Pasó un mes hasta que Liam se acostumbró por completo a la presión ejercida sobre su cuerpo. Su rutina había sido levantarse, entrenar como loco, desayunar, entrenar como loco, almorzar, entrenar como loco y cenar para luego cultivarse durante una hora entera. Después de tantos días, por fin había logrado resistir por completo la extraña fuerza que provocaba la montaña.
Con un movimiento de muñeca, hizo desaparecer todo. Hizo un par de estiramientos para las piernas y... saltó. Su caída en picado fue increíblemente rápida y llegó al suelo en menos de cinco segundos. Uno pensaría que a tal velocidad hubiera creado un cráter bastante grande, pero en el último momento uso Arresto Momentum, el encantamiento ralentizador, para detenerse.
Puso un pie elegantemente en el suelo y desactivó el hechizo. Wang Li se le acercó, al parecer lo había estado esperando. Liam reflexionó sobre cómo el anciano parecía ser mucho más que un simple mago.
-Parece que finalmente has decidido volver -habló con una sonrisa -. ¿Qué tal te fue?
-Logré acostumbrarme al centésimo escalón -respondió Liam -. Es una parte ínfima, sin embargo me ha servido como entrenamiento. Algún día lo volveré a intentar y llegaré hasta la cima.
-Me alegra saber que tienes tal espíritu -dijo Wang Li, asintiéndo sabiamente -. No lo pierdas nunca, te será muy útil en la vida.
Liam le sonrió, agradecido por el consejo.
-Por cierto, al llegar al escalón número cien tuve una revelación -comentó el joven chico -. Al parecer esta montaña es conocida como la Montaña que Pisotea los Cielos.
El viejo Li acarició su larga barba canosa con los ojos muy abiertos.
-¿Es eso cierto? -preguntó, y Liam le asintió para reafirmarlo -. Te agradezco esta información, nuestra gente ha cuidado estas tierras por incontables años y, sin embargo, no se nos había revelado nunca el verdadero nombre de la montaña.
No se dijeron nada entre ellos, pero ambos tuvieron una fuerte sensación de poder proveniente del nombre, y también sabían que el otro lo sentía de la misma forma. Si algo es capaz de transmitir fuerza con solo nombrarlo, significa que es poseedor de un misterio insondable.
Liam se giró para ver la interminable montaña con contemplación antes de dirigirse hacia el pueblo.
Una vez llegaron, Doyle saludó a todos los residentes. Durante el poco tiempo que había residido en el pueblo todos lo habían tratado de forma excelente, como si fuera uno más de ellos. No tenía mucho que ofrecer, así que lo único que podría hacer para devolverles el favor era ayudando con tareas simples del día a día.
Estuvo dos semanas en el pueblo antes de decidir que volvería a irse. Esta vez, sin embargo, iría solo a explorar varios territorios de la China. La exploración en este caso tenía varios propósitos, uno de ellos era encontrar algún oponente fuerte con el que medirse y otro era fortalecerse. Ambos estaban relacionados entre sí, sin embargo quería también ver algunos paisajes... eran vacaciones después de todo.
Se despidió de los aldeanos de Zhaoxangy y se marchó, con un simple jersey para resistir las bajas temperaturas. Su excéntrica figura fue observada por Wang Li hasta que se perdió de vista.
-Ese chico logrará cosas que yo mismo creeré imposibles, estoy seguro de ello -se rio entre dientes -. Jojojo, parece que el mundo pronto se pondrá de patas para arriba, toda una nueva generación de cultivadores talentosos están apareciendo. Me pregunto quién es más fuerte, ¿Liam o él?
Con el joven cultivador, después de dar saltos de montaña en montaña, por fin llegó a una ciudad. Extendió su En y, debido a que era una ciudad pequeña, logró casi cubrirla por completo. Por lo que sintió, la ciudad constaba de unos quinientos mil habitantes, con solo unos mil magos, ninguno de ellos cultivador.
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Pisotear los Cielos
FanfictionActualizaciones todos los sábados, en caso de haber alguna modificación puntual en el horario avisaré antes.