Capítulo 7: Cumpliendo el castigo (Limpieza)

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En esta parte encontrarán las opciones de Cinco y Vanya.

Tal como lo había dejado en claro, hasta la mañana siguiente su padre no les informó sobre quiénes conformarían cada grupo para realizar limpieza de la Academia

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Tal como lo había dejado en claro, hasta la mañana siguiente su padre no les informó sobre quiénes conformarían cada grupo para realizar limpieza de la Academia. Tan solo hasta reunirlos nuevamente en la sala principal.

Les explicó cómo dividirían las diversas alas de la mansión, qué habitaciones comprenderían y que deberían ustedes mismos llevar los artículos de limpieza. Y a continuación comenzó a agruparlos en equipos de dos o tres.

—Número Ocho, Cinco y Siete. Se encargarán de la limpieza completa del ala Oeste —les informó Reginald.

En ese instante pensaste que al menos para los castigos tenía en cuenta a Vanya. Deseabas que fuera así igualmente para el entrenamiento o las misiones.

Los tres se dirigieron a buscar los elementos de limpieza, mientras su padre continuaba designando los grupos. Y antes de que pudieran darse cuenta, Cinco ya había desaparecido al teletransportarse.

—Qué fácil sería si tuviéramos esa habilidad... —comentaste, al ver las estelas de luces que había dejado el portal de Cinco.

—Sí, pero en nuestro caso deberemos ir caminando —admitió Vanya, frunciendo sus labios al darse cuenta que nunca podrían hacerlo.

—Al menos nos dará el tiempo para seguir hablando —la animaste, apoyando una mano sobre su hombre—. Aunque probablemente Cinco luego se queje de que "llegamos muy tarde" —quisiste imitar la voz de tu otro hermano, cuando les reclamaba por algo.

Amb@s rieron, estaban de acuerdo en que probablemente así reaccionaría cuando l@s viera llegar a esa ala de la mansión. Tomaron todos los artículos de limpieza que creían necesitarían y se apresuraron a encaminarse hacia el sector que deberían asear.

Al llegar, notaron la mirada seria de Cinco, y se dieron cuenta que no se equivocaron al pensar que así reaccionaría al verlas.

—¿Por qué demoraron tanto? —les cuestionó—. Ya he avanzado solo con la primera habitación.

—Qué veloz Cinco, pero lamentablemente aún amb@s somos simples mortales —le respondiste, señalando a Vanya y a ti.

Tu tono de burla, demostrándole que no le tenías miedo, podría traerte ciertas represalias de parte de Cinco luego. Su cara de pocos amigos fue suficiente para que te dieras cuenta de ello, pero eso no importó en el momento.

Junto a Vanya se estaban encargando de limpiar uno de los cuartos de ese ala de la mansión, aunque no los utilizaran habían acumulado demasiado polvo. Repasando los muebles entre amb@s consiguieron hacerlo con más prisa.

—Ah iré a buscar la escoba... —te indicó Vanya, dado que se habían olvidado de traerla—. Si te parece puedes iniciar por la siguiente habitación, y yo termino aquí.

—De acuerdo —asentiste—. Espero que no me encuentre con ninguna araña... —negaste con desagrado de solo pensarlo, no era tanto el miedo como el rechazo que te causaban.

—Si llegas a ver alguna, pídele ayuda a Cinco —te sugirió ella.

En ese momento, no te diste una idea de si lo dijo en verdad o como broma, pues no te dio tiempo de cuestionarlo. Te cruzaste hacia la otra habitación, para comenzar la limpieza de esta.

Estabas concentrad@ limpiando, para terminar lo más pronto posible, hasta que sientes un escalofrío recorrer tu espalda. Pudiste percibir la presencia de alguien observándote, y esto te llevó a girar tu mirada hacia la puerta.

—¿Eres alérgica a las arañas? —interrogó Cinco, quien estaba apoyado contra el marco de la puerta.

—¿Qué? ¿Por qué lo preguntas? —cuestionaste, sin comprender de dónde sacaba esa información.

Miraste a todo tu alrededor, por temor a que hubiera alguna araña cerca de ti, pero no había ninguna. Entendiste solo lo estaba mencionando porque las escuchó platicando al respecto con Vanya.

—¿Por qué le temes? Hay peores depredadores en las calles, que una simple araña —siguió preguntando, como si te estuviera estudiando.

Más que ese noble animal lo que te estaba dando temor era la mirada y comentarios extraños de Cinco.

—No le temo, solo... —estabas intentando explicarle, pero él te interrumpió.

—Pruébalo —te retó.

Se teletransportó para quedar a tu lado en cuestión de segundos, acercando a tu rostro una araña que tenía en su mano. Inevitablemente gritaste al verla, puesto que te tomó por sorpresa.

—Podría definirse como temor esa reacción —comentó él, con toda calma y seriedad.

Tu grito había alertado a Vanya, que ya estaba regresando con la escoba en mano.

—¿Qué ocurrió? ¿Estás bien T/N? —preguntó, había llegado corriendo hacia esa habitación, preocupada al escucharte.

Mientras que Cinco, sin hacerse cargo de la situación, tan solo se esfumó para continuar con su labor.

—Eres un... —mascullaste, queriendo alcanzarlo, pero ni siquiera te dio tiempo de decirle nada.

Cada vez detestabas más el modo en que aparecía y desaparecía como le diera la gana, ahora comprendías por qué solía irritar a sus hermanos al hacerlo.

[...]

El próximo capítulo será uno en general, de interacción entre todos los hermanos Hargreeves, por esto no necesitan realizar una elección para ese.

Gracias por leer la historia!

Mi vida con los HargreevesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora