Capítulo 3

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En el anterior capítulo me olvidé completamente de que quería cambiar mi nombre. No quiero revelar mi nombre real, espero que lo entendáis;). Espero que disfrutéis del capítulo.

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Ya ha pasado casi un año desde que vine a este mundo. No pasó nada relevante aparte de que cambié mi nombre a Liam Doyle. ¿Que por qué este nombre? Fácil, quería hacerme pasar como un huérfano mestizo irlandés, Liam era un nombre decente y era irlandés, tampoco me quise complicar mucho. El apellido Doyle me lo puse en honor a uno de mis escritores favoritos, Conan Doyle.

Una vez tuve el nombre, me sentí un poco más seguro. Mi antiguo nombre no tenía ningún problema, pero mi apellido era muy español y sería raro que me presentara como un huérfano con apellido español y en Inglaterra, además era muy largo, no es que no me gustara, todo lo contrario, pero en Inglaterra se referidos a la gente por su apellido a no ser que sean amigos y sería un poco molesto para ellos. No, si al final soy todo un altruista.

También estuve practicando con lo poco que podía practicar de magia. Nada especial en la mayoría de los campos, seguía teniendo una idea básica de como funcionaba la energía extraña. En lo único que hice un avance notable fue en las artes mentales. Al principio era rehúso a practicar debido a los peligros que conllevaba, pero luego me acordé de que con el talento que tenía ahora probablemente no me pasaría nada, además ya había muerto una vez, la muerte no me detendría de nuevo pues ya sabéis lo que dicen, uno no cae en el mismo error dos veces.

Bueno, volviendo al tema, logré crear una defensa mental con oclumancia y, disculpándome por mi vanidad, dudo que alguien haya sido tan ingenioso como yo a la hora de crear defensas mentales. La mayoría de la gente que escribía historias sobre como reencarnaban en Harry Potter se construían fortalezas enormes e impenetrables, tontos, todos ellos, yo decidí ir más allá y el propósito de mis fortalezas no solo residía en no dejar ver al atacante mis pensamientos, sino también frustrarlo, es por eso que mi mente ahora mismo consistía en ... un televisor. Sé lo que estáis pensando, pero dejad que acabe mi explicación. Mi mente consiste en un espacio negro y un televisor con un mando, para acceder a mis recuerdos y pensamientos debes jugar un juego en ese televisor: Dark Souls. Muajajaja, sí sé que soy malvado, por muy talentoso o poderoso mago que seas, eso no se traduce en habilidad con los videojuegos y mucho menos si no has jugado nunca a uno, que es la mayoría de los casos con los magos. Mis recuerdos estaban esparcidos como coleccionables dentro del juego. Gracias, sé que me estaréis alabando por mi impresionante ingenio.

Bueno, dejando de lado mi ego demasiado alto, también había avanzado un poco en legeremancia. Hasta ahora lo había probado en algunos animales del Callejón Diagón, no iba a jugármela e intentarlo con un mago para que me pudiera meter en algún problema. Bueno, funcionó y, hasta ahora, puedo detectar emociones e impulsos básicos, con esto podría saber si alguien me mentía o no, una habilidad realmente útil.

Había descubierto que cuando alguien usaba habilidades de legeremancia, los ojos de esa personas parecían brillar, suponía que eso era lo que hacían los ojos de Dumbledore que tanto describía Harry.

Hablando de Harry, si no iba errado, el chico llegaría aquí la próxima semana, dos o tres días después de lo que llegaría su carta. No sabía qué pensar del chico, no tenía nada en su contra y definitivamente querría ayudarlo en un futuro, pero era probable que eso afectara al canon y, si eso sucedía, había posibilidades de que les costara más derrotar a Voldemort. Harry debía morir, eso estaba claro, pero después de pensar durante largos ratos, decidí que podría salvar a varias personas, no a todas, porque afectarían demasiado a la trama, pero sí a algunas. Por ejemplo, no permitiría que murieran Lupin y Fred, pero por mucho que me doliera, no podría salvar a mi personaje favorito, Sirius Black.

Pisotear los CielosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora