Capítulo 67

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Un haz de luz cruzó el espacio a velocidades insólitas. Brillaba con todos los colores existentes, algunos que incluso no eran comunes y no habían sido vistos por cualquier humano normal. Estos colores representaban el espacio mismo y daban a entender el poder que se había usado detrás del ataque.

Sintiendo el peligro y no queriendo ser golpeado por la habilidad final de Liam, Jinichi usó todas sus fuerzas para romper las ataduras que lo retenían en el sitio. Una vez lo logró, se dio cuenta de que no tenía tiempo para evitar el ataque.

Pensando rápidamente, supo que su primera Esencia no serviría, así que decidió usar otra. Juntó sus manos como si fuera a rezar una oración y cerró los ojos.

El movimiento que pretendía usar era el que le dio su título de "Jinichi el Bodhisattva", que no fue ninguna broma, teniendo en cuenta que le permitió matar a un Soberano Ancestral cuando solo acababa de llegar a Señor Ancestro.

Todo sucedió en un instante tan corto que ni siquiera el Heraldo de Destrucción, que destruía el espacio mismo para avanzar a velocidades antinaturales, pudo llegar a tiempo para evitar la activación de la técnica.

—Esencia del Movimiento, Aceleración —pronunció en voz alta y clara.

Sus manos se aceleraron misteriosamente, yendo a un ritmo mucho más rápido de lo que debería haber sido posible. Con el ataque de Liam enfrente de él, empezó a golpearlo con únicamente sus puños cubiertos del poder de su Esencia. El tiempo mismo pareció haberse detenido para todo el mundo, excepto para Liam y para Jinichi.

Liam aguantó su aliento, sin detenerse, sabiendo que esta sería su última oportunidad. Jinichi sintió como sus manos eran quemadas y, sin embargo, no se detuvo en su arremetida de más de mil golpes por segundo.

Un vacío se creó detrás del Señor Ancestro debido a que sus puños cortaron incluso el sonido. Terribles ondas de viento fueron expulsadas del centro de la colisión y el mundo se oscureció y, sorprendentemente y para desconocimiento de ambos luchadores, empezó a resquebrajarse. El paisaje fue nivelado completamente y tormentas estallaron como si hubiera llegado el apocalipsis.

El Heraldo de Destrucción rompió el espacio y la Aceleración de Jinichi rompió todo lo demás. Fue una colisión digna de ser puesta en los libros de historia. 

Ambos gritaron desde el fondo de su corazón, sin querer perder esta batalla.

—¡¡¡¡GROAAAAR!!!! —Liam en su forma de dragón rugió, haciendo temblar el cielo y la tierra.

—¡¡¡¡AAAAAAHHH!!!! —Jinichi mismo gritó con toda su alma mientras golpeaba cada vez más rápido.

De repente, Jinichi empezó a avanzar a través del ataque, rompiéndolo por el camino. Liam, viendo esto, desesperadamente puso todas sus fuerzas en aumentar el ataque.

Jinichi fue levemente empujado hacia atrás, pero no se rindió y continuó avanzando. Finalmente, llegó a escasos dos metros de Liam.

Sus puños se aceleraron a un ritmo nunca antes visto, su cuerpo lleno de quemaduras le dolía como el infierno y, sin embargo, no se detuvo. 

Liam concentró todo el rayo de forma que el poder aumentó, pero Jinichi mismo aceleró aún más.

—¡UAAAAAH! —el grito del hombre estremeció al mundo entero y una luz blanca cegó todo el lugar.

Cuando todo volvió a la normalidad, dos personas estaban de pie. Uno tenía quemaduras que le habían chamuscado el pelo y su cuerpo estaba lleno de cicatrices. El otro tenía heridas de golpes contundentes.

Pisotear los CielosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora