Capítulo 24: Encuentro con los fans

73 10 0
                                    

El camino de regreso hacia la Academia fue casi en un completo silencio, luego de una breve confrontación entre Reginald y Diego. El ambiente seguía estando totalmente tenso entre ellos, y afectaba al resto del equipo.

En parte se habían sentido engañados, aunque todo mundo seguía creyendo que eran los responsables de haber rescatado a la hija del alcalde. Pues por más cuidados que pusieron en esa misión, la información ya había sido filtrada por la prensa, aunque todos continuaban creyendo fielmente que de esa misma niña se trataba.

Un grupo de periodistas y fanáticos los estaban esperando en la entrada de la Academia, y la policía había montado una barricada para que pudieran cruzar con seguridad hacia su hogar.

El automóvil se detuvo frente a la Academia, y el primero en descender sería Reginald, dándoles la indicación para que bajaran también. En su mirada podía leerse la advertencia de que no compartieran información, ni opiniones con la prensa.

—Entren —dijo su padre simplemente.

Y ustedes comenzaron a caminar hacia la entrada principal. Los fans los vitoreaban, llamándolos por lo que eran, los héroes de la ciudad. Era la primera vez que vivías una situación como tal, y por ende tu corazón palpitaba a mil por horas.

Uno de los fans, que tenía su misma edad, logró sortear la barricada para poder acercarse a ustedes. Llevaba puesto un uniforme similar al de ustedes, pero hecho a mano de una manera precaria, y así mismo el antifaz de aquellos que solían venir para recortar en los cómics que vendían sobre la Academia Umbrella.

El chico se detuvo junto a Allison, jalándola del brazo para que ella también se detuviera y le prestara atención.

—Disculpa, soy tu mayor fan —le dijo él con entusiasmos de finalmente estar junto a su ídola.

—Hey, tú no deberías estar aquí —le advirtió Luther, llegando junto a ellos dos para sacar a Número Tres de aquella incómoda situación.

Logrando separar al fan del lado de su hermana.

Su padre que había visto esa situación también se acercaría para interferir.

—Vuelve tras la barricada —le indicó Reginald al chico.

—Es solo... —comenzó a decir, algo nervioso por la imponencia del señor Hargreeves—. Nací el mismo día que los niños de la Academia. Creo que soy como ellos, debo serlo —le explicaba, y su padre parecía estar prestándole atención—. No he descifrado cuál es mi poder...aún. Pero con su ayuda, podríamos saberlo —le pidió, con la esperanza de que realmente fuera a ayudarlo.

Reginald se inclinó hacia el joven, observándolo con detenimiento, como si estuviera buscando algo en él, a través de sus ojos.

—No tienes poderes. Nunca tendrás poderes —sentenció el creador de la Academia—. Ahora, ve a casa —le hizo una seña con su mano para que se alejara.

—No, por favor, solo... Yo... —balbuceó el niño, y en su desespero comenzó a implorar apelando a la bondad inexistente de Sir Reginald—. Tiene que dejar que me quede. Vine hasta aquí desde muy lejos. Por favor, déjeme quedar.

—Un pequeño consejo, niño —le dijo su padre, apoyando una mano sobre el hombro del chico—. No todos en este mundo pueden ser poderosos. Perseguir algo inalcanzable es la receta para una vida de decepción y resentimiento. Así que sal de mi propiedad —elevó su voz al decir esto último, empujando al niño para alejarlo de la Academia.

Contrario a ayudar al chico, las personas empezaron a reírse de él, pero no ustedes que se mantenían alejados pero expectantes de aquella situación.

Definitivamente esa no era la manera de tratar a un niño, y ustedes estaban de acuerdo, principalmente Allison se había visto afectada por cómo se dieron las cosas con un niño que era fan del equipo.

Una vez que todos ustedes ingresaron a la Academia, seguidos por su padre, las puertas se cerraron y un silencio incómodo reinó durante los primeros segundos. En el exterior, seguían presentes algunos fans siendo custodiados por la policía que les indicaba que se retiraran.

—Pudiste ser más amable con él, ¿no te parece? —le sugirió Allison, quien no pudo contenerse después de la escena que habían observado fuera.

—Hay que acabar de raíz con esas ilusiones banales, él jamás será especial como ustedes —respondió Sir Reginald.

—Aún así, no era el modo de tratarlo —remarcó Allison, indignada por su accionar tan déspota.

—Número Tres... —llamó su atención su padre, observándola de la misma manera en que había mirado a Diego cuando igualmente le cuestionara por sus acciones o decisiones.

Intentaste intervenir, al sugerirle a Allison que sería mejor dejarlo por la paz. Aunque estabas de acuerdo con ella al defender al joven, pues no fue un buen modo de comportarse de Reginald, pero lo mejor era no llevarlo a mayores consecuencias que pudieran afectarla.

Demasiado afectados estaban los ocho ya desde la misión, que les había mentido respecto a la joven que rescataron, y estaban mintiéndole a las personas en general al hacerles creer que se trataba de la hija del alcalde. Y ahora a eso se sumaba esa situación muy incómoda con el fan.

Era demasiado para un solo día. Y aunque enojados, decepcionados y con muchas dudas, todos optaron por retirarse a sus habitaciones en ese momento, sin hablar ya con su padre.

 Y aunque enojados, decepcionados y con muchas dudas, todos optaron por retirarse a sus habitaciones en ese momento, sin hablar ya con su padre

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Este será el tercer misterio por develar, y se corresponderá a la ruta de Allison y tú (si la han elegido como su chica). De todos modos, todos estarán al tanto de esta situación en general.

Mi vida con los HargreevesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora