Capítulo 178.5

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Eugeo

Estaba en la oficina cuando recibí una llamada de Asuna, miré extrañado la pantalla pues, a pesar de que teníamos una amistad muy cercana, desde que salimos del instituto se había convertido en mi mejor amiga, me resultaba extraño que me llamara a estas horas porque, a pesar de que ella estaba de baja, suponía que mi amiga sabía que yo estaba trabajando.

Respondí la llamada porque podía ser algo importante.

- Hola Asuna - contesté - ¿qué tal?

- Buenos días - por su tono de voz parecía feliz por lo que no había pasado nada malo - estoy bien - contestó - pero te llamaba porque necesitaba tu ayuda con un asunto.

- Sí, claro - sonreí - dime en qué puedo ayudarte y lo haré encantado.

- Primero tienes que prometerme que no se lo dirás a nadie - dijo seriamente. Cuando mi amiga ponía ese tono de voz me llegaba a asustar bastante.

- Lo prometo - asentí aunque no pudiera verme.

- Estoy embarazada - noté como su voz adoptaba un tono más alegre todavía - y quiero que me ayudes a darle la sorpresa a Kirito.

Me quedé sin habla, sabía demasiado bien, de mano de mi amigo, lo mucho que ambos estaban buscando la manera de ampliar la familia. Era consciente que, desde que se casaron en secreto en Kyoto, mis amigos deseaban tener un hijo. Me levanté de la silla de mi despacho y me puse a dar saltos de alegría, estaba feliz por los dos, iban a ser unos padres maravillosos. No podía dejar de sonreír, me hubiera encantado tener a Asuna delante para darle un grandísimo abrazo, noté como por mi mejilla resbalaban unas lágrimas.

- ¿Eugeo? - escuché la voz de Asuna al otro lado del teléfono - ¿sigues ahí?

- Sí - respondí rápidamente - perdona es que habían llamado a la puerta de la oficina.

- Si te molesto podemos hablar en otro momento.

- No, tranquila - sonreí - ya estoy libre. Dime, ¿qué habías pensado?

- Pues quiero hacerle una especie de gincana que recorra lugares que han significado algo para nosotros - no pude evitar emocionarme cuando me fue contando punto por punto las pistas. - Había pensado en que Yuuki y Alice me ayudaran diciéndoles alguna mentirijilla.

- ¿Y yo qué hago? - pregunté.

- Lo más importante - respondió - quiero que le saques del despacho y le des la primera pista.

- Perfecto - sonreí.

- Muchas gracias Eugeo - me dijo antes de colgar - eres el mejor tío que podrá tener nuestro hijo.

Las palabras de Asuna me terminaron por emocionar. Me parecía increíble cómo podía estar así de feliz por mi amigo cuando no era mi propio hijo sino el de mis mejores amigos. Colgué la llamada y me puse a pensar en una excusa para sacar a mi amigo del despacho cuando me llamara su mujer.

Antes de seguir con mi trabajo, me quedé mirando a la nada. Estaba pletórico de felicidad por Kirito, había conseguido cumplir su sueño, no solo estaba con la mujer de su vida, de la cual llevaba enamorado desde los ocho años, sino que ahora esa mujer llevaba en su vientre a su mayor tesoro y su bien más preciado. Estos años habían pasado volando, hacía un año y seis meses de su boda secreta en Fushimi Inari y un año y unas semanas desde que se casaron públicamente ante todos en la Bahía de Tokio, aunque juntos llevaban ya ocho años y medio, me parecía ayer cuando Kirito trajo a esa tímida chica castaña al Dicey por primera vez.

Me paré a pensar detenidamente en la vida no solo de mi amigo, sino en la de todo el grupo. Alice y yo hacía dos años que nos habíamos ido a vivir juntos y, actualmente, estábamos organizando nuestra boda, aunque la palabra hijos nos venía un tanto grande puesto que, a diferencia de Kirito y Asuna, nunca nos habíamos planteado la posibilidad de ser uno más, estábamos bien así por el momento. Yuuki y Kou vivían juntos pero aún no se decidían a dar el paso aunque estaban bien así, seguían felices y eso era lo más importante.

Desde que te vi, Kirito y Asuna. Parte 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora