O62 | THAT DELIVERY

5.7K 379 52
                                    

Chris Evans

La chica tragó saliva nerviosa antes de tocar la puerta con timidez

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La chica tragó saliva nerviosa antes de tocar la puerta con timidez. Arreglé rápidamente la gorra sobre mi cabeza y luego llevé mi atención a tomar la pizza con fuerza para evitar que resbale de mis manos.

Unos ladridos se hicieron presente del otro lado de la puerta antes de que ésta fuese abierta por un joven que reía a la par que jugueteaba con el perro. Cerró la puerta detrás de él mientras soltaba una última carcajada, con su mirada fija en los billetes en sus manos.

-disculpa cuánto era?- preguntó, lamiendo sus labios.

-doce dólares- respondió apresuradamente. Al oí la voz de ella Chris levantó la mirada con sorpresa, no esperaba encontrar una chica con su pizza en las manos, más bien esperaba encontrar el mismo repartidor que se dedicaba a esa zona de la ciudad.

Se quedó viéndola un largo rato, había quedado petrificado ante los hermosos rasgos que ella poseía, aún con aquella gorra que desordenaba sus cabellos, las tenues ojeras y el rubor en sus mejillas se veía muy bonita.

-doce dólares- repitió ella, creyendo que él no la había escuchado. Chris pareció salir de su trance y se avergonzó antes de sonreír viendo los billetes una vez más, señal de nerviosismo.

-si, lo siento...- quiso ver el nombre de aquella repartidora tan linda pero no parecía tener cartel alguno. Ella lo observó sin comprender, como una niña apenas aprendiendo a leer, lo que le causó mucha ternura al rubio -cual es tu nombre?-

-oh, claro- comprendió ella, sonrojandose de manera extrema -...Alejandra- ella le tendió la pizza más nerviosa de lo común aunque era comprensible, apenas era su primer día en ese empleo.

-un gusto Alejandra, soy Chris- tomó la pizza para después tenderle los billetes a la chica, sonriendo sin razón alguna. Ella los tomó con sus manos temblando ligeramente y corroboró que el dinero fuera justo antes de despedirse con la mano y comenzar a caminar a su bicicleta con las piernas como gelatina, dejando aquel joven de ojos celestes completamente embobado.

__

Para la segunda vez que la chica tocó la puerta de aquella casa, venia con cinco pizzas diferentes por lo que rapidamente ella supuso que se trataba de una reunión familiar o algo por el estilo. En esa ocasión los ladridos no se hicieron presentes como ocurrió con anterioridad.

Aquel rubio nuevamente cruzó la puerta, sonriendo socarrón al notar que sus intentos por volver a verla habían funcionado.

-sesenta dólares, no?- preguntó él con la ceja arqueada. Ella, algo dispersa por estar concentrada en lo bien que aquella camisa se adhería a sus trabajados músculos, simplemente asintió con frenesí.

❝𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧𝗦❞  CHRIS EVANSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora