Capítulo 55

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¿Qué es una esencia? Comprender esta pregunta era fundamental para alcanzar el Reino Ancestro.

En filosofía, la esencia de algo es su verdadera realidad, lo que queda una vez descartas todas las apariencias y mentiras que la envuelven. Para simplificar, la esencia es aquello que hace la cosa ser lo que es. 

Si alguien te pidiera describir al ser humano, podrías decir que es un ser vivo con dos piernas, dos brazos y dos ojos, sin embargo, eso no es la esencia de ello, pues hay seres humanos que no cumplen estos rasgos. En cambio, una definición más adecuada sería decir que el ser humano es un ser vivo capaz de razonar e imaginar, pues es algo que los distingue, no obstante, esta sería solo una parte de su esencia.

Por lo tanto, Liam llegó, a través de este proceso de pensamiento, a una idea de lo que es una esencia en la cultivación. Existían una cantidad incontable de esencias y cada una de ellas representa una conceptualización de ella misma, una representación física de su idea abstracta. 

La magia de fuego tiene límites, tanto en temperatura como en volumen de liberación, además es necesaria la creación de un hechizo con tal de usarla correctamente. Sin embargo, aquel que está en posesión de la esencia del fuego es capaz de usarlo sin más restricciones que su propia cantidad de magia. Por consecuente y teniendo en cuenta que un cultivador del Reino Ancestro posee una base mágica insondable, bañar un planeta del tamaño de la Tierra en fuego no sería un problema demasiado grande.

La cuestión es que la esencia no es un conocimiento que se pueda transmitir en la cultivación. En realidad es algo que no puede ser poseído por más de una sola persona al mismo tiempo. Entonces, mientras exista un cultivador en posesión de la esencia del fuego, será imposible que otro la adquiera, al menos hasta que este usuario muera.

No se puede encontrar la verdadera realidad de un concepto, es imposible para las mentes humanas, pues se necesitarían pensar infinitas variables y distinguirlas de las apariencias y falsedades. Por lo tanto, la única forma de hacerse con este conocimiento era mediante la magia y, en concreto, mediante una base de cultivo superior a la de un cultivador del Reino de la Corroboración del Camino.

Liam sabía que podría hacerse con una esencia y convertirse en un cultivador del Reino Ancestro en toda regla cuando quisiera, pero quiso ponerse a prueba una última vez antes de avanzar en un camino del que no podría volver.

Es por esta razón que tanto él como Fleur acababan de llegar a Zhaoxang, para que pudiera experimentar su último desafío como mortal antes de convertirse en algo parecido a un Dios.

Saludó a Wang Li y a los demás pueblerinos, que estaban muy contentos de volverlo a ver y se dirigió sin más distracciones se dirigió él solo hacia la Montaña que Pisotea los Cielos. Fleur se quedó en el pueblo cultivándose, pues ahora tenía un impulso para crecer rápidamente.

La montaña seguía siendo tan imponente como Liam la recordaba. 

—La última vez subí solamente una centésima parte de la montaña —pensó él contemplativamente —. Si es cierto que por cada escalón la dificultad aumenta...

Miró con resolución el inicio de la escalera y entró. Escaló sin ninguna dificultad y fue contando el número en el que estaba.

Diez, veinte, treinta, cuarenta... La presión no podía afectarlo en absoluto e incluso cuando llegó a su anterior límite, el escalón cien, solo sintió como si alguien lo tirara ligeramente hacia abajo. La montaña era enorme y el recorrido era de diez mil escalones.

Cuando llegó al escalón número seiscientos, empezó a sentir como si lo estuvieran cubriendo con arena y como si esa arena lo estuviera poco a poco cubriéndolo completamente. Eventualmente, una enorme presión descendió, haciendo que el cuerpo de Liam se detuviera instantáneamente. Era como si todos los huesos de su cuerpo estuvieran crujiendo, esto sucedió en el escalón número novecientos.

Pisotear los CielosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora