Capítulo 183

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Kirito

Esperamos durante diez minutos a que nos llamara la ginecóloga. Llegar hasta la consulta había sido una odisea pues por cada pasillo que pasábamos paraban a mi esposa tanto médicos como enfermeras, incluso pacientes, para felicitarla por su estado. Una de sus compañeras le recordó cuando, hace un par de semanas, fui a buscar a mi esposa.

Flashback

Aunque estábamos en pleno verano había salido un día lluvioso. Estaba preocupado por mi esposa puesto que se había ido caminando al hospital ya que su coche estaba en el taller.

- Kou, ¿puedo salir antes? - pregunté pues ambos estábamos completamente centrados en sacar adelante el dispositivo dado que, después de mi presentación, tanto los socios como los inversores habían dado luz verde al proyecto - es que tu hermana está a punto de salir y no se ha llevado paraguas ni nada. Además, se ha ido andando.

- Claro - sonrió mi cuñado - lo primero es Asuna y el bebé, con esto podemos seguir mañana - asentí y lo agradecí.

Salí de su despacho y fui al mío para recoger mis cosas. Subí a mi nuevo coche, el cual era el mismo que tenía desde que había entrado en RECT pero más grande. Conduje hasta el hospital y aparqué en el puesto más cercano. Saqué el paraguas del maletero y caminé hasta la puerta para esperar a mi esposa.

Mi castaña favorita salió al cabo de un momento, hablando animadamente con unas compañeras mientras acariciaba su barriga con una sonrisa enorme en su rostro. Asuna miró al frente y me vio, le correspondí su sonrisa. Mi esposa se despidió de sus compañeras y llegó a mi altura, me dio un beso, me agarró por el brazo y apoyó su cabeza sobre mi hombro. Caminamos así hasta el coche.

- Que afortunada eres, doctora Kirigaya - le dijo una de sus compañeras mientras fumaba un cigarrillo - quiero un marido como el tuyo.

Asuna se limitó a sonreír y caminamos abrazados bajo el paraguas hasta el coche. Conduje hasta nuestro hogar e hice la cena mientras mi esposa se daba un baño, en el cual acabé por acompañarla.

Fin del flashback.

Mientras pensaba en aquel momento, la doctora salió a llamarnos por lo que nos levantamos. Entramos a la consulta y nos sentamos.

- Los análisis han salido de maravilla - nos sonrió - estás como una reina - miró a mi esposa - ahora voy a pesarte y medir tu abdomen.

Asuna asintió y se levantó para ir tras una cortina junto a la doctora. Volvieron al cabo de un rato.

- Has cogido algo de peso, lo normal - sonrió - y tu abdomen también ha crecido un poco. Ahora llega el momento de ver al bebé.

Ambos nos levantamos y nos tomamos de la mano, acompañamos a la doctora a la sala de al lado. Asuna se tumbó, levantó su vestido y la ginecóloga le puso un gel sobre la barriga, lo comenzó a extender con ayuda de un palo y, al cabo de un rato, comenzamos a escuchar los latidos de nuestro hijo.

- Vaya, ha crecido - dije sorprendido de ver que ya tenía más forma de persona. Los brazos y los pies eran más largos.

- Está sonriendo - nos señaló la pantalla - parece que se ha alegrado de oír a su papá - me miró y me puse a llorar, estaba muy feliz de ver a mi hijo. Le di un beso en la frente a mi esposa, que también estaba muy emocionada - ya va a poder empezar a moverse libremente. Mira, se está moviendo - nos señaló la pantalla - y se puede ver el sexo.

Asuna y yo nos miramos y nos pusimos a llorar, aunque no queríamos saber el sexo nos había hecho ilusión verlo. Eso sí, lo mantendríamos en secreto hasta el día que naciera. Estuvimos viendo al bebé durante cinco minutos más en los cuales no dejó de moverse, algo que nos causaba alegría a ambos.

Desde que te vi, Kirito y Asuna. Parte 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora