Capítulo 235

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Asuna

Me levanté bastante cansada porque Dai no había pasado una noche demasiado buena dado que el dolor que sentía en su boca era bastante fuerte para él y se sentía incómodo. Miré a mi lado y Kirito no estaba, supuse que se había marchado ya a trabajar puesto que iría yo con Dai al médico. Me levanté y entré a la habitación de mi hijo, para mi sorpresa estaba mi marido sentado en la butaca donde le daba el pecho con Dai en brazos, nuestro bebé tenía uno de los dedos del amor de mi vida dentro de su boca.

- Sé que has pasado toda la noche con él - me dijo susurrando pues nuestro hijo dormía plácidamente - por lo que cuando lo he escuchado llorar me he levantado enseguida, quería que descansaras un poco más. He intentado darle el biberón pero no ha querido comer. Ha sido él mismo el que ha cogido mi mano, se ha metido el dedo en la boca y se ha dormido.

- Debe de dolerle mucho - respondí dándole un beso a mi gran amor y otro a mi pequeño tesoro - es raro en él no comer cuando es una de las cosas que más le gusta junto con dormir. Me duele verlo sufrir.

- A mí también - asintió - ha pasado por demasiado en seis meses, más que un bebé normal y es algo que me molesta.

- Es culpa mía - dije secándome una lágrima - si os hubiera hecho caso a todos y no me hubiera marchado a Kyoto, Dai hubiera nacido bien.

- Sabes de sobra que eso no es así - se levantó y me tocó la mejilla con la mano que tenía libre, después me besó en la frente - esto es culpa de los dos locos que están encerrados. Ellos te complicaron el embarazo y por eso Dai nació pronto y tiene las defensas bajas, porque después de hacerte todo lo que te hicieron, los nutrientes que tiene el bebé en tu vientre no estaban y ocurrió todo lo que sabemos. No te culpes, porque tú eres una heroína, gracias a todo lo que luchaste por mantener a Dai en tu vientre, él está aquí con nosotros - me dio un beso en los labios.

- Te amo mucho - le correspondí el beso - gracias por ser el amor de mi vida.

- Yo te amo más - sonrió - y eso debería decirlo yo, gracias a ti por todo. Ahora, vayamos a desayunar que dentro de nada tenemos la cita con la pediatra - asentí y salimos de la habitación, por suerte Dai seguía durmiendo sobre su padre.

- ¿No llegarás tarde a trabajar? - pregunté mirando la hora.

- No, ahora estoy de jefe y, además, mi hijo es lo primero - respondió - iré después del médico. Lo que me resulta extraño es que mi madre aún no esté aquí.

- Tengo consulta de tarde hoy - aclaré - por lo que por la mañana estaré yo con Dai - le miré, mi esposo fue a abrir la boca - ni se te ocurra decir que tú vas a cogerte la mañana libre porque no te lo voy a permitir. Como has dicho, estás de jefe y tienes que estar pendiente de todo, Dai estará bien - mi marido asintió.

Terminamos de desayunar y fuimos a cambiarnos de ropa. Aunque nos dolió, no tuvimos más remedio que despertar a Dai pues sino, Kirito no podría quitarse el pijama. Cuando estuvimos preparados fuimos hacia el hospital, mi compañera me citó la primera por lo que, conforme nos vio llegar, nos estaba llamando para que entráramos a su consulta.

- ¿Qué tal ha pasado la noche? - nos preguntó. Dai no dejaba de llevarse las manos a la boca.

- Bastante mala, la verdad - respondí - se ha pasado casi toda la noche despierto, llorando y llevándose las manos y todo lo que pillaba a la boca. Habrá dormido tres horas desde las nueve que lo acosté ayer - la doctora apuntó todo y asintió.

- Voy a examinarlo - mi marido asintió y le pasó a Dai a sus brazos, nuestro hijo, al ver lo que ocurría se puso a llorar de manera desconsolada mientras peleaba para venir conmigo - podéis venir - nos dijo la doctora y ambos asentimos. Nos levantamos y la acompañamos a la camilla. Le di mi mano a Dai, que intentaba que lo cogiera en brazos. La pediatra lo examinó lo mejor que pudo y, cuando acabó, me lo dio en brazos, nuestro hijo se aferró con la fuerza que pudo a mi cuello.

Desde que te vi, Kirito y Asuna. Parte 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora