Capítulo 44

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Al ver que Liam lo había logrado, Ji Ming dejó de suministrar magia a la barrera, que se deshizo al instante. Tanto él como los otros dos espectadores se acercaron al victorioso cultivador, que parecía apenas mantenerse en pie.

-Ayúdame, Ron, anda -pidió Liam con Ron dejándole apoyarse en su hombro -. Vaya, esto de las tribulaciones no es ninguna broma...

Ji Ming soltó una risita ante sus palabras.

-Para broma tu pelo, deberías mirarte ahora mismo -el cultivador chino se burló amistosamente de su amigo.

Ciertamente el pelo de Liam lo hacía parecer recién sacado de una lavadora, sus quemaduras y otras heridas ya estaban sanando a un ritmo vertiginoso.

-¿A qué te refieres? Yo lo veo igual que siempre -Ron se sumó a Ji Ming.

Liam tuvo la intención de responder, pero estaba demasiado cansado para ello así que simplemente se limitó a resoplar.

-Sin embargo esos relámpagos eran aterradores -Hermione estaba un poco pálida aún, tanto ella como Ron no tenían experiencia real viendo peleas a tal escala -. Nunca pensé que vería a Liam luchar por su vida.

Y es que una cosa era ver a su maestro lanzar un ataque, pero ver una verdadera batalla a muerte en la que cada movimiento podría destruir montañas dejaría petrificada del miedo a cualquier persona sin una base de cultivo poderosa.

-Tanto Ji Ming como yo podemos parecer muy fuertes a vuestros ojos, pero ambos hemos pasado por nuestras respectivas situaciones de vida o muerte -ante las palabras de Liam, el cultivador chino asintió en acuerdo -. De hecho antes de empezar el año peleamos contra un dragón que...

Mientras volvían al castillo, con Ron ayudando a Liam, ambos amigos les explicaron su pelea contra el dragón negro. Los dos Gryffindor escucharon con atención la historia y quedaron asombrados.

Los días fueron pasando y los campeones hacían todo lo posible para desentrañar la pista que se les había dejado en el huevo dorado y que les ayudaría para la segunda prueba. Harry tenía a Ron y Hermione con él para ayudarlo, pero aún no habían logrado desentrañar los misterios que se hallaban detrás del chirriante sonido que emitía el huevo.

Los tres campeones habían probado una infinidad de hechizos para obtener resultados, pero un encantamiento de Dumbledore no sería tan fácilmente destruido. 

Liam, sabiendo que solo descubrirían que tenían que sumergir el huevo en agua por pura casualidad, decidió darles una pequeña pista.

Después de una clase con los de Gryffindor, se acercó a su alumno.

-Harry, ven un momento -al escuchar la voz de su maestro, el joven Potter se giró -. Me gustaría darte una pista para que así no dependas de la suerte. Y antes de que rechaces, se la voy a dar también a los otros dos.

Efectivamente Harry había estado a punto de declinar, pero al escuchar que no le supondría ninguna ventaja injusta decidió aceptarlo.

-Bien, aquí va -Liam empezó -. Cae del cielo y al cielo va, da la vida, pero también la puede quitar.

Harry entrecerró los ojos, concentrado en descifrar la adivinanza.

-Bueno, espero que lo resuelvas pronto, nos vemos -el cultivador de Ravenclaw se despidió dándole unas palmaditas en el hombro y luego se fue caminando hacia su siguiente clase.

Más tarde se acercó a Krum y le dijo las mismas palabras.

-¿Por qué nos ayudas? -Viktor cuestionó.

Pisotear los CielosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora