Capítulo 218

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Asuna

Después de esperar durante un rato, el pediatra apareció por la puerta y revisó el estado de nuestro hijo, que aún estaba un poco adormilado.

- Todavía tiene un poco de fiebre - nos informó - por lo que, por precaución, lo voy a dejar una noche más ingresado pues, con total seguridad, a lo largo del día le irá bajando la fiebre y esta noche estará bien. Mañana podrán irse a su hogar pero querré verlo antes de que acabe la semana.

- Lo siento - dije - pero según tengamos el alta nos marcharemos a Tokio. Vivimos y trabajamos allí, soy doctora por lo que podré tener un mejor control de mi hijo desde mi puesto de trabajo.

- Lo comprendo - respondió el médico - entonces cuando les asignen un médico allí, dígale que se ponga en contacto conmigo para que le envíe todos los informes y tratamientos de Dai - asentí - mañana nos vemos - sonrió y comprobó a Dai por última vez antes de marcharse. Dai le pidió a su padre que lo cogiera en brazos y, ahí, se durmió.

- Voy a llamar a mi jefe - le dije a mi esposo - quiero comentarle todo lo que ha pasado y que me diga a qué pediatra tenemos que ir para que lo vea según lleguemos a casa - asintió. Le di un beso en la mejilla a Kirito y otro en la frente a Dai y salí de la habitación. Busqué el contacto de mi jefe y lo marqué.

- Doctora Kirigaya - respondió algo sorprendido - la hacía entre pañales y biberones, me sorprende ver su llamada.

- Realmente estamos en el hospital - dije sentándome en un asiento que estaba vacío - el bebé está ingresado.

- ¿Qué ha pasado? - preguntó preocupado.

- Pues nació prematuro y con un sistema inmunológico débil por lo que, desde que le dieron el alta, hemos estado dos veces en el hospital y aún no tiene ni dos meses - suspiré para evitar llorar - todo el daño que intentó hacerme la que me secuestró, se lo hizo a él.

- Sabe que para lo que necesite estamos aquí - me intentó animar - tengo el hospital a su disposición y a la de su hijo.

- Muchas gracias - sonreí - de hecho le llamaba por eso. Mañana nos darán el alta y volveremos a Tokio, prefiero tener cerca a mi familia y amigos cuando vuelva a ingresar Dai. Me gustaría que me asignara un pediatra y una cita para poder ir y que lo analicen para que me digan bien todo.

- No hay problema - dijo - mañana según lleguen a Tokio me llama y le digo a qué hora puede venir. No tiene nada que agradecer, después de lo que pasó, el que su hijo sufra es algo que nos duele a todos pues un niño recién nacido es inocente de cualquier culpa o de cualquier cosa de la que le quieran acusar. Voy a hacer todo cuanto esté en mi mano para que su hijo se recupere y en un tiempo todo esto quede como una anécdota amarga.

- Gracias, de verdad - sollocé - siento que no lo merezco.

- Claro que lo merece - respondió - aunque me molesta que en unos años se vaya a Kyoto pues querría que trabajara aquí toda su vida pero entiendo que también habrán pensado en lo que es lo mejor para su familia por lo que no me queda más remedio que aceptarlo y ayudarle en todo lo que pueda. Sabe que aquí tiene su casa y que cuando venga me gustaría hablar con usted para proponerle algo cuando se vaya a Kyoto.

- Vale - dije - cuando llegue me pasaré por su despacho y hablaremos. Muchas gracias.

- De nada - contestó - ahora vaya con su hijo y nos vemos en unos días.

Colgamos la llamada y me levanté para volver a la habitación junto a los dos amores de mi vida. Mientras caminaba me topé con el ginecólogo que trajo a Dai al mundo.

Desde que te vi, Kirito y Asuna. Parte 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora