Capítulo 71

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A diferencia de los otros dos en los que Liam había estado dentro del Reino Inmortal, el planeta Suerte Dorada no tenía bosques. Tampoco tenía ríos, pues la verdad era que este planeta era en realidad un desierto de dimensiones monstruosas.

En algunas zonas existía un cierto desnivel e incluso había algunas cordilleras puntuales; sin embargo, también en esas zonas se extendía el desierto. Liam no pudo evitar pensar que, si su amigo realmente había aparecido en medio de ese lugar, era bastante desafortunado.

Activó su En para intentar encontrar a otros cultivadores que le pudieran guiar hasta más gente, donde tendría más oportunidad de localizar a Ji Ming. 

Sorprendentemente, no sintió a nadie en su rango, cosa que lo extrañó durante unos segundos, hasta que se puso a pensar en ello, llegando a la conclusión de que probablemente los cultivadores no formarían pueblos como en los otros planetas. Teniendo en cuenta la falta de agua y recursos para conseguir comida, lo más probable era que las personas se juntaran en grandes cantidades cerca de algún lugar parecido a un oasis.

Habiendo ya descubierto esto, levitó suavemente en el aire y su magia empezó a fluir. Activó la Esencia del Espacio y cerró los ojos. Una de las habilidades de su Esencia era el poder observar cualquier cosa que estuviera en el espacio siempre que tuviera un punto de referencia.

Para explicarlo mejor, Liam necesitaba tener, de algún modo, las coordenadas espaciales del lugar en el que quería situar la mirada. Una vez tenía el lugar, podía verlo como si tuviera una cámara en el cielo. 

Esta habilidad consumía poca magia y no tenía límite de distancia, además de tener que "colocar la cámara" en un punto fijo, era una técnica perfecta.

Liam empezó a mover su mirada a varios puntos del planeta y no tardó mucho en encontrar unas grandes edificaciones de color tan blanco que lo deslumbró. Supuso que esa era la sede de la Secta de la Tranquilidad Nirvánica, una de las cuatro sectas principales.

Parpadeó y de repente había aparecido realmente en el cielo de la secta. No quería acercarse si no era completamente necesario, viendo lo que había pasado la vez anterior, así que barrió el área con su En.

—Esta magia... —la expresión neutral en su rostro se iluminó —. He tenido suerte, él está aquí.

Notó que Ji Ming estaba en su habitación, cultivando. Activó su barrera anti-detección y se teletransportó directamente dentro.

—¡Alerta permanente! —exclamó de repente.

Ji Ming saltó y en su mano apareció una bola de fuego que emitía tanto calor que empezó a derretir los muebles casi al instante. Sin embargo, pronto se dio cuenta de quién había gritado, al oír sus carcajadas.

—Jajajaja, tus sentidos se han embotado, Ji Ming —Liam se rio de buena gana.

—¡Liam! —el joven cultivador chino deshizo la bola de fuego en su mano y se acercó lentamente.

—Bueno, por supuesto ese soy yo —respondió con una cara engreída —. Vamos, dame un abrazo, que hace mucho que no nos veíamos.

Liam hizo el gesto, pero lo que recibió fue muy diferente.

—¡Grandísimo idiota! —Ji Ming lanzó un puñetazo que conectó con Liam y le hizo atravesar varias paredes, salir del edificio y chocar contra una montaña que había detrás.

La secta se puso en alerta al ver la destrucción. Dándose cuenta de su error, Ji Ming se rascó la cabeza y fue discretamente hacia el lugar en el que había caído Liam. 

Pisotear los CielosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora