Capítulo 18: Un secreto de 3 (Klaus)

24 2 1
                                    

Este capítulo se corresponde a la ruta de Klaus como tu chico.

[...]

Durante siguientes días, hicieron todo tal y como Pogo les indicó para no levantar sospechas con su padre, de haber sido retirados de su castigo antes del tiempo que él había impuesto. También incluída su sugerencia de ya no preguntar nada respecto a la habitación secreta que habían encontrado.

Por supuesto que aún seguías manteniendo las mismas dudas sobre ese lugar, y otras nuevas que surgieron conforme el tiempo pasaba. Principalmente después de la extraña reacción de Reginald al castigarlos de ese modo tan desalmado, solo por haber ido a explorar aquel sitio.

Debido a tu falta de aquel día en que caíste inconsciente, y aprovechando que el primer castigo ya había terminado, le habías pedido ayuda a Klaus para empezar con los entrenamientos a solas. Creías que de ese modo recuperarías un poco del tiempo perdido.

Además, posiblemente al enfocarte en los entrenamientos intentabas evitar pensar en ese cuarto misterioso, y en lo extraño que había actuado su padre. Pero, por más empeño que pusiste en un primer momento, todavía seguías estando algo distraíd@ debido a ese asunto en particular.

—T/N... ¿Pudiste dormir? —te interrogó Klaus preocupado, al verte en ese estado.

—¿Qué? ¿Por qué lo preguntas? —cuestionaste, apenas habiendo podido escuchar lo último que dijera.

—Te he estado hablando, y estás ausente —te explicó, acercándose un poco más a ti—. ¿Realmente quieres que entrenemos?

—Sí, claro que quiero entrenar, Klaus —asentiste, apenad@ por haberlo estado ignorando de manera inconsciente.

—¿Entonces qué pasa? ¿Hay algo que te esté preocupando? ¿Te sigues sintiendo mal? —preguntó,  llevando una mano hacia tu frente en caso de que estuvieras cargando fiebre.

—Yo... —bajaste la mirada, no pudiendo sostenerla.

Observaste a todos lados, con el temor de que Reginald o incluso Pogo estuvieran cerca y pudieran escucharte. Pero afortunadamente solo eran ustedes dos en esa parte de la Academia.

—Sí, pasó algo —admitiste, aunque todavía no estabas segur@ de contarle todo al respecto.

—¿Algo en lo que pueda ayudarte? —preguntó de inmediato.

—No sé si ayudarme, y no quisiera involucrarte —admitiste, manteniendo tu mirada en otra dirección menos en sus ojos,  al contar lo siguiente—. La última vez que hablé sobre esto con alguien, no terminó muy bien, y nos metí a amb@s es problemas.

—Pero, ¿qué tan grave fue?

—Klaus...

—Por favor, necesito saberlo —insistió.

Dudaste demasiado en abrirte con él, puesto que no querías que también fuera a tener problemas con Reginald, como tú y tu mejor amig@, por estar al tanto de la existencia de esa extraña habitación.

—Te lo diré, pero solo si me prometes que no lo dirás a nadie más —le pediste, esta vez sí levantando tu mirada hacia ella para esperar su respuesta.

—Por supuesto, lo prometo —dijo, y por la claridad de su mirada confirmaste que era sincero.

—El día que ustedes se fueron a su misión, yo me quedé recorriendo la Academia —comenzaste a explicarle—. Solo por aburrimiento...

—Espera, ¿el día que se supone debías estar descansando? —señaló Klaus, frunciendo su ceño por un momento.

—Sí, de saber lo que sucedería, habría preferido quedarme en mi habitación y nunca encontrar ese lugar.

—Sí, debías. Pero, ¿de qué lugar estás hablando? —continuó indagando, aún más confundido que en un principio.

El entrenamiento a solas quedó totalmente relegado, conforme la platica siguió avanzando. Tuviste que ponerlo al tanto sobre esa habitación que encontraste, que la habían ido a explorar con tu mejor amig@ durante la madrugada, y las consecuencias que les trajo a ambos al ser descubiertos por Reginald.

—¿Los llevó a la cripta? —expresó sorprendido, hasta el momento era al único que había mantenido encerrado en aquel tétrico lugar—. Ese lugar es...

—Aterrador, lo sé —asentiste, tragando saliva de solo recordarlo—. Y si, no entiendo si fue exageración o qué, o es porque algo está ocultando en esa habitación.

—No lo entiendo...

Ambos se llamaron a silencio por un momento, pensativos sobre ese extraño asunto y cómo había actuado su padre.

—Justamente por eso, siento que algo está ocultando allí —mencionaste, casi convencid@ de que así era.

—Aún así, T/N, ten más cuidado y no te metas en problemas —volvió a repetir una vez más.

—Pero...

—Si hay algo extraño en la Academia, lo sabremos —te prometió—. Pero no quiero que tengas problemas con nuestro padre.

—No es como que me des-adoptaría, ¿o sí? —cuestionaste, queriendo decirlo como broma para calmar las aguas de esa situación.

Aunque él no demostraba estar enojado, tampoco querías preocuparla.

Klaus no mencionó nada al respecto, pero no creía que su padre llegara a ese extremo por algo como lo que hicieron con tu amig@. Aunque él también empezaba a estar intrigado sobre aquel cuarto y los secretos que su padre podría estar ocultando.

 Aunque él también empezaba a estar intrigado sobre aquel cuarto y los secretos que su padre podría estar ocultando

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El próximo capítulo es uno en general, donde harán aparición todos los personajes.

Mi vida con los HargreevesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora