Verás esto y probablemente pensarás, "Oh no, otra típica historia de T/N con los Hargreeves. Como la más poderosa, inalcanzable, invencible, que todos aman, y está con Dios y el Diablo..." Pero, lamento decepcionarte si eso pensaste, no es tan así.
...
Continuando con la ruta de Luther como su mejor amigo.
[...]
Las primeras preguntas se dirigieron a saber más sobre tu vida previa a llegar a la Academia, y en tu caso de conocer más sobre ellos y sus misiones, además de las experiencias con su estricto padre. Luther lo admiraba, aunque a ti te daba cierta desconfianza, como si algo les ocultara.
El tiempo conversando y jugando a verdades se les había pasado sin que se dieran cuenta, ganando confianza el uno en el otro. Estaban pasando un grato momento.
—¿Te hubiera gustado ser adoptada desde bebé como nosotros? —te preguntó Luther.
—(En comentarios pueden dejar su respuesta) —pensaste un momento, aunque su pregunta te había motivado a indagar al respecto sobre su opinión—. ¿Crees que mi experiencia habría sido más fácil si hubiera sido adoptad@ al mismo tiempo que ustedes?
—Probablemente —asintió—, pero es algo que nunca sabremos.
Ambos se distrajeron pensando en cómo habría sido la vida de todos, si tú hubieras sido adoptad@ a la par que ellos siete. Quizás ya pudieras controlar tus poderes por completo, tu relación podría ser más fluida con todos ellos, y ya podrías tener las mismas experiencias en cuanto a su participación en las misiones.
—¿Quién crees que tiene el mejor poder? —continuó preguntando Luther.
—(En comentarios pueden dejar su respuesta, pues es su opinión personal) —su pregunta a la vez te dio pie para consultar sobre su habilidad especial y limitaciones—. ¿Has tenido algún problema con tu poder?
—Sí, a veces cuando pierdo el control puedo llegar a romper algunos objetos por exceso de fuerza. No de manera intencional, claro —te explicó, se sentía apenado de a veces ser tan torpe en sus movimientos como para no poder controlarlo—. ¿Quién te cae mejor y peor de la Academia?
—(En comentarios pueden dejar su respuesta, porque es una opinión personal) —había algo que te intrigaba, por esto quisiste preguntarlo como para ir finalizando el interrogatorio—. ¿Cambiarías algo de ti mismo?
Luther permaneció en silencio por un momento, pensando, pero no parecía hallar respuesta alguna. O quizás era más de una característica que quisiera cambiar, sin embargo por ahora no lo sabrías.
—De acuerdo, creo que ya han sido demasiadas preguntas —interviniste, incorporándote con decisión—. ¿Listo para cumplir el reto?
—Estoy intrigado por saber qué has planeado.
—Te reto a bailar... —buscaste en el reproductor de música una canción que habías estado escuchado últimamente—. Esta canción —sugeriste, aunque la reprodujiste en un volumen bajo.
—Claro que no, no lo haré —negó, dejando escapar una breve risa por la sugerencia—. No soy bueno bailando.
—Ni yo, pero te acompañaré si tú lo haces, ¿qué dices? —lo invitaste, extendiendo tu mano hacia él.
Luther dudó una vez más, e incluso se volvió a negar. Pero, luego sí aceptó tomar tu mano para incorporarse, y empezar a bailar con movimientos que te causaron demasiada gracia. Al verlo tu primer reacción fue reír, teniendo que cubrir tu boca para que el sonido no se expandiera demasiado.
Después de unos segundos, decidiste acompañarlo bailando (o haciendo el ridículo), como le prometiste.
Pero su diversión se vio interrumpida, cuando alguien golpeara de manera insistente a la puerta. Ambos se voltearon a ver hacia allí y se llamaron a silencio de inmediato, preocupados de haber sido descubiertos.
—Puede ser nuestro padre... —comentó por lo bajo Luther, preocupado.
Si fuera Reginald o no, debían enfrentar las consecuencias, aunque no creías que estuvieran haciendo nada malo. Después de unos segundos tomaste el valor para abrir la puerta, y te encontraste con (tu chic@).
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En el próximo capítulo, no hay elección por hacer, pero sí hará aparición tu chic@, sigan viendo el que corresponde a su elección. Serán publicados en el siguiente orden:
