Capítulo 31

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Liam y Ji Ming se despidieron de los pueblerinos en Zhaoxang. El cultivador chino lo había llevado allí después de que se desmayara debido a su avance al Reino de la Separación del Espíritu. Desde entonces ya habían pasado tres días y por fin estaban listos para ir a Londres.

Liam le puso una mano en el hombro a Ji Ming y, dos segundos más tarde, desaparecieron con un chasquido. Usando la Aparición, Liam podía cruzar una gran distancia al instante. Claro que era necesario haber estado en el lugar deseado con anterioridad.

Aparecieron en un callejón sucio, este era el lugar en el que se despertó Liam al llegar al mundo de Harry Potter.

-Ven conmigo, el Callejón Diagón no está lejos de aquí y necesito comprar algunos útiles escolares -explicó el transmigrador.

Ji Ming le asintió con una sonrisa y ambos se dirigieron al Caldero Chorreante. Sus pasos, aunque a primera vista eran lentos, los hacían avanzar extrañamente rápido, llegaron en menos de diez minutos al siniestro bar. Entraron y recivieron algunas miradas desinteresadas de magos de aspecto sombrío.

Liam se dirigió a Tom.

-Buenos días, Tom -saludó.

-¡Liam! -exclamó sorprendido el viejo tabernero -. Hacía tiempo que no te veía muchacho, ciertamente has crecido.

El chico se rio de buena gana y luego le preguntó si había llegado su carta con la lista de material escolar necesario.

-Sí, sí, ha llegado -respondió Tom -. Debo decir que esos viejos de Hogwarts son realmente impresionantes al saber que vendrías aquí.

-Tienen sus métodos, te lo aseguro -respondió en tono misterioso Liam.

Él era el aprendiz del director, por supuesto conocía algunas de las tácticas usadas para este tipo de cosas.

Finalmente, ambos amigos fueron al patio trasero del bar, entrando al Callejón Diagón mediante el célebre muro.

-¡Vaya, esto parece interesante! -exclamó Ji Ming, Liam se giró y lo vio con un periódico de El Profeta en la mano -. Parece que esta noche es la final de la Copa mundial de Quidditch.

Liam lo miró curioso.

-¿Te gustan esas cosas? -preguntó. Él personalmente no era un gran fan del Quidditch, pero después de pasar dos años en Hogwarts había aprendido a al menos a reconocerlo como deporte.

-Bueno, he visto un par de partidos anteriormente y creo que es muy emocionante -comentó, con una carcajada al final.

Liam soltó un suspiro.

-Está bien, ya que me has acompañado a comprar, te puedo acompañar yo luego a ver esta final -dijo.

Pasaron toda la mañana comprando cosas tales como libros de encantamientos, transfiguración, pociones, ingredientes para estas últimas y otras. Liam no había cursado el año anterior, así que aún tenía que elegir las materias optativas.

Tenía en mente Aritmancia, Alquimia y Runas Antiguas. Tampoco era demasiado interesante, pero siempre le habían gustado los números, así que tanto Aritmancia como Alquimia podrían entretenerlo un poco, las runas eran una forma de magia increíblemente poderosa que estabilizaban el mundo.

Sabía que no aprendería nada en profundida en ninguna de las materias, pero al menos podría entender los conceptos básicos.

Ya por la tarde, ambos fueron a una de las localizaciones con trasladores mencionadas en El Profeta para poder llegar al lugar donde se celebraría la final, el Parque Nacional Dartmoor, en Inglaterra misma.

Pisotear los CielosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora