Capítulo 14

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Liam entró a la plataforma nueve y tres cuartos. Su apariencia había cambiado ligeramente, se veía un poco más maduro y sus músculos eran ahora, aunque no demasiado grandes, bastante pronunciados.

Algún que otro estudiante le lanzó una mirada extrañada, pues no llevaba ningún equipaje encima, pero tampoco le hicieron demasiado caso, pues todos estaban ocupados despidiéndose de sus familias o hablando con sus amigos.

El chico observó la estación alegre, estaba ansioso para empezar el nuevo año. Devolvió el saludo a algún estudiante que lo saludó y se subió a la locomotora, no le costó demasiado encontrar un compartimiento vacío. Una vez establecido, empezó a jugar con su magia, formando letras con ella.

Había descubierto que intentar hacer formas, letras y números con su magia aumentaba su control, luego lo había estado practicando desde que lo descubrió. Intentaba formar las letras del abecedario una por una y cada vez más rápido en su dedo.

De repente la puerta se abrió y Liam pudo observar la figura de Neville Longbottom.

-Hola -empezó, extremadamente nervioso. La gente podría dudar de que fuera un digno Gryffindor, pero él sabía que no era un cobarde, sino solo muy tímido -. ¿Puedo sentarme? Todos los otros compartimientos están llenos.

Liam asintió con una sonrisa y continuó con su entrenamiento.

-¿Qué estás haciendo? -preguntó confuso el Longbottom.

-Estoy entrenando mi magia -dijo Liam sonriendo enigmáticamente.

-¿Entrenando tu magia? -preguntó con cara de no entender nada -. ¿Mirando tu dedo?

La única respuesta fue que la sonrisa de Liam se ensanchó, pero después de diez minutos finalmente dejó su entrenamiento a parte.

-Entonces, eres Neville Longbottom, cierto? -preguntó, a lo que el joven se sorprendió, pues Liam no había hablado desde que salieron de la estación. Sin embargo logró recuperarse y asintió.

-Sí, pero no recuerdo tu nombre, lo siento -comentó sonrojándose de la vergüenza.

Soltando una pequeña risita, el Ravenclaw agitó la mano despectivamente, indicándole a Neville que no debía preocuparse.

-No te preocupes, soy Liam Doyle y estoy en Ravenclaw -se presentó, extendiendo la mano.

Neville aceptó el gesto.

-Pareces bastante amigable para ser un Ravenclaw -comentó el Gryffindor -. La mayoría de gente que he visto de esa casa está siempre estudiando.

-Jajajaja, ciertamente somos una casa de ratones de biblioteca -se rio Liam -. Además incluso en la sala común la mayoría del tiempo todo le mundo está de mal humor o hablando sobre las clases de forma seria, en realidad estoy un poco preocupado por ellos.

-¿Pero entonces qué haces en Ravenclaw? -cuestionó inseguro.

Liam solo se encogió de hombros y respondió que el sombrero seleccionador lo habría puesto por alguna razón. Habiéndose quedado sin tema de conversación, y siendo los dos no muy sociables, se pusieron a mirar por la ventana.

La diversión brilló en los ojos de Liam. Habiendo practicado la oclumancia, más que su rostro lo que de verdad reflejaba sus pensamientos eran sus ojos, y estos ojos no podían revelar nada más que diversión cuando vio el Ford Anglia volador en el que sabía que iban Harry y Ron. Curiosamente, Neville no pareció notarlo.

-Es bueno saber que Dobby ha hecho lo mismo que en los libros -pensó -. Eso quiere decir que los planes del padre de Draco siguen siendo los mismos, sin embargo no debo confiarme o la vida de la pequeña Weasley podría correr peligro.

Pisotear los CielosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora