Este capítulo se corresponde a la elección de Klaus como mejor amigo.
[...]
Mientras iban de camino al gran comedor, después de que Grace los llamara haciendo sonar la campanilla como era costumbre en la Academia, habías tenido apenas unos pocos minutos para poder comentarle a Klaus sobre tu hallazgo.
Él te confesó que desconocía un lugar tal como describías, pero que para asegurarse de qué se trataba podían ir juntos a explorar el lugar en la madrugada. Aunque no parecía estar tan convencido.
Durante la cena, estaban sentados uno junto al otro, y Klaus picó tu hombro con su dedo índice para calmar tu ansiedad. Debían poner empeño en no demostrar estar nerviosos, para que Reginald no sospechara nada sobre lo que tenían planeado hacer más tarde.
—Deja de temblar, o me pondrás nervioso a mí también —te pidió por lo bajo, para que solo tú pudieras escucharlo.
Tú asentiste, intentando hacer una mejor labor al disimular que todo estaba bien. No querías llamar la atención de tu padre ni de nadie.
En cuanto la cena terminó, ambos caminaron un poco más a prisa para quedar apartados del resto de sus hermanos, y de esa manera afinar los detalles de lo que harían.
—Esperaremos hasta que todos estén dormidos, y vendré a buscarte —te sugirió el Número Cuatro, recordando que necesitarían de algo que les ayude a iluminar el camino sin levantar sospechas—. ¿Tienes linternas?
—Si tengo, pero solo una —le respondiste, haciendo alusión a la que utilizabas para cuando te quedabas leyendo por las noches.
—Bueno, esperemos sea suficiente.
—Gracias Klausito, no sabía qué hacer —expresaste, con alivio de que tu mejor te haya creído y decidiera acompañarte a inspeccionar aquel sitio extraño—. Pero ese lugar me da un mal presentimiento.
—Bueno ya veremos, solo espero que no haya muerto nadie allí —mencionó una verdad camuflada en una broma, pues era lo único que podía detenerlo a querer entrar a aquella habitación.
Una vez que llegaron a la planta alta, cada uno tomó el camino hacia sus respectivos dormitorios, para que no alertar a nadie sobre su cambio en la rutina que tenían establecida como equipo de respetar el toque de queda.
Pasada más de una hora, los nervios te estaban carcomiendo, pero era mayor la curiosidad por descubrir por qué tenían ese lugar tan extraño.
Y a la vez tus pensamientos estaban conducidos a imaginar un sinfín de posibilidades, incluso llegando a imaginarlo como un sitio de tortura que su padre había construido allí. Pero, ¿para quién?
Klaus se estaba demorando, y estuviste a punto de salir a buscarlo, pero finalmente llegó a tu dormitorio, después de que toda la mansión estuviera en completo silencio. Cuando ya creían los demás estaban finalmente dormidos.
Tú ya tenías la linterna en manos, así que emprendieron el camino hacia donde estaba ese cuarto misterioso.
—¿Cómo llegaste hasta aquí? —te preguntó Klaus, cuando iban transitando por aquel pasillo que se asemejaba a un túnel—. ¿No se supone que debías estar descansando?
Por lo que decía, te confirmaba que él tampoco había estado en ese ala de la mansión antes. ¿Qué otras cosas más les estarían ocultando?
—Debía... —confirmaste, aunque añadiste una breve explicación—. Pero también me estaba aburriendo, así que empecé a recorrer la Academia, y así fue cómo llegué hasta aquí.
—Lo sé, la vida en solitario debe ser muy aburrida. ¿Esa es la puerta que mencionaste? —preguntó, alcanzó al apenas divisarla con la poca lumbre cuando ya estaban más cerca.
Apuntaste hacia el lugar con la linterna, todo seguía tal como lo habías visto más temprano. Ambos se acercaron, y Klaus espió por la ventanita para luego intentar abrir la puerta, tal como tú más temprano, sin éxito alguno.
—No se ve ni se escucha ningún espíritu —te comentó, aliviado de que así fuera—. No entiendo, ¿por qué habrían construido este lugar? Parece como una prisión con una puerta de un submarino, ¿para qué querrían esto?
Por el aspecto de aquel sitio realmente había llegado a pensar que ese era un sitio de tortura, pero realmente no percibía la presencia de ningún espíritu.
—No lo sé, eso es lo que más intriga me da —admitiste, igualmente intrigad@ por descubrir para qué habían construido aquella habitación—. Y cómo ustedes lo desconocían también.
—Esto es demasiado extraño...
Volvieron a forzar la puerta ambos, y cuando creían estar a punto de abrirla, escucharon unas pisadas aproximándose detrás de ustedes.
—¿Qué hacen aquí ustedes dos? —se escuchó la voz en eco de Reginald.
Ya era tarde para intentar ocultarse, habían sido descubiertos.
El siguiente capítulo será una repercusión de esta noche, y las consecuencias de haber sido descubiertos por Reginald. Siguiendo con el hilo de Klaus como su mejor amigo.
Este misterio igualmente será resuelto en la segunda temporada, en la ruta de Vanya y tú, si es que han escogido que ella sea su chica. Igualmente, todos estarán al tanto sobre la existencia de este cuarto misterioso.
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Mi vida con los Hargreeves
FanfictionVerás esto y probablemente pensarás, "Oh no, otra típica historia de T/N con los Hargreeves. Como la más poderosa, inalcanzable, invencible, que todos aman, y está con Dios y el Diablo..." Pero, lamento decepcionarte si eso pensaste, no es tan así. ...