Capítulo 7: Cumpliendo el castigo (entrenamiento)

85 5 0
                                    

En esta parte encontrarán las opciones de Luther y Diego, habiendo una aparición de Vanya.

En esta parte encontrarán las opciones de Luther y Diego, habiendo una aparición de Vanya

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Tal como lo había dejado en claro, hasta la mañana siguiente su padre no les informó sobre quiénes conformarían cada equipo para entrenar. Tan solo hasta reunirlos nuevamente en la sala de entrenamiento, luego de explicarles en qué consistiría.

Nuevamente les señaló una rutina donde había variados ejercicios por realizar, similares a los que ya habían practicado en entrenamientos anteriores. Y a continuación comenzó a agruparlos en equipos de dos o tres.

—Número Ocho, entrenarás junto a Número Uno y Número Dos —les informó.

Justamente lo que todos temían, que Reginald hiciera entrenar juntos a Luther y Diego, con lo competitivos que eran entre ellos. Y para colmo de males, les habían asignado al miembro nuevo, quien tenía apenas un día de experiencia.

—Preferiría entrenar solo —se quejó Diego, disconforme por tener que pasar tiempo junto a Luther.

—Número Dos, ya la decisión está tomada —le aclaró su padre, desestimando su reclamo.

—Y esto solo es el comienzo... —murmuraste con preocupación por lo bajo, luego de ver la mirada de enfado que ambos se echaban por no poder cambiar de equipo. 

Cada equipo estaba distribuido en un ala diferente de la Academia, y desde allí no podrían tener contacto con el resto de sus hermanos, así que quedarías a solas con ellos dos. Sol@ como su mediador/a.

Los tres se dirigieron hacia el sector de la mansión asignado para ustedes, donde tendría desarrollo su entrenamiento extra. Al principio todo marchaba medianamente bien, claro que todavía no eras tan buen@ como ellos, pero hacías un gran esfuerzo por no perder el ritmo y perjudicarlos.

Pero, hubo un momento en que tuviste una complicación, al hacer un mal movimiento caíste al suelo de lleno. Desafortunadamente para ti, terminaste doblando tu pie. Y aunque procuraste no quejarte del dolor, tu aflicción era evidente, manteniéndote sentada sobando la zona del pie que dolía.

—T/N, ¿estás bien? —preguntó Luther, al darse cuenta de que habías caído.

Se apresuró a correr hacia ti. Se arrodilló a tu lado, para comprobar si te habías herido, pero no se veía nada a simple vista. Te sostuvo por los brazos y luego la cintura para ayudarte a incorporarte, pero no podías apoyar bien tu pie, y esta vez sí te quejaste del dolor.

—Déjal@, debe aprender incluso del dolor —intervino Diego, al notar que ambos se habían distraído, según su perspectiva.

—Número Dos, no seas tan imprudente, pudo haberse esguinzado el pie o algo peor —te defendió Luther, que se veía realmente afligido porque fuera peor de lo que creían.

—Solo fue una caída, no exageres —respondió Diego, restándole importancia.

Después de todo, ellos estaban acostumbrados a herirse en el entrenamiento o las misiones, ya era parte de su vida diaria.

—Chicos... —escuchaste la voz de Vanya.

Su hermana apenas venía llegando a ese ala de la mansión, para poder comprobar que siguieran entrenando, tal como su padre le había asignado. Ella también se acercó hacia ti, para ver que no estuvieras herid@, mientras los otros dos seguían discutiendo. Se hizo cargo de ti, porque Luther se fue a confrontar a Diego.

—¿Qué pasó? ¿Estás bien? —preguntó Vanya, sosteniéndote, hasta que pudieras apoyar de manera más firme tu pie.

—Sí, solo me caí, no te preocupes —quisiste mantener la calma, alguien debía hacerlo, pues el clima allí se estaba poniendo demasiado tenso.

—Además, ¿es necesario que me llames por mi número? —seguías escuchando la discusión entre los dos chicos, en este caso el reclamo de Diego—. ¿Te hace sentir mejor contigo mismo si te llamo así para alardear?

—¿Qué? Claro que no, es solo... —le estaba respondiendo Luther.

—Debemos hacer algo para que se detengan —le sugeriste a Vanya, temías que pudieran irse a las manos y que uno de los dos terminara herido.

Vanya asintió, estando de acuerdo, aunque a ella no solían hacerle demasiado caso te apoyaría. Con un poco de esfuerzo te exigiste mantenerte en pie, no querías ser motivo para que siguieran discutiendo.

—¿Lo ves? Está perfectamente —señaló Diego, al verte dar unos pasos hacia ellos dos.

—Sí, estoy bien. Gracias igualmente, Luther, por tu preocupación —respondiste, demostrando también tu agradecimiento por el apoyo que Luther te había dado en un inicio.

—¿Lo ves? Ni T/N te quiere reconocer como el Número Uno —comentó Diego, podrías jurar que de manera burlona hacia Luther.

Ciertamente no sabías por qué estaban enumerados por Reginald, pero era lo de menos.

—Bueno, nuestro padre fue quien designó cada número, en todo caso, háblalo con él —fue todo lo que Luther dijo al respecto.

El ambiente parecía seguir bastante caldeado, así que sentiste que debías ser más contundente al evitar que continuaran discutiendo.

—¿Por qué mejor no continuamos con el entrenamiento? —les propusiste.

Y antes de que pudieran responder, retomaste el ejercicio de inmediato, con la esperanza de que olvidaran esas asperezas y su castigo no se prolongara por culpa de esos enfrentamientos continuos.

Lo cierto fue que los primeros días de castigo fueron difíciles con ellos dos, pues nunca estaban de acuerdo en nada. Realmente deseabas que 

[...]

El próximo capítulo será uno en general, de interacción entre todos los hermanos Hargreeves, por esto no necesitan realizar una elección para ese.

Gracias por leer la historia!

Mi vida con los HargreevesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora