Capítulo 193

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Kirito

Después de las noticias que nos dio el ginecólogo al que recurrimos, ambos estábamos más tranquilos. Unos días después de recoger los resultados del médico, nos llamaron del hospital de Kyoto para darnos la cita para que nos vieran por primera vez por lo que asistimos el día que nos dijeron y también fuimos al ginecólogo que nos habían recomendado las tías de mi mujer.

Desde entonces, ambos doctores nos habían llevado un seguimiento exhaustivo. Asuna había mejorado mucho, incluso había cogido peso. Todos los días se tumbaba junto a mí y se ponía a ayudarme con el nuevo dispositivo, al cual habíamos decidido llamarlo "NerveGear", fue idea de Asuna y, sin pensarlo dos veces, se quedó con ese nombre.

Debido a que no podía dormir más, me bajé al salón para trabajar y dejé a mi esposa descansar. Me senté en el sofá a trabajar mientras me bebía un buen café. Al cabo de un rato bajaba mi esposa.

- Túmbate - sonreí - voy a prepararte el desayuno.

- Puedo hacerlo yo - respondió besando mi frente - que me estás cuidando tanto que lo único que hago yo es engordar - rió - y así está pasando, que el bebé es más grande de lo que corresponde.

- Eso es lo que quiero, que cojas algo de peso ya que te viene bien - le di un beso en los labios y me levanté a prepararle algo de fruta y un té para desayunar.

Cuando tuve todo preparado, volví al salón y me encontré que Asuna tenía los papeles del NerveGear en la mano y los estaba leyendo mientras revisaba el boceto de la pantalla.

- Se nota que echas de menos trabajar - me reí - que no puedes parar por un minuto.

- La verdad es que sí que lo extraño - respondió - pero, bueno, es por algo positivo ya que es por nuestro hijo - se acarició el vientre.

- Así es - le di un beso en la frente mientras que dejaba el desayuno en la mesa - dentro de poco estará con nosotros y será lo más feliz que ha pasado en la vida. Ahí comprenderemos los dos que este esfuerzo ha merecido la pena.

- Lo sé - sonrió y comenzó a desayunar.

- Amor, mañana es tu cumpleaños, ¿qué te apetece hacer? - pregunté.

- Nada especial, además tenemos doble turno de médicos así que tampoco podemos hacer mucho - dijo.

- Te invitaré a comer, entonces - sonreí - así que ponte algo bonito.

- Cariño, no tengo muchas ganas - respondió - estoy más cómoda en pijama y viendo una película los dos juntos. Estoy más gorda y no tengo mucha ropa elegante premamá para ir a algún restaurante a comer o cenar.

- Eso no es problema - me levanté y volví con una bolsa - esto lo manda tu madre.

Se lo di a Asuna, que abrió la bolsa y sacó un precioso vestido premamá color rojo. También había varios pantalones vaqueros y blusas.

- Son preciosos - se emocionó - iremos a cenar - sonrió y asentí pues era lo que quería ya que sabía que mi esposa echaba de menos hacer ese tipo de cosas y quería que saliera un poco de nuestra casa pues lo merecía.

Cuando terminó de desayunar seguimos trabajando hasta que Asuna recibió una llamada de Alice y la respondió, estuvieron hablando durante un largo rato ya que parecía que Alice estaba un tanto agobiada por la boda, mi esposa estaba intentando relajarla.

- El fin de semana tenemos que ir a Tokio - me informó una vez colgó - tengo prueba del vestido y Alice está muy saturada porque me necesita allí.

- Ya, pero tiene que comprender que, ahora mismo, tu situación no es la misma que hace unos meses por lo que tienes que descansar y reposar. Puedes ayudarla por teléfono pero no puedes ir de aquí para allá. También está Yuuki.

Desde que te vi, Kirito y Asuna. Parte 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora