Abro los ojos.
No lo encuentro a mi lado, sin embargo, hay una nota.
He tenido que madrugar para terminar de interponer una demanda ante el poder judicial, pero te he preparado el desayuno.
Te amo muchísimo.
«Noooooooooo».
Escondo mi cabeza bajo la almohada, grito, río y después grito más. Las demandas deben formar parte de su trabajo, pero que me prepare el desayuno no. Eso sí que es peligroso para mí. No quiero ni mirar la cocina. Sus desastres los limpio yo, y no pienso comerme nada que esté quemado.
Me dirijo al salón con miedo y terror por lo que me puedo encontrar. «Uff», suspiro. Cortó fruta, aunque distingo en la basura que tiró junto a la piel más de la mitad, ¡qué lástima!, pero bueno, se lo perdono. Preparó un café que sabe... asqueroso. Lo espurreo y lo perdono. También preparó un sándwich que sí está bueno. ¿Qué más puedo pedirle? Toca el piano, canta como los ángeles, su voz es la música del paraíso y es un crack en las finanzas. Además, si supiera cocinar, sería un cliché de un libro romántico y empalagoso.
Me siento y pongo la televisión. No quiero pensar más sobre lo ocurrido anoche.
«¿Por qué no hicimos el amor? ¿Por qué me dijo que lo abandonaría? ¿Por qué la letra de esa canción?».
Enciendo la televisión y escucho el telediario a la vez que leo los titulares deslizarse al pie de la pantalla.
El vaso del café empieza a resbalárseme de las manos al identificar los nombres que titulan las noticias y al escuchar al presentador decir:
... ha sido arrestado en su domicilio bajo las demandas de coacción y soborno a seis mujeres que trabajaron bajo su potestad. Todas ellas coinciden en sus declaraciones. Todas ellas sufrieron acosos sexuales y amenazadas de ser despedidas.
Arturo Martín. Comisario Arturo Martín. Comisario de la comisaria de la avenida principal de la ciudad de Málaga. Leo y releo en los titulares que reescriben al pie de la noticia.
El comisario Arturo Martín, por lo visto, es un hombre de dos personalidades; una pública y laureada dedicada durante décadas al servicio de la comunidad ejerciendo como comisario empático y entregado, el ángel para muchos ciudadanos, y otra despiadada y monstruosa tras ser declarado culpable de abusar sexualmente de seis mujeres bajo su cargo al ser amenazadas de perder su trabajo utilizando sutiles tácticas de intimidación y sobornos reiterados y constantes, hasta llegar a pedirles consuelo materializado en abusos sexuales...
Estoy petrificada y sin poder respirar todavía. Mis oídos y ojos reciben la información, pero mi mente aún no la asimila. Aún escucho al presentador de la noticia.
El empresario Fernando Montesinos, propietario de la prestigiosa empresa Inversiones Interglovalfuturo, presentó una demanda adjuntando las declaraciones de las víctimas, los informes médicos y las fotografías que algunas de ellas guardaron sobre las señales que sufrieron de dichos abusos. Anunció que su cuerpo de abogados pedirán una sentencia de 30 años en prisión y una compensación monetaria para cada una de las víctimas. Asimismo, solicitó que el juicio se realice ante el juez del tribunal del distrito de la ciudad de Málaga y que el demandado guarde prisión preventiva hasta que se declare la firme sentencia.
Parpadeo incesante. No puedo creer lo que mis ojos reciben. Veo en la televisión a Arturo Martín con las esposas puestas y la cabeza gacha intentando no mirar a la cámara y a Fernando allí de pie en frente de él.
—Señor Montesinos, ¿por qué fue usted quien interpuso la denuncia? ¿Qué tiene que ver con las víctimas? —le pregunta una periodista.
—Fui testigo de cómo Arturo Martín se sobrepasó con la mujer que se convirtió en la dueña de mi vida. Después solo tuve que indagar y salieron todas las demás víctimas en todos los años que lleva trabajando como comisario.
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HUNDIDA EN TU OSCURIDAD © (En físico)
RandomFernando, hermético, envuelto de poder, lujuria y el control absoluto de todo y todos, lucha por someter a Leticia a cada uno de sus caprichos a un mundo completamente desconocido de seducción y puro sexo... Un asesinato por resolver, misterios, si...