Capítulo 267

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Kirito

Las primeras semanas sin Asuna en Kyoto habían sido algo sencillas dado que nuestros hijos estaban acostumbrados a que mi bella esposa se ausentara durante dos o tres semanas debido a su trabajo. Esto cambió cuando el amor de mi vida llevaba fuera más de un mes. Estaba en la oficina y recibí la llamada del profesor de mi hijo mayor.

- Hola, Kazuto, perdón por molestarte pero necesito que vengas, tengo que hablar contigo - me dijo, parecía algo preocupada.

- ¿Ha ocurrido algo? - pregunté asustado.

- No, pero prefiero hablar en persona contigo - asentí y colgué la llamada. Miré a mi cuñado, que me estaba interrogando con la mirada.

- ¿Qué ocurre? - me preguntó.

- Era el tutor de Dai, me ha pedido que vaya porque tiene que hablar conmigo - respondí.

- Pues ve, corre - me dijo completamente asustado - puede ser malo. Después me llamas - asentí y salí corriendo de mi oficina. Conduje lo más rápido que pude hasta llegar al colegio. Busqué la sala de profesores y el tutor de mi hijo me llevó a un despacho apartado. Nos sentamos y sacó de su carpeta un par de dibujos, todos eran de Asuna.

- ¿Ha pasado algo en casa? - me preguntó el profesor - Dai últimamente viene llorando y no hay manera de consolarlo, lo único que dice es "mamá, mamá". También están estos dibujos, no sabe dibujar nada más que a su esposa. Supuse que había podido ocurrir algo en casa - negué con la cabeza.

- No ha pasado nada - sonreí mientras observaba los dibujos - mi esposa, como sabe, es doctora y está en Tokio, que es donde tiene la plaza de trabajo. Debido a que la han ascendido tiene que pasar una temporada más larga que de normal en la capital y supongo que Dai, al estar demasiado unido a ella, está notando demasiado su ausencia.

- Ahora entiendo todo - asintió el maestro - si me acepta un consejo, debería ir este fin de semana a ver a su esposa con Dai, le vendrá bien tanto a su hijo como a su esposa.

Asentí y pedí ver a mi hijo, dado que era la hora del recreo. El profesor me llevó a ver a mi mini castaño y comprobé que estaba llorando mientras llamaba a mi compañera de vida, lo estaba pasando realmente mal. Lo abracé para intentar consolarlo pero no había manera, se estaba quedando sin aire a causa del llanto desconsolado que tenía. Lo cogí en brazos y busqué a su tutor.

- Creo que me lo voy a llevar ya - le dije - me iré a Tokio ya mismo - el hombre me asintió, me dio la carpeta con todos los dibujos de mi hijo y nos marchamos. Subimos a mi coche de empresa y llamé a mi madre para contarle lo ocurrido - ¿Podrías cuidar de Kaia un par de días? Te prometo que volveremos el domingo.

- Claro que sí, no hay problema - me respondió mi madre, que escuchaba el llanto desconsolado de Dai - lo importante ahora es que Dai vea a Asuna y se relaje. Kaia estará bien, por suerte o por desgracia ella es más independiente que su hermano y con Sugu se entiende demasiado bien por lo que no te preocupes.

- Gracias, mamá - sonreí - otra cosa...

- Asuna no tiene guardia este fin de semana - me leyó la mente - he hablado con ella esta mañana y me lo ha dicho dado que ella también estaba pensando en venir a Kyoto este fin de semana, os extraña demasiado. Según me ha dicho hoy salía a las cuatro por lo que aún tenéis cinco horas para llegar y sorprenderla.

- Vale, muchas gracias - sonreí.

Llegué a la estación y aparqué el coche en el parking de larga estancia y entramos. Compré dos billetes para el primer tren bala que iba a Tokio. Fuimos a la plataforma de llegada y esperamos al tren. Dai seguía llorando.

Desde que te vi, Kirito y Asuna. Parte 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora