O65 | ALL THANKS TO A CAR

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Frank Adler
Pedido de karlastan2002

Intentó encender el auto una vez más pero fue en vano, solo obtuvo el sonido ahogado del motor que rugia en descontento

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Intentó encender el auto una vez más pero fue en vano, solo obtuvo el sonido ahogado del motor que rugia en descontento. Soltó un resoplido frustrado y descendió del auto con molestia. Había llegado a un pintoresco pueblo y había decidido comprar un par de cosas en el mercado, sin embargo no contó con que su coche la dejaría varada allí.

Suspiró tomando su cabello con cansancio y revisó su celular en busca de alguna ayuda. A quien llamaría? Había sido una mala idea escapar de sus compromisos por una semana con solo su auto y una maleta, todos seguramente se preguntarían donde se había metido la gran Karla Mayers. Pedir ayuda era el boleto libre a oír repetidamente un te lo dije de cada persona cercana suya. Y ella no estaba de humor para eso.

Ser una reconocida cantante nunca había sido tan complicado hasta el momento en que la gente a su alrededor comenzó a involucrarse en sus asuntos. La agobiaban constantemente con palabras que fingían ser de apoyo pero resaltaba la maldad en cada sílaba. Ella quería escapar de eso por unos días, y lo habría logrado de no ser por el cacharro de utilizaba de auto, herencia de su difunto y querido abuelo.

Una bocina se oyó detrás de ella y giró encontrándose a una camioneta Blanca que comenzaba a detenerse a un lado de ella. Agradecía que el amanecer ya había traído un poco de luz al pueblo, de otra forma estaría muerta de miedo. Logró ver a un hombre con lentes de sol y una camiseta blanca de mangas cortas. A su lado venia una niña rubia abrazando a un gato que tenia ¿un ojo?

-hola...necesitas ayuda?- la voz de aquel hombre le puso la piel de gallina, era tan ronca y varonil.

-mhm, de hecho si- asintió algo insegura. Normalmente en la ciudad donde ella vivía cualquiera hubiera pasado de ella, dejándola allí en el medio de la calle hasta que una grúa fuera a recogerla, pero al parecer en ese pueblo el trato entre las personas era diferente -sabes algo de mecánica?-

Tal vez estaba siendo muy confianzuda pero eran su única alternativa. Además había una niña allí, ella no podía ser cómplice de un secuestro o asesinato, cierto?

El sonrió un poco antes de estacionar su camioneta a un lado de la carretera y descender del vehículo. El aire se atoró en sus pulmones al verlo firmemente de pie frente a ella, era alto y sus brazos se veían fuerte, por lo que la tela de la prenda de adhería perfectamente a sus músculos. Los jeans que llevaba abrazaban perfectamente sus redondos glúteos y ella hizo un esfuerzo inhumano para no apartar los ojos de su rostro.

-me llamo Frank- estiró su mano hacia la muchacha y ella la tomó por cortesía, su mano era muy grande comparada con la de la fémina -y respondiendo tu pregunta, reparo botes así que los motores son lo mío-

-Karla- se presentó rápidamente y luego frunció el ceño -como sabes que se trata del motor?- observó cada uno de sus movimientos, como las venas de sus brazos se marcaban al ejercer fuerza levantando la tapa delantera del coche, imagen que haría babear a más de uno incluida ella.

-las llantas se ven bien y por el humo que sale de aquí- señaló el motor, soprendiendola al darse cuenta de las deplorables condiciones en las que se encontraba su auto -...yo supongo que se trata de motor-

Karla decidió guardar silencio y mordió su labio inferior, aquel movimiento no pasó desapercibido para el pueblerino quien tensó la mandíbula y decidió continuar con su tarea. Por otro lado cierta rubiecita descendió de la camioneta, aún abrazando a su mascota, y caminó hacia ambos adultos. Al ver a la joven ahogó un chillido, notando al instante de quien se trataba.

-oh por Dios, ¡eres Karla Mayers!- la menor extendió una enorme sonrisa en su rostro mientras se acercaba a la anterior nombrada. Frank frunció el ceño girando a ver a su sobrina, y ahora que le pasaba?

La muchacha soltó una risa divertida al ver la emoción de Mary mientras ella soltaba palabras y halagos tan rápidos como inentendibles.

-Mary- su tío la detuvo. Ella tomó una extensa bocanada de aire mientras dirigía su atención al anterior nombrado -¿la conoces?-

-que si la conozco? Oh por las matemáticas, claro que sí- respondió ella con dramatismo. Karla veía la escena entretenida, no le molestaba el haber sido reconocida, mucho menos cuando Mary era tan adorable, y tampoco la ofendía no ser reconocida por el adulto, también le agradaba la idea de pasar desapercibida por al menos una persona -recuerdas el piano que pedí por mi cumpleaños? Pues, ella me inspiró-

-si, recuerdo haber comprado ese piano para nada, ni siquiera sabes tocar- contestó él.

-es que nadie me enseña!- hizo un puchero, que derritió el corazón de la cantante. La miró enternecida y la rubia pareció sentir su mirada porque giró a verla con los ojos brillantes de emoción -adoro la manera en que tocas el piano y, y tú voz es magnífica. Siempre hago mis cálculos matemáticos oyendo tus canciones-

-ow, muchas gracias Mary, eres adorablemente linda- se inclinó y pellizcó su mejilla sin tanta fuerza y la niña no pudo hacer más que sonrojarse.

-podrías enseñarme a tocar el piano? Aprendo muy rápido y prometo no interrumpir-

-Mary...- su tío la reprendió ante lo chillona que estaba siendo su querida sobrina. Aunque no iba a negar que tambien estaba fascinado viendo a Karla, había oído su voz reproducirse innumerables veces entre las paredes de su hogar, y no iba a negar el gran talento que ella tenía.

-lo siento..- la pequeña agachó su cabeza apenada y Karla no pudo hacer más que sentir una ligera opresión en el pecho.

-sabes, planeaba quedarme aquí unos días hasta que mi representante me obligue a volver pero, en ese tiempo, me encantaría enseñarte a tocar el piano- la mujer mentía, su plan inicial no había sido el quedarse allí pero no parecía tener opción alguna ahora, además de que aquel par había llamado considerablemente su atención.

-es en serio?- ella asintió a la pregunta de Mary y, al tener una respuesta afirmativa, ella no pudo hacer más que abrazarse de las piernas de su idola -¡muchas gracias! Siempre he querido tocar como tu pero las clases de piano son muy costosas-

Ella nuevamente se sintió mal y Frank no pudo hacer más que tragar saliva apenado, odiaba no poder darle a su sobrina todos los lujos que se merecía. Él interrumpió su plática cerrando la tapa del coche, llamando la atención de ambas féminas.

-siento decir esto pero tu motor no tiene arreglo, está muerto- dijo él, sacudiendo sus manos.

-era de mi abuelo, y ahora está muerto...como él- murmuró ella, pero fue audible para ambos rubios que se miraron entre ellos sin saber si reír o dar palabras de Consuelo. Karla notó lo que había dicho, otro de sus chistes de mal gusto, y cubrió su boca con la mano, abriendo sus ojos enormemente -oh Dios lo siento, no debí decir eso- aún así le fue imposible no lanzar una carcajada siendo acompañada por
Mary y Frank.

Cuando los tres se calmaron, intercambiaron un par de palabras más antes de que ingresaran a la camioneta, camino al inicio de una bella historia.

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Pronto subo la parte dos de este os, por mientras disfruten de la primera parte y lamento mucho si a alguna le incomoda el humor negro, suelo hacer chistes de ese tipo muy seguido y no pude evitar escribirlo ☺ perdón 🤧❤

❝𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧𝗦❞  CHRIS EVANSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora