Capítulo 61

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El Anciano supervisor de la primera prueba estaba cultivando tranquilamente, su trabajo consistía sobre todo en vigilar la barrera por si había algún error, por lo que podía permitirse hacerlo.

Sin embargo, un repentino temblor de repente lo sacudió fuera de su estado de meditación. 

—¿Qué sucede? —preguntó a nadie en particular, la sorpresa levemente visible en su rostro.

Entró en la barrera y voló hacia el lugar del que había venido el estruendo. El vuelo se detuvo cuando vio a un cultivador miembro de su propia secta arrastrándose por el suelo, estaba cubierto en sangre y le faltaba un brazo.

—¡Anciano de Secta, ayúdeme, por favor! —el cultivador gimoteó.

Bajó del cielo y rápidamente trató de ayudarlo, al final era un miembro de su secta y no podía dejarlo así si pudiera salvarlo.

—¿Qué ha pasado? —preguntó muy serio el Anciano —. ¿Quién ha provocado el ruido de antes?

Los ojos del hombre herido se abrieron con pánico, como si estuviera reviviendo un trauma. Agarró desesperadamente los hombros de su mayor y este pudo ver el terror que había en sus ojos.

—Debe detenerlo, Anciano, es un monstruo —rogó desesperadamente —. Estábamos peleando en el lugar de inicio, como de costumbre, hasta que él apareció...

—¿Él? ¿De quién estás hablando? —cuestionó el supervisor, empezando a cansarse de los gritos del hombre —. Responde.

—No dijo su nombre... —el cultivador empezó a cerrar los ojos, aunque el Anciano lo había curado, estaba demasiado cansado como para mantenerse despierto —. La única característica fueron... sus ojos amarillos rasgados.

Con estas palabras, cayó inconsciente. El supervisor lo dejó suavemente en el suelo y miró en dirección al bosque.

—Parece que en esta edición tenemos a algunos cultivadores realmente talentosos. —pensó con una pequeña sonrisa, quizás valga la pena observar el espectáculo.

Unos minutos atrás, Liam atacó con su puño en contra del gólem de madera gigante. Fue puro poder físico respaldado por su magia, no hubo ninguna liberación extra ni uso de cualquier otra habilidad.

Desde que llegó al Reino Ancestro, entrar en la fase de medio dragón había empezado a influenciarlo. Se divirtió mucho más que antes luchando contra oponentes poderosos, no le gustaba matar y, sin embargo, ya no le importaba mucho hacerlo. Atacó simplemente de la forma que más doliera, sin usar ningún tipo de magia más que el refuerzo. 

Todo eso llevó a una conclusión, la fase de medio dragón convertía a Liam en una máquina de pelear y, en esos casos, sus instintos le pedían siempre ir contra el mayor reto. Esta vez, por supuesto, el mayor reto fue pelear contra todos a la vez.

El puño de carne y el de madera colisionaron. El gólem fue despedazado y su creador fue mandado a volar con cada hueso de su cuerpo roto, justo antes de que un sonido desgarrador rompiera el aire.

El golpe de Liam fue tan fuerte que incluso provocó un temblor sin haber tocado el suelo.

Todos los cultivadores quedaron paralizados. Liam se paró de pie, en su mano apareció una espada larga y se giró lentamente. La tensión parecía poder ser cortada por un cuchillo. Uno de los cultivadores tragó saliva y levantó su arma.

Liam desapareció. Se movió entre la multitud y cabezas y extremidades empezaron a volar. Cultivadores comunes habrían perdido su espíritu ante esta vista, pero todos estos eran personas que habían alcanzado el Reino Ancestro y que habían vivido cientos o miles de años.

Pisotear los CielosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora