir a aquel continente con la intención de fotografiar muchos de los paisajes que había visto por internet y realmente, Hwang Hyunjin no era capaz de decirle un no al Seungmin tan alegre y suplicante que tenía.

Llevaban a penas dos días allí, adaptándose a las horas y al lugar en el que se estaban quedando, realmente estaba agradecido que su pareja supiera inglés prácticamente fluido porque sino estarían completamente perdidos a este punto.

Después de intercambiar un par de palabras después de que Hyunjin fuera el primero en estar listo, este mismo decidió salir de su habitación, por saber muy bien que si llegaban a retrasarse más sería por culpa de Hwang y el poco autocontrol que tenía sobre sus impulsos cuando Kim tenía que vestirse.

Estaba nervioso, claro que lo estaba.

Hwang Hyunjin era del tipo de personas que irradiaban seguridad y confianza en sí mismo, pero sin dudas habían ocasiones en las que su aura de una persona sumamente fuerte se desvanecía mostrando la realidad que pocas veces salía a flote.

Un Hyunjin bastante nervioso, tímido e incluso con miedo, pero feliz a pesar de todo.

Llevaba esperando unos quince minutos a su pareja en el lugar que habían acordado, el cual no era ni mays ni menos que en el comedor del hotel. Sabía que él fue el quien le dijo que se tomara su tiempo en arreglarse de la mejor manera posible porque era un día especial, aún que fuera innecesario para él debido a que Kim Seungmin recién levantando, con los cabellos alborotados y con su pijama holgada, era igual de hermoso a que un Seungmin el cual se había arreglado lo mejor posible.

Sea como sea, Seungmin siempre se vería completamente magestuoso a sus ojos.

En cuanto vio a Seungmin buscarlo con la mirada a lo lejos, se apresuró en guardar aquella aterciopelada cajita de color rojo en uno de sus bolsillos con el mayor disimulo posible.

—¿Listo? —preguntó el menor sonriente, una vez estuvo lo suficientemente cerca de su pareja para ser escuchado. —¿Tienes todo?

—Lo tengo, no te preocupes. —aseguró con una sonrisa, sacudiendo la mochila que cargaba en sus hombros. —Compraremos algo de desayunar en el camino, vamos.

No me gusta, hyung || HyunminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora