Capítulo 199

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Asuna

Era el último día en Kyoto pues, aunque estábamos a veintidós de Diciembre, quedaba un mes y un par de semanas para el nacimiento del bebé por lo que nos marcharíamos a Tokio para que naciera en el hospital en el que trabajo, Kirito cogería la baja según llegáramos a la capital por lo que pudiera pasar.

No sabía muy bien el porqué pero hoy me había levantado peor que nunca. Había pasado una noche muy mala debido a las contracciones y a que el bebé no dejaba de dar patadas.

- Menuda cara tienes - me dijo mi mejor amiga mientras me ayudaba a bajar las escaleras - ¿estás bien?

- Sí - intenté sonreír - es que el bebé no me ha dado tregua alguna esta noche. No paraba de dar patadas y moverse.

- Lo sé - sonrió - me lo ha dicho Kirito antes de irse, no he ido a despertarte ni nada porque quería dejarte descansar.

- Gracias - respondí mientras Yuuki me ayudaba a tumbarme en el sofá.

Como sólo habíamos venido a pasar un día, Yuuki vino con nosotros para que yo tuviera algo de compañía y ayuda puesto que, aunque, de normal, me encontraba bastante bien, me cansaba con bastante facilidad además que, después de lo que ocurrió con Sachi ninguno de mis amigos o familiares querían dejarme sola por lo que, cuando Kirito se iba a trabajar, venía alguien a hacerme compañía. Debido a que en unas horas nos volvíamos a la capital, Yuuki estaba haciendo las maletas ya que yo seguía tumbada en el sofá a causa de las contracciones de Braxton Hicks, que desde que habíamos llegado a Kyoto eran cada vez más constantes.

- ¿Estás segura que estás bien? - me preguntó mi mejor amiga en una de las ocasiones que me llevé las manos al vientre y respiré como me enseñaron, dado que hoy era el peor día que estaba llevando las contracciones debido, en parte, a la mala noche que había tenido.

- Sí, son unas contracciones típicas que se dan desde la mitad del embarazo hasta el día del parto - respondí - aunque según me dijo la ginecóloga eran indoloras pero llevo un par de horas con dolor en la espalda y en la ingle cada vez que las siento. Además creo que tengo el útero demasiado duro.

- A ver si te estás poniendo de parto - rió Yuuki.

- No - contesté - todavía es pronto, me faltan casi seis semanas.

- Dicen que el primero siempre se adelanta - añadió mi amiga.

- Unos días, no un mes - respondí.

Cuando me empecé a encontrar mejor me levanté y caminé por la casa. Según fue pasando el tiempo volví a encontrarme peor ya que las contracciones iban en aumento, al igual que el dolor, por lo que estaba empezando a preocuparme, también me estaban volviendo de nuevo las ganas de vomitar.

Sin decirle nada a Yuuki comencé a controlar dichas contracciones y estaba teniendolas demasiado periódicas. Me dirigí al baño a expulsar lo que me estaba subiendo por la tráquea cuando noté un líquido caliente salir de mi interior. "Mierda", pensé, "no puede ser".

- Yuuki, ven por favor - llamé a mi mejor amiga que estaba en la planta de arriba arreglando la habitación. Bajó lo más deprisa que pudo y miró mi pantalón vaquero mojado mientras estaba arrodillada vomitando - por si no te has dado cuenta, he roto aguas - la informé riéndome.

- Voy a avisar a Kirito - dijo sacando su teléfono del bolsillo.

Yuuki me ayudó a levantarme y me llevó al salón donde me senté en una silla a esperar que viniera mi marido para irnos al hospital para dar a luz a nuestro primogénito.

Kirito

Debido a la mala noche que había pasado mi esposa, estaba un tanto asustado por lo que quería acabar cuanto antes en la oficina para marcharme a casa junto a ella. Estaba junto a Eshi y a Shiro comprobando los últimos detalles de los proyectos que debían de controlar cuando recibí una llamada de Yuuki por lo que me preocupé. Me disculpé con ambos tíos de mi esposa y respondí la llamada.

Desde que te vi, Kirito y Asuna. Parte 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora