Capítulo 190

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Asuna

Desperté antes que nadie dado que había pasado una noche bastante mala pensando en lo que me podía decir hoy la ginecóloga. Tenía mucho miedo de perder a mi bebé pues no era como cuando abortara sin verlo, ahora mismo le había visto la cara, su cuerpecito y sentía como su vida crecía en mi interior. No quería que eso cambiara de aquí a un par de horas.

Cuando me sonó la alarma, me levanté. Vi que Midori se había venido a dormir a mi lado mientras que Kirito, por precaución, lo había hecho en el sofá. Salí de mi habitación y escuché como mi esposo estaba teniendo un ataque de tos. Fui a la cocina y le di un vaso de agua.

- Te vendrá bien - le sonreí - te relajará la tos.

- Gracias - sonrió. Se bebió el vaso y me miró - haré algo de desayunar, siéntate.

Asentí y me senté en el sofá de lectura mientras que él preparaba un par de tazas de té y unas tostadas. Puso todo en la mesa de los sofás y se sentó.

- ¿Cómo estás? - me preguntó muy preocupado.

- Demasiado nerviosa - respondí - tengo mucho miedo a lo que me puedan decir, no quiero perderlo, cariño - me puse a llorar mientras acariciaba mi vientre.

- No lo vamos a perder - se arrodilló en el suelo enfrente mío y puso sus manos sobre mi vientre - vamos a luchar porque este bebé salga adelante. No llores - me secó las lágrimas que me caían por mis mejillas, él también tenía el mismo temor que yo ya que él también lloraba - en unos meses estará con nosotros y esto nos hará quererlo y valorarlo más ya lo verás. - Sin poder evitarlo demasiado, tomé el riesgo de darle un beso en los labios pues era lo que más necesitaba, a él y a sus labios, sus caricias - amor, puede ser malo para ti, paremos - se apartó del beso - lo que menos quiero ahora mismo es que te contagie la gripe.

Asentí dado que llevaba razón ya que la gripe podría ser nociva para mi embarazo. Me levanté y fui a ducharme dado que en cuarenta minutos nos recibiría mi compañera en su consulta. Mientras que yo me vestía, Kirito entró a darse una ducha.

- ¿Ya os vais? - preguntó mi suegra mientras abría los ojos.

- Sí - sonreí - espero que salga todo bien. Sabes que estás en tu casa, así que no tengo que decirte nada.

- Creo que esta noche dormiré en casa - me informó - vendré a ayudaros con la cena y demás pero prefiero dormir con Minetaka, no quiero molestaros y echo de menos a mi familia. Además, considero que todavía tenéis muchas cosas de las que hablar y arreglar.

- Lo comprendo - asentí - no es necesario que vengas a hacernos la comida o la cena, entre nosotros podemos.

- Prefiero venir a ayudaros, me quedo más tranquila. Tú tienes que descansar y él también. No me cuesta trabajo venir - sonrió y asentí de nuevo.

Cuando terminé de vestirme, Kirito me dijo de irnos por lo que me levanté del sofá, nos despedimos de Midori y salimos hacia el coche. Aunque al principio me negué, Kirito condujo hasta el hospital y aparcó en mi plaza de médico. Bajamos del coche y me dio la mano, caminamos en completo silencio hasta llegar a la sala de espera de las consultas de ginecología, nos sentamos en dos asientos y esperamos a que la doctora saliera a llamarnos, tardó menos de cinco minutos en hacerlo.

Nos levantamos y entramos a su despacho. La doctora estaba más seria que de normal. Estaba firmando unos papeles, nos invitó a sentarnos en las dos sillas de su despacho y lo hicimos.

- Me han pasado el doctor Takara y el jefe tu baja - me informó - y acabo de firmarla ahora mismo para que sea efectiva desde ya hasta nueva orden - iba a abrir la boca para decir que yo quería trabajar - la situación no es nada favorable - nos miró a ambos a los ojos - como me temía, los análisis han vuelto a salir mal.

Desde que te vi, Kirito y Asuna. Parte 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora