O67 | ANTICS

5.5K 420 103
                                    

Chris Evans
Pedido de elenadeep4

Las bolsas de las compras estorbaban en mi campo de visión, sin permitirme ver muy bien el camino

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Las bolsas de las compras estorbaban en mi campo de visión, sin permitirme ver muy bien el camino. Mis tacones solo complicaban mas las cosas, y temía en cada paso por caer al suelo y pasar la vergüenza de mi vida en medio del estacionamiento del mercado.

Tal vez haber ido en tacones al trabajo esta mañana no había sido la mejor opción. 

Solté un suspiro de alivio, una vez me encontraba dentro de la comodidad de mi coche, y decidí emprender camino a casa lo más rápido posible. Extrañaba a mi pequeño William de seis años, no lo había visto en todo el día y no podía esperar por escuchar su dulce y aguda voz saludándome al llegar.

William era una copia exacta a Chris, su padre, con sus cabellos rubios y sus ojos celestes oceánicos. Me había enamorado de él como comúnmente se enamora una madre de su hijo, de forma inocente y pura. Ahora me encontraba entre asustada y ansiosa, era la primera vez que Chris cuidaba a William por todo un día sin la presencia de terceros, como su madre o la mía.  

Es por eso que, cuando estuve frente a la puerta, no esperé demasiado antes de ingresar al hogar, siendo recibida por nada más y nada menos que silencio. El único que me recibió fue Dodger, quien se acercó a mi moviendo su cola con alegría, haciéndome imposible el no agacharme a mimarlo un poco.

-buen chico- murmuré en voz baja en dirección al can, mientras prestaba atención a cada sonido presente. Me incorporé, sacándome los tacones mientras caminaba hacia la cocina -Chris? Will?-

Percibí unas risas, apenas audibles, en la segunda planta y guardé una sonrisa victoriosa mientras subía los escalones con rapidez. Las risas eran notablemente de William, siendo cortas e infantiles, mientras que eran acompañadas por sonidos que obligaban al silencio. Así que estaban jugando..

-William mami está aquí...- canturree caminando por los extensos pasillos de la casa, pendiente a cualquier movimiento. Nada pasó. Pensé en maneras de lograr mi cometido, recapitulando las debilidades de mi pequeño -oh, vaya. Al parecer tendré que acabarme esta bolsa de gomitas yo sola-

Pronto, unos pasos se oyeron y la cabellera rubia del menor se hizo visible a través de la puerta de su habitación, la emoción era visible en sus ojos. Me sorprendí al verlo vestir un traje del capitán américa a su talla, traje que no había visto nunca antes.

-mami!- William se echó a mis brazos y lo tomé, abrazándolo a mi cuerpo con fuerza y repartiendo besos en su cabello con fragancia a coco. Se separó de mi luego de unos segundos y me examinó con sus bello9s ojos, frunciendo el ceño al notar que había sido engañado -no tienes gomitas- 

-te lo dije, Will, te engañó!- exclamó Chris, saliendo de la misma habitación y con su traje del capitán américa sobre su cuerpo. Quise morderme el labio inferior al verlo en esas prendas que lo lucían tan ardiente, pero fui interrumpida por sus brazos envolviéndome antes de que dejase un beso sobre mi cabeza -hola hermosa-

Su vestimenta azul, roja y blanca lograba resaltar el hermoso brillo en sus orbes azulados. Su cabello rubio estaba oculto bajo el casco azul que tenía una A marcada en el centro. Lo hacía ver adorablemente lindo y caliente. 

-puedo preguntar por qué tengo al Capitán América en mi casa?- señalé su traje -..y a su Robin- señalé a William, quién se cruzó de brazos.

-no mamá, Robin es el compañero de Batman. Yo soy Steve Rogers y él es mi compañero, Dorito- dijo el mini Evans, refiriéndose a su padre al final. Solté una fuerte carcajada al oír aquello mientras veía a William jugar con Dodger.

-oye, no te rías- se quejó el mayor, cruzándose de brazos. William se rió de su padre una vez más antes de desaparecer escaleras abajo, corriendo con Dodger detrás de él.

-es que...hasta tu propio hijo se burla de ti- hablé con dificultad a causa de la risa. Chris soltó una carcajada irónica antes de tomarme de los brazos y sujetarme contra la pared. Aún así mi risotada no frenó, lo que lo hizo soltar un gruñido.

-Sharis, detente, no me hagas enojar- murmuró en mi oído, con su cuerpo apretándose contra el mío. Guardé un jadeo en lo profundo de mi garganta cuando sentí su miembro despertando debajo de la fina tela del traje. Cuando oyó mi repentino silencio asintió satisfecho, tomando mi rostro entre sus grandes y fuertes manos.

Su mirada tan intensa ocultaba un brillo de deseo que volvió mis piernas como dos gelatinas. De repente me sentía tan pequeña.

-me gusta que me obedezcas- sonrió de lado antes de besarme con fiereza y salvajismo, lo que me obligó a gemir sobre sus labios. Me sostuve de sus antebrazos para no caer  mientras él sólo se refregaba aún más contra mi.

Rápidamente sus labios descendieron por mi cuello, tirando mi rostro a un lado con suavidad y fijando mi mirada detrás de él, justo podía ver el interior de la habitación de William, notando algo diferente allí.

Mientras Chris continuaba chupando y mordisqueando mi cuello, yo me enfoqué en agudizar mi mirada para confirmar lo que mis ojos veían. Allí, debajo de la cama de William, se podía distinguir lentos movimientos dentro de una caja de cartón.

-no puede ser- dije lo suficientemente alto para que él me escuchara. Se separó un poco, confundido, y pareció tensarse al ver donde iba dirigida mi mirada. Me alejé de él y comencé a caminar hacia la cama de mi niño, agachándome para hallar lo que presentía.

Dentro de la caja se encontraban tres lindos gatitos blancos y peludos, apenas parecían tener unos pocos meses de nacidos.

-Oh no..- oí el murmuro de William detrás de mi y giré para encontrarlo en el umbral de la puerta, mirándome con los ojos como platos. Y sucedió. Un fuerte estornudo afloró con fuerza de mi y no pude evitar soltarlo mientras sentía como mi nariz se humedecía.

-así que de eso se trataba? de distraerme con sus trajes para que no notara que adoptaron a tres gatitos- la alergia se  incrementaba con el paso de los minutos, colocándome de mal humor al instante.

-mamá no te enfades, por favor-

-si, Sharis solo fuimos al parque y los encontramos solos en un callejón. No podíamos dejarlos a su suerte- Chris lo apoyó, como siempre poniéndose en el lado de su campeón. Un nuevo estornudo me azotó y ahora si no pude evitar soltar un chillido de furia pura, asustándolos de tal forma que huyeron fuera de la habitación.

-¡vengan aquí, Capitán América junior y Robin!-

-¡es Dorito!- replicó el niño una vez más antes de salir corriendo despavorido, siguiendo los pasos de su padre.

__

Les traigo este os, basado en hechos reales. La parte real es que soy alérgica a los gatos :(((( 
aunque si se me diera la oportunidad de salvadr a alguno de la calle sin dudas lo haría, sin importar mi alergia 😙✌

Espero que les haya gustado, cuídense hermosas 💗

❝𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧𝗦❞  CHRIS EVANSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora