Capítulo 3: El primer entrenamiento, exitoso

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La habitación que te habían asignado te resultó de completo agrado, y gracias a la comodidad que la cama ofrecía conseguiste dormir profundamente.

Al día siguiente, despertaste muy temprano, cuando todavía no salía el sol, y que alguien llegara a despertarte. Después de ese plácido descanso, sentiste estar preparad@ para el primer día de entrenamiento.

Cuando saliste al pasillo, para cruzar hacia el baño que quedaba frente a tu habitación, todavía no había movimiento alguno en esa ala de la mansión. Ninguno de tus hermanos todavía parecían haber despertado, así que tenías mayor libertad para poder ocupar ese cuarto de baño por el tiempo que necesitaras.

El agua tibia te refrescó y transmitió un torrente de energía, la cual te inspiraba para poder enfrentar lo que vendría en el día. No solo por la actividad física que debían realizar, sino también por todo lo que tendrían que hacer durante el día.

Una vez que saliste del baño viste cruzar a algunos de tus hermanos adoptivos, habían empezado a despertar finalmente. Retornaste a tu habitación para buscar qué vestir, tras revisar el horario que Grace te había otorgado. 

Ciertamente vivir en la Umbrella Academy era como estar en un internado, excepto que siendo parte de una familia. En tu closet se encontraba el uniforme designado para los entrenamientos y los de uso diario, había demasiados de ambos.

Por lo que tenías entendido, cada mañana sin importar el día de la semana que fuera iniciaban con el entrenamiento, luego del desayuno. Por este motivo sería ese el uniforme que tomarías para vestir. 

Te apresuras a alistarte con entusiasmo por iniciar con esta nueva vida, carcomid@ por la ansiedad y curiosidad. De ese modo, cuando alguien llegara a buscarte para que bajaras hacia el comedor, ya estabas totalmente preparad@.

—Cariño, debes alistarte y bajar a desayunar —anunció Grace, tras haber dado un ligero golpeteo en la puerta y luego abrirla para ingresar a tu dormitorio. Se sorprendió al encontrarte ya vestid@ con tu uniforme—. Oh ya veo que estás list@, muy bien, te esperamos en el comedor —dijo con un tono amable y de aprobación, para luego salir y continuar llamando a cada uno de sus hijos.

Esperaste tan solo unos segundos, luego de que se retirara, para salir nuevamente hacia el pasillo. Apenas dar unos pasos te encontraste con Ben y Luther, que eran los primeros en estar listos para bajar al comedor como tú. Continúas caminando acompañad@ de ambos, y el resto se van integrando segundos después.

—¿Y cómo estuvo tu primera noche? —te preguntó Ben.

—Dormí como un bebé, la cama es muy cómoda —respondiste con una amplia sonrisa.

—¿List@ para iniciar con los entrenamientos? —esta vez sería Luther quién te interrogaría.

—Absolutamente —asentiste con entusiasmo.

—Te ayudaremos en todo lo que podamos —te animó el Número Uno.

De lo poco que habías interactuado con tus hermanos adoptivos, algunos de ellos parecían ser muy amables, como era el caso de ellos dos.

Al escuchar el tintineo de la campanilla que Grace haría resonar, apresuraron su paso, para todos juntos llegar al comedor. Debieron esperar detrás de sus sillas asignadas, hasta que Reginald hiciera su entrada y les indicara que podrían tomar asiento y empezar a comer.

El desayuno era obligatoriamente silencioso, así que solo te diste el tiempo a degustar todo lo que Grace había preparado para ustedes, esta vez sí con mayor apetito que la noche anterior. Una vez que terminaron de comer, te incorporaste y seguiste al resto de tus hermanos hacia el lugar donde tendría lugar el primer entrenamiento.

Ese día entrenarían en el exterior de la mansión, en su amplio patio. El lugar estaba perfectamente acondicionado tanto para los ejercicios de pre-calentamiento, como el de sortear obstáculos y finalizar con algunos de defensa personal, uno contra uno.

A lo largo de todo el entrenamiento comprobaste que todos los Hargreeves eran demasiado buenos en cada uno de los ejercicios. Pero fuiste capaz de acoplarte fácilmente a ellos y al ritmo que mantenían, obteniendo excelentes resultados para solo tratarse de tu primer día.

Tal vez por el entusiasmo que te invadía, y la ansiedad por estar lista para cuando la próxima misión en la cual debieran participar tuviera lugar.

Cuando finalizó el entrenamiento, algunos de tus hermanos se acercarían a felicitarte por tu optimo rendimiento. La consideración de ellos a tu esfuerzo te daba mayores ánimos sobre estar bien encaminad@, haber iniciado con buen pie. 

Una vez que la mayoría de los miembros del equipo se encaminaran hacia el interior de la Academia, tú decidiste quedarte sol unos minutos más en el patio. Alguien que te estuvo observando durante todo el entrenamiento, se acerca hacia ti para hablar, aparte del resto de los Hargreeves.


[...]

Para el próximo capítulo lo que deberán escoger es:

¿Quién será tu chic@ con quien tendrás un romance?

Opción 1: Luther.

Opción 2: Diego.

Opción 3: Allison.

Opción 4: Klaus.

Opción 5: Cinco.

Opción 6: Ben.

Opción 7: Vanya.

Las opciones serán publicadas en ese orden, aclarando que se refieren al entrenamiento fallido o el exitoso.

Mi vida con los HargreevesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora