Capítulo 195

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Kirito

El día del juicio había llegado, estaba muy nervioso por lo que pudiera pasar, no quería que Sachi o Sugou le dijeran algo a Asuna que pudiera afectarle ya que hoy no se encontraba muy bien.

- ¿Estás segura que quieres ir personalmente? - le pregunté a mi esposa mientras nos vestíamos - vería lógico si quieres testificar por videollamada.

- Amor, estoy segura - sonrió - no tienes nada de lo que preocuparte, saldrá todo bien y el bebé estará bien, mira - cogió mi mano izquierda y la posó sobre su vientre, el bebé reaccionó dándome una patada - ¿ves? - sonrió - te ha dado una patada para que te calmes.

- Está bien - me arrodillé y besé su vientre - si te encontraras mal o algo, me lo dices - asintió.

Terminamos de prepararnos y mi suegra vino a por nosotros ya que ella estaría acompañando a nuestro abogado en el juicio. Hoy era el último día del juicio, los tres días anteriores habían testificado Sugou, Sachi y los policías que habían encontrado a Asuna. También lo hicieron los médicos que habían atendido a mi esposa en el hospital cuando la encontramos.

Kyouko condujo hasta el juzgado, de camino le preguntó a su hija si estaba segura casi una veintena de veces, Asuna contestó a todas afirmativamente. Sabía que nada le iba a hacer cambiar de opinión a mi mujer pero, tanto su madre como yo, queríamos que ella estuviera bien ya que hoy no se encontraba muy allá tanto anímicamente como físicamente ya que se había levantado llorando.

- Son las hormonas, no te preocupes - me dijo mi suegra cuando le conté el estado de mi mujer - es algo normal en el embarazo. Ella es fuerte y, si quiere testificar, no habrá nada que le hará cambiar de opinión.

Entramos al juzgado y nos encontramos con el abogado, nos dirigimos a la sala y entramos. Sugou y Sachi ya estaban ahí y no dudaron en comentar en voz alta el estado de mi esposa.

- Mírala qué gorda está - le dijo Sachi a Sugou riéndose - parece una bola.

- Hice bien en dejarla ir - le rió la gracia Sugou - cada día que pasa está más fea y gorda, se nota que tiene que ponerse al nivel del pobretón que tiene por marido.

Escuchar eso me estaba hirviendo la sangre, fui a abrir la boca pero Asuna, que me entendía como nadie, me cogió de la mano.

- No me afecta lo más mínimo lo que digan - sonrió - sé que tú me ves la mujer más hermosa del planeta y, con eso, me basta.

- Ganas embarazada - besé su frente - estás preciosa - acaricié su vientre mientras ella sonreía, no parecía importarle demasiado la sarta de barbaridades que estaban diciendo los dos lunáticos. Tuvimos suerte de que el fiscal y el juez llegaron para escuchar las tonterías que estaban diciendo.

- No tengo tiempo para escuchar tonterías, además en la sala está la persona a la que agredieron - dijo el juez cuando se sentó mirando a ambos - así que, por favor, agentes, llevénselos a la sala de acusados - los policías asintieron e hicieron lo que pidió el juez - ahora, empecemos - sonrió - me gustaría llamar al estrado a la señorita Asuna Kirigaya.

Miré a mi izquierda y vi que Asuna asintió. Me dio un ligero beso en la mano izquierda y se levantó, el abogado la acompañó hasta el estrado y se sentó en la silla. Juró decir la verdad y el juez hizo un gesto a ambos abogados y al fiscal para que comenzaran sus preguntas. El primero en levantarse fue el fiscal.

- Señorita Kirigaya, sé que será doloroso para usted pero me gustaría que narrara al jurado todas las vivencias que pasó durante esos cinco días. Querría que, a la hora de que hagan el veredicto, tengan en cuenta sus declaraciones - Asuna asintió y tomó algo de aire.

Desde que te vi, Kirito y Asuna. Parte 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora