Capítulo 258

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Kirito

Llegamos al hospital, a la zona de urgencias, donde nos atendieron enseguida. Nos llevaron a una habitación donde comprobaron si Asuna había dilatado lo suficiente para poder llevarla a la sala de partos.

- En diez minutos venimos a por ti, va todo muy bien - le sonrió su compañera, al cual nos había llevado todo el seguimiento del embarazo - iros preparando porque en nada tenéis a Kaia entre los brazos - el amor de mi vida y yo nos miramos emocionados.

- Gracias - alcancé a responder. La doctora se fue y nos dejó a los dos solos - ¿nerviosa? - pregunté - porque yo sí que lo estoy.

- Sinceramente, estoy más tranquila que cuando nació Dai. Sé que todo está bien y eso me da mucha tranquilidad y calma. La sensación es completamente diferente al nacimiento de Dai.

- Creo que voy a ir a por un café - dije mirando el reloj, eran las siete de la mañana.

- Ni se te ocurra - me interrumpió mi esposa - estarás más nervioso y lo que necesito es que estés relajado y tranquilo. En nada vendrán a por nosotros y quiero que estés aquí conmigo.

- Está bien - sonreí y besé su frente. Me senté a su lado en la cama y cogí su mano. Mi castaña favorita apretó mi mano, señal de que le había entrado una contracción. Miré el reloj de nuevo - ya son más frecuentes, esta ha durado más y ha habido dos minutos de diferencia entre la anterior y esta.

- Sí, Kaia está por salir ya - alcanzó a responder pues estaba agotada.

- Ya queda menos y podrás descansar algo - besé su mano. Al cabo de un par de minutos vino un equipo de auxiliares a por nosotros y nos llevaron a la sala de partos. Antes de entrar me pararon y me dieron una bata y un gorro verde para poder entrar a dicha sala. Seguí las instrucciones que me estaban dando y, cuando estuve preparado, entré junto al amor de mi vida. Asuna me tendió una mano y me miró.

- Kaia ya está aquí - me dijo sonriente, se le notaba cansada y dolorida - nuestro sueño cada vez se va haciendo más realidad. Ya tenemos a Dai y ahora Kaia.

- Sí, la felicidad nuestra va en aumento - la besé. En ese momento vino la ginecóloga y sonrió.

- Bueno, parejita, creo que sabéis muy bien lo que viene ahora - dijo mientras se ponía un par de guantes. Ambos asentimos - ya sabes, Asuna, cuando notes una contracción, haces fuerza y empujas. Kazuto, lo siento por tu mano pero te la van a destrozar - rió.

- No pasa nada, asumiré el riesgo - respondí - sé que merecerá la pena según vea la cara de Kaia.

- Así me gusta - asintió y se sentó en un pequeño taburete que estaba a la altura de la vagina de mi esposa - bueno, Asuna, vamos allá - sonrió y ambos asentimos. Mi compañera de vida apretó mi mano y cogió aire. En cuanto tuvo la primera contracción apretó mi mano con fuerza y empujó, soltó un grito bastante fuerte.

El parto duró lo que yo creía que era un buen rato, o al menos mi mano así lo creía. Pasados varios minutos Asuna dio un último empujón y escuchamos un llanto de bebé. Mi gran amor y yo nos miramos con lágrimas en los ojos pues sabíamos que era Kaia quien lloraba.

- Enhorabuena, chicos - sonrió la médico - sois padres de una hermosa niña. Gracias por haberme dado esta vez la oportunidad, Asuna - mi castaña alcanzó a sonreír pero se notaba que estaba agotada.

- Eres una campeona - le susurré al oído y le di un breve beso en los labios - estoy muy orgulloso de ti - sonreí.

Asuna volvió a besarme y sonrió de vuelta. Estaba pletórica de felicidad pero también de cansancio. La doctora nos dio un poco de espacio pero después llamó nuestra atención.

Desde que te vi, Kirito y Asuna. Parte 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora