Capítulo 13: Quien te cuida (Luther)

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Este capítulo pertenece a la ruta de Luther y tú, en caso de que él sea tu chico elegido.

[...]

—¿Estás segura que despertará? —percibiste una voz que reconocías, la de Luther.

—Sí, cariño, no te preocupes —intentaba tranquilizarlo su madre—. Te avisaré cuando tu herman@ despierte.

No sabías cuánto tiempo transcurrió desde que te desmayaste, pero podías escuchar sus voces a lo lejos, aunque todavía no eras capaz de despertar. Como si alguien externo te obligara a mantener tus párpados clausurados, volviendo a caer por momentos en un estado de inconsciencia.

—Me quedaré a su lado, hasta que lo haga —sentenció decidido.

—Cariño, no es necesario... —intentaría persuadirlo nuevamente, sin éxito.

Sin importar que Grace quisiera contradecirlo o convencerlo de irse, Luther permaneció a tu lado, sosteniendo tu mano. Las horas transcurrieron, y aunque él debió ausentarse por un momento, a pedido de su padre, sería al primero que verías cuando recobraste la consciencia.

—T/N, al fin despiertas —mencionó, en un tono de alivio y alegría entremezclados.

Tu cabeza todavía daba vueltas cuando intentaste incorporarte, Luther te ayudó para que pudieras sentarte sobre la cama, acomodando las almohadas detrás de ti.

—¿Qué ha pasado? —quisiste saber casi de inmediato, asustad@ por verte en esa situación.

—Primero, tranquilízate —mencionó Luther, volviendo a sentarse a tu lado, sosteniendo tu mano para darte un poco de calma—. Caíste inconsciente en el entrenamiento de la mañana.

—¿Qué hora es? ¿Por cuánto tiempo estuve inconsciente? —insististe, la confusión era demasiado intensa como para simplemente dejarlo pasar.

El Número Uno frunció sus labios, como si se resistiera a responder lo que estabas preguntando de manera directa.

—Luther... —sostuviste su mirada, presionando para que te diera una respuesta, así fuera una mentira.

—Ya han pasado al menos 6 horas... —dijo por lo bajo, creyendo que de ese modo podría escucharse menos grave.

—No puede ser... —te llamaste a silencio por breves segundos, mientras nuevas dudas surgían—. ¿Tanto tiempo? ¿Qué pasó con el entrenamiento? ¿El castigo?

Creías que por lo que te había ocurrido, pudiste poner en problemas a tus hermanos también.

Quisiste levantarte pero Luther te retuvo, sin ejercer demasiada presión para no dañarte, para que permanecieras en la cama, aún debías descansar por recomendación de Grace y Reginald, hasta que te recuperaras completamente.

—T/N todavía debes descansar, por favor, no te esfuerces —te pidió, con firmeza.

—Pero...por mi culpa...

—No, no ha extendido el castigo —respondió, adivinando lo que querías decir—. De hecho hoy no tuvimos que hacerlo, porque estuvimos preparándonos para una misión.

—¿Se irán a una misión hoy? —quisiste cerciorarte de haber escuchado correctamente lo que dijo.

—Sí, ya tenemos el plan de lo que haremos, y...solo venía a despedirme.

—Pero... —bajaste la mirada, con tristeza de llegar a esa certeza—. Eso quiere decir que no podré ir con ustedes esta vez...

—Esta vez no, pero la próxima misión seguramente ya estés list@ para acompañarnos.

—Me siento tan inútil ahora... —bajaste la mirada, agobiad@.

Con la yema de sus dedos plasmó una suave caricia en tu mejilla para reconfortarte, mientras con la otra seguía sosteniendo tu mano.

—Tranquil@, te da la posibilidad de unos días más para sentirte completamente preparad@ para cualquiera que sea la misión. ¿No crees? —de pronto había comenzado a hablar, intentando convencerte de que era la mejor opción por el momento—. Y además, todavía no hemos tenido la oportunidad de entrenar nosotros dos a solas, ¿o acaso lo olvidaste? —te recordó.

Sonreíste por sus palabras, negando ligeramente con tu cabeza. Desde luego que no habías olvidado que él se propuso a ayudarte con el entrenamiento.

—Entonces, aprovecha a descansar hoy —te pidió—. Nos vemos más tarde, para la cena probablemente hayamos regresado. Y cuídate por favor.

Se inclinó un poco más hacia ti para dejar un suave beso sobre tu frente como despedida, sorprendiéndote por el tierno gesto de su parte.

Se inclinó un poco más hacia ti para dejar un suave beso sobre tu frente como despedida, sorprendiéndote por el tierno gesto de su parte

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El próximo capítulo será en una sola parte, pero será importante para su historia porque descubrirán uno de los secretos de Reginald.

Mi vida con los HargreevesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora