Capítulo 182

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Kirito

Llegamos a la tienda donde ya nos estaba esperando Kyouko. Mi suegra, según vio a Asuna corrió hacia ella y le dio un abrazo enorme.

- Perdóname - le dijo - me preocupé demasiado por ti y, creeme, que era lo que menos quería, lo único que quería era saber que estabas segura de lo que estabas haciendo. Estoy muy orgullosa de ti y de lo que estás consiguiendo. Estoy muy feliz por vosotros dos - me abrazó a mí también - enhorabuena, hijos.

- Lo siento, mamá - respondió mi esposa - yo también malinterpreté las cosas , no soy capaz de controlar las hormonas - rió y Kyouko la acompañó en la risa. Nos separamos del abrazo y mi suegra miró a su hija.

- ¿Puedo? - preguntó señalando a la barriga de Asuna, que asintió.

- Claro - sonrió - eres su abuela, tendrá que conocerte - Kyouko reposó su mano sobre el vientre de mi esposa y no pudo evitar emocionarse.

Al cabo de un rato, después de que mi madre y mi suegra se saludaran, entramos a la tienda y buscamos la ayuda de una dependienta. Mi esposa le expuso el tiempo del que estábamos embarazados y que no teníamos nada. La dependienta asintió.

- ¿Tienes pensado poner una minicuna o solo cuna? - preguntó la dependienta. Asuna miró a nuestras madres.

- ¿Qué me aconsejáis?

- No sé lo que pensará Midori - respondió mi suegra - pero, para mí, la minicuna fue muy cómoda porque la pones unida a vuestra cama y sentís al bebé. Es más fácil también si le das el pecho ya que el bebé puede despertar y buscarte para que le des de comer.

- Tu madre tiene razón - asintió mi madre - yo la tuve para Sugu y me fue muy bien. Descansaba mejor y me evitaba levantarme cada dos por tres a comprobar que el bebé estaba bien. Pero, a fin de cuentas, sois vosotros los que decidís.

- ¿Qué opinas, amor? - me miró.

- Yo preferiría tenerlo con nosotros en la habitación, al menos hasta que tenga medio añito. Prefiero que duerma con nosotros por si pasa algo tenerlo al lado - mi esposa asintió y respondió a la dependienta, que nos llevó a la zona de cunas y minicunas.

De minicuna elegimos una verde clarita mientras que de cuna nos decidimos por una blanca que tenía un dibujo de un osito. Tras eso nos llevó a elegir el carro para pasear al bebé. Al igual que con la minicuna, al no saber el sexo del bebé, nos decidimos por un carro negro con la capota en color verde claro. El carro llevaba todos los complementos.

- ¿Tenéis coche? - asentimos - entonces querréis sillita para éste.

- Sí - respondí - dos.

La dependienta asintió y nos llevó a ver las sillas para el coche. Elegimos dos iguales, las cuales servirían desde que naciera hasta que tuviera tres años. Fuimos caminando por los pasillos mientras elegíamos el cambiador y la bañera.

- Creo que, lo esencial, ya lo tenéis - sonrió la dependienta - lo demás ya es ir eligiendo, como la hamaca, la mecedora para el pecho, ropa...

- Eso ya lo elegiremos otro día - respondió mi esposa.

La dependienta asintió y nos llevó al mostrador, donde nos enseñó la lista de artículos que habíamos elegido.

- ¿Os los lleváis hoy u os los llevamos nosotros? - preguntó.

- Mejor que nos los traigáis - respondí - ahora mismo no tenemos espacio en el coche - sonreí y la dependienta asintió.

- Tardaremos entre un par de semanas o un mes en llevároslo porque os lo llevarán desde la fábrica - nos informó y asentimos pues todavía nos quedaba bastante para ello.

Desde que te vi, Kirito y Asuna. Parte 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora