Capítulo 18: Un secreto de 3 (Cinco)

63 9 2
                                    

Este capítulo se corresponde a la ruta de Cinco como tu chico.

[...]

Durante siguientes días, hicieron todo tal y como Pogo les indicó para no levantar sospechas con su padre, de haber sido retirados de su castigo antes del tiempo que él había impuesto. También incluída su sugerencia de ya no preguntar nada respecto a la habitación secreta que habían encontrado.

Por supuesto que aún seguías manteniendo las mismas dudas sobre ese lugar, y otras nuevas que surgieron conforme el tiempo pasaba. Principalmente después de la extraña reacción de Reginald al castigarlos de ese modo tan desalmado, solo por haber ido a explorar aquel sitio.

Debido a tu falta de aquel día en que caíste inconsciente, y aprovechando que el primer castigo ya había terminado, le habías pedido ayuda a Cinco para empezar con los entrenamientos a solas. Creías que de ese modo recuperarías un poco del tiempo perdido.

Además, posiblemente al enfocarte en los entrenamientos intentabas evitar pensar en ese cuarto misterioso, y en lo extraño que había actuado su padre. Pero, por más empeño que pusiste en un primer momento, todavía seguías estando algo distraíd@ debido a ese asunto en particular.

—Creí haberte ya advertido que no me hicieras perder el tiempo —te reclamó Cinco, al verte en ese estado.

—¿Qué? ¿De qué hablas? —cuestionaste, apenas habiendo podido escuchar lo último que dijera.

—¿Realmente quieres que entrenemos? —preguntó, cruzándose de brazos—. Porque pareces estar en cualquier otro lugar, menos aquí.

—Lo siento, Cinco. Sí quiero entrenar, lo necesito —asentiste.

—No lo parece, ¿acaso te sigues sintiendo mal? —preguntó, acercándose para llevar una mano hacia tu frente en caso de que estuvieras cargando fiebre.

—No, no es eso —bajaste la mirada, no pudiendo sostenerla.

Observaste a todos lados, con el temor de que Reginald o incluso Pogo estuvieran cerca y pudieran escucharte. Pero afortunadamente solo eran ustedes dos en esa parte de la Academia.

—Pasó algo que me está preocupando —expresaste, aunque todavía no estabas segur@ de contarle todo al respecto.

—¿Qué es? —interrogó de inmediato.

—Es que no quisiera involucrarte —admitiste, manteniendo tu mirada en otra dirección menos en sus ojos, al contar lo siguiente—. La última vez que hablé sobre esto con alguien, no terminó muy bien, y nos metí a amb@s es problemas.

—Nuevamente estás metid@ en problemas —rodó sus ojos al decirlo, para luego añadir con más firmeza—. Ahora con más razón, quiero saber por qué esta vez.

—Cinco...

—Habla —insistió tajante.

Dudaste demasiado en abrirte con él, puesto que no querías que también fuera a tener problemas con Reginald, como tú y tu mejor amig@, por estar al tanto de la existencia de esa extraña habitación.

—Te lo diré, pero solo si me prometes que no lo dirás a nadie más —le pediste, esta vez sí levantando tu mirada hacia él para esperar su respuesta.

—¿A quién podría decirle? —respondió en un tono cargado de sarcasmo.

—El día que ustedes se fueron a su misión, yo me quedé recorriendo la Academia —comenzaste a explicarle—. Solo por aburrimiento...

—Creí haberte sugerido, por recomendación de nuestra madre, que debías descansar —señaló Cinco, frunciendo su ceño por un momento.

—Sí, de saber lo que sucedería, habría preferido quedarme en mi habitación y nunca encontrar ese lugar.

—Sí, debías. Pero, ¿de qué lugar estás hablando? —continuó indagando, aún más confundido que en un principio.

El entrenamiento a solas quedó totalmente relegado, conforme la platica siguió avanzando. Tuviste que ponerlo al tanto sobre esa habitación que encontraste, que la habían ido a explorar con tu mejor amig@ durante la madrugada, y las consecuencias que les trajo a ambos al ser descubiertos por Reginald.

—¿Estás segur@ que los castigó por ir a esa habitación? ¿O porque estaban incumpliendo con el horario donde deberían haber estado durmiendo? —te cuestionó.

—Cinco, ¿qué parte de que lo escuché hablando con Pogo sobre mantener ese lugar oculto de nosotros no comprendiste? —respondiste, retomando parte de lo que le habías relatado.

—También podría haber sido ese el caso —se encogió de hombros, aunque sí reconocía había exagerado demasiado en su castigo—. Pero que los encerrará en la cripta, es más inexplicable aún.

—Justamente por eso, siento que algo está ocultando allí —mencionaste, casi convencid@ de que así era.

—Aún así, T/N, ten más cuidado y no te metas en problemas —volvió a repetir una vez más.

—Pero...

—Si hay algo extraño en la Academia, lo sabremos —te prometió—. Pero no quiero que tengas problemas con nuestro padre.

—No es como que me des-adoptaría, ¿o sí? —cuestionaste, queriendo decirlo como broma para calmar las aguas de esa situación.

Cinco no mencionó nada al respecto, pero no creía que su padre llegara a ese extremo por algo como lo que hicieron con tu amig@. Aunque él también empezaba a estar intrigado sobre aquel cuarto y los secretos que su padre podría estar ocultando.

 Aunque él también empezaba a estar intrigado sobre aquel cuarto y los secretos que su padre podría estar ocultando

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El próximo capítulo es uno en general, donde harán aparición todos los personajes.

Mi vida con los HargreevesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora