Capítulo 73

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Liam miró fijamente el cuerpo inmóvil de su mejor amigo. Lo supo de un vistazo, Ji Ming no respiraba y su base de cultivo empezaba a desvanecerse, después de todo era un cultivador experimentado.

Experimentó una serie de emociones muy rápidas. Desolación, ira, mucha ira y luego vacío. 

—Debo decir que para tener una sola Esencia, este chico era bastante duro —Jinichi habló con una sonrisa —. Quizás el más fuerte recién llegado que he conocido, después de ti, por supuesto.

Liam no respondió al instante. Observó un par de segundos más el cadáver de Ji Ming y posó sus ojos en el responsable de ello. No liberó su intención asesina y, de hecho, sus ojos estaban llenos de frialdad.

—Voy a matarte —sus palabras fueron simples, como si estuviera declarando un hecho y no estuviera amenazando de muerte a alguien.

Jinichi se rio.

—No, de hecho, has caído en mi trampa —reveló —. Ahora podré cumplir con la misión que "Él" me encargó.

Sin escucharlo, Liam entró en combate. No fue una batalla normal, en la que él iría escalando tranquilamente en sus poderes para poder disfrutar al máximo. No, esa vez no. En un parpadeo, un dragón de escamas color carmesí y tan grande que era casi inimaginable, estremeció al mundo.

Las tropas de la secta, que se estaban preparando para investigar el lugar del terremoto, vieron sintieron al dragón, pues Liam rompió todas las barreras anti-detección colocadas anteriormente.

—Voy a matarte —Liam rugió al aire y el espacio pareció quebrarse. Levantó el vuelo con ferocidad.

El cielo, que habitualmente era de color azul, se empezó a distorsionar. Primero, se partió por la mitad y se volvió de color rojo, entonces aparecieron intrincados patrones geométricos y brilló con todos los colores existentes.

Los cultivadores que acababan de llegar lo vieron. No pudieron evitar tragar saliva y abrir mucho los ojos con horror ante la escena. Esta escena sería la que más tarde le valdría su título a Liam: ¡El Caleidoscopio!

Liberando como nunca antes lo había hecho la Esencia del Espacio, Liam cargó un Cañón de Éter sin preocuparse por posibles consecuencias. Los mismos patrones que habían aparecido en el cielo se concentraron en la boca del dragón.

—¡Escapad, deprisa! —el maestro de secta, que acababa de llegar, ordenó rápidamente la retirada a los discípulos, que no necesitaron otra advertencia.

Sin un solo sonido, descendió un pilar de luz hacia Jinichi y el planeta. 

El cultivador humano sonrió y levantó una mano al cielo. Sin decir palabra, un haz de luz blanca cayó y se interpuso en el camino del Cañón de Éter. Forcejearon un momento, pero el rayo multicolor no pudo aguantar y se derrumbó.

—Eso podría haber funcionado con mi yo pasado —dijo Jinichi —. Sin embargo, gracias a haber ascendido a Soberano Ancestral, además de recibir la ayuda de "Él", ahora mismo mi poder está otro nivel... en realidad, ahora mismo no soy más débil que los Dechados de las leyendas. Morirás sin más remedio.

Una espada de luz apareció en su mano y desapareció, reapareciendo justo enfrente del dragón. Liam no tuvo tiempo de reaccionar y solo pudo desviar un poco, con su brazo, el ataque. El arma cortó finamente el brazo de Liam y este tuvo que retirarse apresuradamente.

Se transformó en su forma híbrida, para tener más velocidad y detuvo el sangrado. Casi no tuvo tiempo, pues innumerables esferas de luz cayeron del cielo como si fuera lluvia, lluvia enviada por los Cielos para juzgar a un criminal.

Pisotear los CielosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora