O12 | TEAM PIZZA

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Frank Adler

Aparqué el auto delante de la pequeña casa en la cual habitaba Frank Adler y su sobrina, Mary, mi 'alumna'

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Aparqué el auto delante de la pequeña casa en la cual habitaba Frank Adler y su sobrina, Mary, mi 'alumna'.

Me aproximé a la puerta y la toqué un par de veces esperando pacientemente el que alguien me abriese. Saludé con una sonrisa a Roberta, su vecina, con la cual me llevaba bastante bien, y proseguido la puerta se abrió.

Una gran figura masculina se hizo presente en mi campo de visión y al fijarme en su rostro pude notar una mueca de fastidio en su rostro mientras presionaba su celular contra su oído.

-es en serio mamá!?- preguntó molesto al celular -primero te la llevas una semana a Europa y ahora mandas a una tutora? Eres increíble- seguido de dichas palabras cortó la llamada bajo mi atenta mirada.

Hizo un rápido ademán indicandome que entrase y se fue llamando el nombre de su sobrina, lo seguí cerrando la puerta detrás de mí y observé a la niña que se hizo presente.

-Mary ella es tu tutora...- dijo Frank con frustración esperando que completase la frase ya que seguro seguía molesto conmigo y no quería siquiera pronunciar mi nombre.

-Melissa- completé sonriéndole a la niña, ella me devolvió la sonrisa y tomó mi mano, guiándome.

-mi abuela me habló de ti, y me contó que te gustan las matemáticas tanto como a mí- habló emocionada llevándome a una mesa ocupada por varios objetos, en su mayoría juguetes.

-pues tu abuela tiene razón- afirmé tomando asiento junto a ella y dejando mi bolso en el respaldar de la silla -pero no vengo a enseñarte matemática, porque sabes más que yo de eso-

-entonces para que vienes?- preguntó Frank apareciendo de la nada.

-no vengo a enseñarte, linda- acaricié su rubio cabello -vengo a guiarte y apoyarte-

-esto es una nueva manera de comprarla?- preguntó el mayor con sorna. Solté un bufido y contuve mis impulsos de insultarlo de arriba a abajo.

-cierra la boca, Frank- hablé exasperada, no suelo tener paciencia con personas como él -no todo se trata de ti y tus problemas con tu madre. Habrá momentos en la vida de Mary en los que tu no la podrás comprender como lo haría una mujer- se quedó sin palabras por bastantes segundos, pero no por más de un minuto.

-tenemos a Roberta-

-Roberta es mayor, Frank- contesté, llamando a la paciencia.

-Mary- dijo dirigiéndose a su sobrina -puedes ir con Roberta? Me contó que preparó galletas- la niña asintió y me dió una pequeña sonrisa antes de abandonar la habitación.

-no quiero que creas que todo lo que provenga de tu madre es malo, Frank- hablé -después de todo eres su hijo y te quiere al igual que a Mary-

-seguro estarás aquí solo para manipularla hasta lograr que se valla contigo y mi madre- musitó.

-no creo que todo esto se trate de Mary- agregué poniéndome de pie -también me tienes rencor por otras cosas-

-y tú que crees? Eras la mejor amiga de mi hermana y mi primera novia- murmuró derrotado, algo en mi se rompió al oír su tono -y luego de un año juntos nos dejaste, a los dos, en nuestro peor momento. Yo te amaba..- musitó con dolor.

-yo no sabia del estado de Diane cuando dejé la ciudad Frank- argumente defendiendome, actuando como si sus palabras no hubiesen tenido efecto en mi, pero claro que lo habían tenido -y nunca te conté, pero me fui porque había obtenido una beca- busqué su mirada que estaba gacha y continué -siempre estuve enamorada de ti Frank y no sabes como me dolió el saber que me odiabas por perseguir mi sueño...-

-yo no podría odiarte jamás Melissa- dió a notar una pequeña sonrisa que enseguida borró -no podría-

-entonces olvidemos el pasado, Frank. Seamos felices como lo éramos, no importa si y..- mis palabras fueron interrumpidas por sus labios captando los míos con ferocidad. Respondí a su beso de igual manera sintiendo como nuestras lenguas jugaban entre sí.

-te necesito, Melissa- murmuró sobre mis labios en cuanto los soltó por unos segundos -jamás, jamás podría odiarte, no a ti- volví a besarlo esta vez más dulce y suave, demostrándole todos mis sentimientos en ese beso.

-también te necesito, Frank- acaricié su mejilla con dulzura -no tiene idea de cuánto te extrañé- susurré sintiendo sus besos bajar por mi cuello hasta llegar a mis pechos, besándolos por encima de la tela del vestido que llevaba.

-que tal si revivimos los momentos perdidos?- aún sobre mi piel se las ingeniaba para hablar logrando que su voz saliese ronca. Lo tomé de la camisa y estampe mis labios sobre los suyos. Enredé las piernas en su cadera y me llevó a su habitación deleitandome con sus suaves manos y sus dulces labios.

___

Sentí sus caricias por la piel de mi cadera y besé su pecho sacandonos una sonrisa a ambos. Con mi dedo índice cree figuras imaginarias en su pecho mientras la sonrisa persistía en mi rostro.

Las caricias continuaron pero siempre manteniendo la misma suavidad, después de todo ya habíamos pasado al siguiente nivel y nos había dejado sin fuerzas después de dos rondas.

-que tal si más tarde vamos a cenar a un restaurante con Mary?- preguntó sobre mi cabello.

-me parece bien- apoyé mi cabeza sobre mi mano de manera que mi codo soporte todo el peso, con la otra meno mantenía la sábana sobre mis pechos desnudos -pero no a un restaurante-

-y donde entonces?- volvió a preguntar acariciando esta vez mi mejilla.

-a una pizzería, duh- respondí como si fuera obvio.

-creí que eras de la clase alta que no come en esos lugares- dijo con sorpresa.

-si fuera de la clase alta no me habría ido hace siete años por una beca- contesté riendo. El murmuró un breve "touche" y proseguí -soy del team pizza-

-yo soy del team tus besos, eso cuenta?- lo acerqué a mi para besarlo cortantemente.

Sin duda volver a la ciudad fue lo mejor que podría haber hecho.

❝𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧𝗦❞  CHRIS EVANSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora