Si bien Vanya no participaría en la sesión de fotos, ella estuvo presente para ayudarles mientras se preparaban para la ocasión.
Minutos después, cuando ya todos estaban listos con sus uniformes puestos, los ochos se detuvieron en el descanso de la escalera al observar una situación extraña. Desde allí podían ver a su padre discutiendo con uno de los periodistas en el hall de entrada.
—Usted no tiene permitido el acceso, fuera de mi propiedad —le indicó Reginald, colérico por lo que creía una falta de respeto por parte de ese sujeto.
—¿Qué tiene para decir sobre estas fotografías? —continuó insistiendo el periodista, sin hacer caso a las palabras del dueño de casa—. ¿Acaso desmentirá que se trata de usted?
El intruso le estaba mostrando a Hargreeves unas fotos, pero no podían observarlas con claridad por la distancia. Solo deducir se trataba de alguna investigación de aquel hombre, una que indignaba a su padre.
—No tengo nada para decirle, ¡largo de aquí! —le dijo Reginald, elevando la voz muy molesto.
Esta vez no era tanto por la manera en que trataba a la otra persona, sino por el motivo de la confrontación entre ambos adultos.
Creían que alguno de ustedes debía averiguar de qué se trataba, y probablemente quién tendría mejor opción sería aquel que no despertara sospecha alguna de que se estaba acercando hacia allí.
—Quédense aquí en silencio, veré qué está sucediendo —les sugirió Cinco, dándose cuenta de que era el único que tenía esa posibilidad.
Se teletransportó en un instante para quedar ubicado cerca de ambos, y desde allí poder observar las fotografías que el periodista le estaba enseñando a su padre. Apenas si pudo ver por una breve facción de segundos lo que tanta controversia traía, y tan indignado traía a su padre para reaccionar de esa manera.
—¿Qué haces aquí, Número Cinco? —le reclamó Reginald, apenas se percató de su presencia—. Deberían estar en la sala para la sesión de fotos.
—Perfecto —asintió él—. ¿Y por qué este señor no puede estar? ¿No pertenece a ninguna agencia de periodismo? —le cuestionó.
—Vuelve con tus hermanos —volvió a insistir Hargreeves.
Cinco había conseguido tomar una de las fotos para observarla, pero su padre se la quitó de inmediato. Y luego lo obligaría a regresar con ustedes, para finalmente conseguir su objetivo de expulsar al periodista de la Academia por la fuerza, tal como hizo con el niño el día anterior.
—Bonita manera de lidiar con sus problemas —masculló Cinco, fastidiado por el modo en que fue tratado por Reginald.
—¿Qué pudiste ver? —interrogó Diego.
—Era nuestro padre, o alguien muy parecido... —les contó, aunque parecía muy confundido al respecto—. Pero era una foto muy antigua, no darían los tiempos.
—¿Cómo así? —cuestionó Luther, intentando comprender a qué se refería.
—Es muy antigua, y papá sigue luciendo igual que en ese tiempo —intentó explicar, aunque él mismo seguía teniendo muchas dudas.
Todos se miraron entre sí, confundidos. Aunque no habían podido ver la fotografía, sí creían en lo que su hermano les contaba al respecto, y en cómo la describía.
Este misterio será develado en la ruta de Cinco y tú (si lo han elegido como su chico), de todos modos los 8 estarán al tanto sobre este tema.
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Mi vida con los Hargreeves
FanfictionVerás esto y probablemente pensarás, "Oh no, otra típica historia de T/N con los Hargreeves. Como la más poderosa, inalcanzable, invencible, que todos aman, y está con Dios y el Diablo..." Pero, lamento decepcionarte si eso pensaste, no es tan así. ...