Steve Rogers
Unos suaves pasitos se oyeron por el pasillo del apartamento. Los rizos rubios se movían a medida que la niña avanzaba y una que otra risa se le escapaba.Se coló en la habitación donde se hallaba su padre y saltó sobre la cama matrimonial, tomó una almohada que estaba desocupada y comenzó a golpearlo con ella.
-papi! papi! Hoy es el día! Hoy llega mamá!- exclamó la niña riendo con alegría mientras lo golpeaba con suavidad.
El rubio se quejó ante los primeros golpes pero luego de reconocer aquella dulce voz, una sonrisa se hizo presente en su rostro.
Steve Rogers, también conocido como Capitán América, era padre de Millie, una dulce e hiperactiva niña parecida a su padre físicamente pero a su madre cuando hablamos de personalidad, que contaba con 5 años de edad. Al momento de su nacimiento Steve se sintió por segunda vez, luego de su casamiento, el hombre más feliz del mundo.
-Millie, ya estoy despierto, deja de golpearme- gruñó el mayor sonriendo
-perdón papi, es que ya quiero que mamá llegue- aunque la pequeña no lo sabía, ella al igual que su madre poseían un poder en Steve indescriptible. El rubio la miró con ternura y acarició su rubia melena, acercandola a el y besando su frente.
Sin dudas aquella pequeña era su más grande tesoro. El la protegería de lo que fuera y daría una y mil veces la vida por ella. La adoraba, y no dudaba en que siempre sería así porque después de todo ella era su niña, su hijita y su mejor chica.
-vamos, hay que desayunar- dijo Rogers levantándose, poseía solo un pantalón de vestir por lo que su pecho estaba al descubierto.
-podemos comer tocino?- preguntó la menor, su padre suspiró y asintió quitándole a la niña un chillido de alegría para que después saliera corriendo rumbo a la cocina.
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Steve colocó el plato con tocino sobre la mesa delante de su hija que volvió a chillar de alegría una vez tuvo el plato frente a ella. Prosiguió preparando un desayuno para el, que consistía en frutas cortadas con un vaso de jugo de naranja.
-papá- llamó la pequeña con la boca llena
-mhm- murmuró para que prosiguiera
-desde que eras chiquito eres el capitán América?- preguntó una vez terminó de tragar.
Steve quedo en silencio por unos segundos sin saber que responder, si su esposa hubiera estado en ese momento, seguramente hubiera sabido que decir, pero no estaba y tenía que arreglarselas solo - por supuesto que no, cariño - se acercó a la niña y se agachó hasta quedar a su altura -quieres que te cuente una pequeña historia sobre mi-
-si!- gritó su hija asintiendo con ansias
-en mi pasado, fuí un muchacho Delgado y débil físicamente- la melancólica era presente en su voz -también me hallaba enfermo de asma y todos se burlaban de mí-
-pobre papá- habló Millie enrollando sus brazos en el cuello de su padre, el mayor la colocó en su regazo y prosiguió con la historia.
-ninguna chica quería bailar conmigo. Hasta que un día me volví así, musculoso y grande y me convertí en el capitán América por ayudar a todo aquel que me necesitara. Con el tiempo conocí a tu madre- suspiró como enamorado el rubio salteandose algunas partes de su verdadera historia -cuando la vi me pareció la mujer más hermosa del universo, me enamoré enseguida de ella. Nos casamos y después de eso llegaste tu a nuestras vidas-
-que bonito final-
-lo que te quiero enseñar contandotela, es que siempre debes creer en ti misma, aún cuando los demas te juzguen porque ellos solo quieren hacerte retroceder y tu debes demostrarles que no lo harás, debes demostrarles que eres fuerte Millie, porque eso hace una capitana, ser fuerte y ayudar a aquellos que te necesitan, okay?- la pequeña solo pudo asentir -serás una buena capitana?-
-Si!-
-lo prometes?-
-lo prometo, papi- sellaron su promesa juntando sus meñiques, sabiendo que jamás romperían esa promesa.
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-ya llegué!- la muchacha entró por la puerta principal con clara felicidad en su rostro.-mami!- el chillido de la niña se oyó por todo el apartamento, mientras corría al encuentro con su madre la cual había sido muy extrañada por ambos rubios.
-hola hermosa- se colocó a su altura y la abrazó con fuerza mientras besaba los rizos dorados que caían por sus hombros. Mientras tanto Steve las observaba desde el Marco de la puerta cruzado de brazos y sonriendo con ternura. Amaba ver aquellas escenas donde sus chicas eran las protagonistas.
-mami mami, papá me contó una historia sobre el- exclamó la niña separándose del abrazo
-woa que bueno, quieres luego contarmela?- preguntó a su niña colocándo un mechón de cabello detrás de su oreja. La niña asintió.
-mami te extrañé mucho- volvió a abrazarse a la mayor, la cual se percato de la presencia del rubio y le hizo señas sobre que la esperara en la cocina, éste también asintió.
-yo también te extrañé mucho, mi pequeña- la abrazó con efusividad. Estuvieron un rato en el que la niña le contaba las cosas que hicieron en esos cinco días de ausencia.
-se ve que se divirtieron con papá- dijo -que te parece si luego me sigues contando y vas a jugar a esos juegos de zombies en la computadora?- la niña asintió ansiosa y se fue corriendo donde se encontraba el aparato electrónico.
Por otra parte la mayor se dirigió a la cocina donde se hallaba el súper-soldado preparando la cena. Se acercó por detrás, rodeó su cintura con sus delgados brazos y besó su cuello. Steve al notar la presencia de su amada giró rápidamente y la tomó de las mejillas besándola intensamente pero con dulzura.
-hola a ti también, amor- bromeó la chica sonriendo y sacándole una risa a Rogers.
-te extrañé demasiado, hermosa- la abrazó escondiendo su rostro en el cuello de la castaña y dejando besos en esa zona.
-yo mucho más, pero deberíamos dejar las demostraciones para cuando Millie esté dormida, si?- río la castaña. Steve asistió
-como te fue en la misión?- preguntó el hombre
-agotador, hubo demasiados heridos y ni tiempo de descansar tenia, pero ahora ya estoy en mi hogar-
Hogar, ahí se sentía Steve con su hija y su esposa. Sentía que ellas eran su hogar, su lugar seguro y refugio donde siempre podría encontrar Consuelo y amor. Ahí se sentía amado por lo que era y no por su oficio.
-sabes, el otro día Millie me pidió un hermanito-
-ah si?- preguntó la muchacha
-si-
-que insinúas Rogers?- volvió a preguntar
-no lo sé, tal vez deberíamos darle un hermanito para que tenga con quien hacer travesuras y molestarnos- acercó su esposa a él y acarició su cintura con sus pulgares.
-esta bien - asintió la chica- cuando quieres empezar? -
-tal vez esta noche?-
-trato- y sin más que decir, se fundieron en un beso demostrándose todo lo que se habían extrañado en esos cinco dias.
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❝𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧𝗦❞ CHRIS EVANS
Fanfic「 𝗖𝗵𝗿𝗶𝘀 𝗲𝘃𝗮𝗻𝘀 ─ 𝗢𝗻𝗲 𝗦𝗵𝗼𝘁𝘀 」 Pequeñas historias de nuestro sensual dorito, Chris Evans, y todos sus personajes. ❥ 𝗥𝗲𝗰𝘂𝗲𝗿𝗱𝗮 𝗾𝘂𝗲 𝗽𝘂𝗲𝗱𝗲𝘀 𝗵𝗮𝗰𝗲𝗿 𝘁𝘂𝘀 𝗽𝗲𝗱𝗶𝗱𝗼𝘀 𝗽𝗼𝗿 𝗰𝗼𝗺𝗲𝗻𝘁𝗮𝗿𝗶𝗼𝘀 𝗼 𝘂𝗻 𝗺𝗲𝗻𝘀𝗮...