Verás esto y probablemente pensarás, "Oh no, otra típica historia de T/N con los Hargreeves. Como la más poderosa, inalcanzable, invencible, que todos aman, y está con Dios y el Diablo..." Pero, lamento decepcionarte si eso pensaste, no es tan así.
...
Después de unos segundos tomaste el valor para abrir la puerta, y te encontraste con Vanya. El temor de que Reginald también estuviera cerca de allí, te atacó por un instante. Si así fuera podrías arruinar la situación para ti y tu nuev@ amig@, extendiendo su castigo. Pero al asomarte al pasillo afortunadamente comprobaste que él no estaba cerca de allí.
—Oh Vanya, eras tú, qué alivio —mencionaste.
Inconscientemente sonreíste al verla, y su presencia también había calmado los nervios por pensar que podría haber sido su padre.
—Yo...no quise interrumpirl@s, perdón —se disculpó ella de inmediato.
Te diste cuenta que tu nuev@ amig@ había aparecido detrás tuyo, para comprobar que estaban a salvo de otro castigo.
—¿Estábamos haciendo mucho ruido? —interrogaste, y Vanya asintió, sin mencionar otra palabra—. Lo siento si te despertamos... Tal vez ya deberíamos ir a dormir, antes que los demás también despierten —sugeriste, mirando a tu otr@ herman@.
Tu nuev@ amig@ asintió, estando de acuerdo, para evitar más problemas. Se despidió de amb@s y se dirigió a su dormitorio, dejándol@s a Vanya y a ti a solas.
—Yo...también debería irme —dijo la Número Siete, en un tono bajo.
Por un instante pudiste observar algo en su mirada, que no supiste si descifrar como tristeza o decepción. Llegaste a pensar que tal vez se podría haber sentido desplazada también por ti, al no haberla tenido en cuenta para la plática de esa noche, aunque tampoco había sido algo planificado.
—Vanya...
—Buenas noche, TN —susurró, bajando su mirada.
Ella había girado sobre sus talones para regresar a su dormitorio, pero la detuviste al tomar su mano. Vanya desvió su mirada hacia sus manos, para luego elevarla para ver tus ojos.
—La próxima vez me gustaría que también vinieras. Aunque esta plática nocturna surgió sin que la planeáramos, podemos organizar otra noche para pasar los ocho juntos hablando —le sugeriste, algo en tu interior te decía que merecía una explicación.
—Eso sería bonito, si se pudiera. No sé si nuestro padre lo permitiría —respondió ella, algo dudosa.
—Hmm... ¿tal vez algún día que él no esté en la casa? —sugeriste.
Al principio, Vanya pareció seguir dudando, aunque la idea de pasar tiempo contigo tal como su herman@ había podido hacer, le gustaba.
—De acuerdo, podemos hacerlo —asintió, aunque volvió a recordarte—. Pero ahora sí, deberíamos ir a dormir.
—Hasta mañana, Vanya. Que descanses —la saludaste con un rápido abrazo, dejándote llevar por un repentino impulso.
Luego de que se despidieran, te quedaste en el pasillo hasta que Vanya ingresó en su dormitorio, y una vez que lo hiciera dejaste escapar un breve suspiro antes de volver a ingresar a tu habitación.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El próximo capítulo será una repercusión de esta noche, que se relacionará con eventos futuros. Por esto, no hay necesidad de hacer una elección todavía.