Capítulo 181

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Asuna

Según acabé de operar fui a reunirme con mi jefe pues pensaba que él tenía que estar al tanto de mi estado. Llamé a su puerta y esperé a que me atendiera. Una vez me invitó a entrar, me senté en la mesa frente a él.

- Venía a informarle que estoy embarazada - sonreí - intentaré trabajar hasta que mi estado me lo permita, mi idea es aguantar hasta que esté de ocho meses. El único problema es que no podré operar, es decir, el quirófano de hoy ha sido la última vez hasta que dé a luz y me reincorpore. También quería decírselo por las horas de guardia ya que la doctora me ha aconsejado que no haga demasiadas.

- Antes que nada - me miró - enhorabuena - sonrió - un niño siempre es motivo de alegría y felicidad en una casa. Ahora bien, por lo del quirófano no se preocupe porque lo entiendo y lo de las guardias igual. Usted tiene que hacer lo que sea mejor para la criatura y para usted. Si prefiere, puedo darle la baja al término del verano.

- No - respondí - quiero trabajar y no tengo ninguna complicación en el embarazo, viene todo bien por lo que prefiero seguir con mi rutina diaria. Solo quería informarle y que lo supiera por mí misma antes que por algún compañero.

- Eso le honra mucho - sonrió - sabe que si en algún momento se encuentra mal y tiene que irse o no puede venir, solo tiene que llamarme. Su salud y la de su bebé es lo primero, el trabajo es importante pero no tanto como usted y esa criatura, así que cuidese y no piense tanto en el trabajo que, da igual cuando coja la baja, su puesto está guardado para usted, nadie va a poder sustituirla porque es, ahora mismo, de los cinco mejores doctores que tiene el hospital por lo que no se preocupe por su trabajo.

- Gracias - sonreí - pero, lo dicho, prefiero seguir viniendo a trabajar todo este tiempo. Igual en unos meses digo lo contrario pero, a día de hoy, me encuentro de maravilla y puedo venir aquí.

- Perfecto - asintió - y, ¿de cuánto está?

- De diez semanas - respondí.

- Dos meses, entonces todavía es prontito para saber el sexo - dijo y asentí - ¿quieren saberlo?

- La verdad es que no - respondí - si lo vemos por la ecografía, bien, pero por voluntad propia no tenemos muchas ganas de saberlo.

Mi jefe asintió y, al acabar las operaciones que tenía programadas para hoy, me dio el día libre. Salí de su despacho y me encontré con Keiji que iba a tomarse un café por lo que le acompañé a la cafetería. Pedimos un café y un té y nos sentamos en una de las mesas.

- ¿De cuánto estás? - me preguntó sonriendo.

- ¿Cómo lo has sabido? - pregunté algo confusa.

- Vamos, no soy tonto - rió - Nojiko tuvo los mismos síntomas, cansancio, mareos, náuseas... Tengo una hija y sé los síntomas del embarazo. Se te notaba mucho.

- ¿En serio? - dije sorprendida.

- Sí, ¿Kazu no notó nada?

- Nada de nada - sonreí - se pensaba que estaba cansada por el jet lag y, después, por las guardias, no sospechó nada.

- Que inocente es cuando quiere - rió - te lo repito de nuevo, ¿de cuánto estás?

- Dos meses, diez semanas - sonreí - mira, ya se le notan las manos y los pies - le enseñé una foto de la ecografía.

- Me alegro mucho por ti, no puedo evitar acordarme de como te he visto ir avanzando en tu vida y me siento muy orgulloso por ti pues estás consiguiendo todas y cada una de las metas que te has propuesto - me abrazó - se te nota muy feliz con la noticia por lo que, al igual que Rika, parece que es un bebé buscado.

Desde que te vi, Kirito y Asuna. Parte 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora