O32 | WORK AS A FRIEND II

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Chris Evans

Chris Evans

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Sentí las lágrimas de alegría descender por mis mejillas al ver la felicidad plasmada en el rostro de mi hermana. Su deslumbrante vestido blanco resaltaba el bronceado de su piel; sin dudas se veía hermosa y feliz y en mi interior deseé verme así algún día junto a la persona que amaba.

Imágenes de cierto rubio pasaron por mi cabeza. Aún no superaba aquella noche donde tuve mi pelea más fuerte con Chris. Desde aquel momento no tuve noticias de mi amigo y aunque moría por llamarlo mi orgullo era más grande. Cinco meses habían pasado y aún no lograba superar mi gran enamoramiento por aquel hombre.

Los aplausos y el barullo me sacaron de mis pensamientos, logrando que una gran sonrisa se forme en mi rostro al ver el beso entre mi hermana y, su ahora, esposo.

Horas después, de tal bella ceremonia, me encontraba ahogándome con los bocadillos de la enorme mesa repleta de diferentes comidas en pequeñas porciones, no sabría cuando volvería a probar tal delicia así que aprovecharía. Escondí algunos sándwiches entre mis pechos, debajo de mi vestido, y luego me encaminé al exterior con una copa de champán en mi mano izquierda y más bocadillos en la derecha.

Tomé asiento en una banca alejada y disfruté de la tranquilidad del silencio. Mi cuerpo se sentía cansado, y mis pies dolían luego de varias canciones bailadas, además me sentía algo aturdida después de horas de fuerte música golpeando mis oídos.

Llevé a mi boca el decimocuarto bocadillo de la hora, realmente se estaban convirtiendo en mi perdición. Estaba demasiado concentrada en degustar la delicia en mi boca, por lo que no escuché los pasos detrás de mi.

Una mano se posó en mi hombro, sobresaltandome y logrando que el bocadillo caiga de mis manos directo al suelo, arruinandose al caer sobre la tierra húmeda. Miré con tristeza el bocadillo, pero luego mi corazón se paró al oír la voz del culpable.

-mierda, Lena, lo siento- el joven intentó recuperar el pequeño sándwich pero no lo logró, éste ya estaba demasiado sucio.

-Chris?- pregunté, levantándome de golpe, algo sorprendida y enfadada. No estaba enfadada por el bocadillo, o no totalmente, sino que mi furia estaba ahí gracias a su desaparición por cinco meses. Sé que yo también podría haber llamado pero el culpable de nuestra pelea había sido él y su estupidez frente a cierta rubia que no quería nombrar.

-tranquila, aún se puede recuperar- dijo, intentando quitar la tierra del sándwich. Soplo un poco y Quitó con sus dedos la suciedad, pero aún así el sándwich había perdido su esencia. Suspiró abatido y se levantó, sacudiendo sus rodillas; vestía un esmoquin negro, su cabello estaba más corto que la última vez y la barba ya no era visible -lo siento-

-que haces aquí?- mi ceño estaba fruncido, y no me molestaba en aparentar buen humor, quería que notara lo enojada que estaba.

-vine a disculparme- murmuró, viéndome fijamente -...te ves hermosa- agregó. Rodé los ojos y me di vuelta, encaminandome al interior del salón, quería estar alejada de él lo más posible, me sentía vulnerable a su lado.

-no recuerdo tu nombre en las tarjetas- gruñí, aunque siendo sincera su nombre si estaba en una de las tarjetas solo que me dediqué a hacerla desaparecer antes de la entrega de las mismas. Eran épocas de rencor a Evans.

-Dani me llamó para invitarme, dijo que me tarjeta había desaparecido...- sonó agitado, tal vez por el hecho de que troto hasta quedar a mi lado. Gruñí nuevamente al saber que mi hermana había arruinado mi plan.

-no recuerdo haberte visto en la iglesia-

-tuve terapia y no pude llegar antes- explicó, logrando que la intriga creciera en mi, por fin me había hecho caso y había visitado a un psicólogo para poder alejarse de Jessica? -cuando peleamos comencé a ir al psicólogo...hice caso a tus órdenes- contestó, como si hubiera oído mis pensamientos.

-pues no me importa- menti, claro que me importaba, pero si me mostraba interesada Chris se acercaría aún más a mi y conseguiría que caiga a sus pies nuevamente. Nunca logré superarlo del todo, pero ya comenzaba a dejar de pensar en él día y noche. Me recrimine mentalmente al ver su mueca de dolor -...deberías irte, Chris- justo cuando comenzaba a retomar mi paso, su mano se envolvió en mi brazo, tirándo de mi delicadamente.

-sé que fui un idiota al alejarme de ti, créeme, me culpo día y noche- me miró a los ojos -pero este tiempo separados, más las sesiones de terapia, me hicieron dar cuenta de que te necesito a mi lado, necesito tus palabras, tus caricias, tu presencia- sus palabras comenzaban a hacer efecto en mi, logrando que un nudo se forme en mi garganta -siempre has estado para mí como mi mejor amiga, pero si me permites...quiero pedirte que siempre estés para mí como la mujer que amo, así como yo estaré para ti- tomó mi rostro entre sus manos -te amo, Lena. Me costó demasiado darme cuenta, pero ahora que lo sé no puedo estar más tiempo sin que lo sepas tú también...te amo-

-Chris...- susurré, con voz rota.

-porfavor, Lena. Prometo ser el hombre que siempre soñaste, te daré todo mi amor y confianza- nuestros rostros eran separados por unos pocos centímetros -...solo necesito que aceptes-

-si, acepto-

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-si, acepto- aquellas palabras, que habían iniciado con la relación más hermosa y sana, ahora eran dichas por mi nuevamente, solo que marcaban el inicio de nuestro matrimonio.

-y usted señor, Christopher Evans, acepta a Lena Morgan como su esposa, prometiendo fidelidad y respeto, en la salud o en la enfermedad, en al riqueza o pobreza, hasta que la muerte los separe?- preguntó, el padre.

-si, acepto- respondió, sonriendo con algunas lágrimas retenidas en sus ojos.

-ya puede besar a la novia- antes de que el padre acabe su frase, los labios de Chris se pegaron a los míos en un dulce beso, donde nos expresamos todo nuestro amor y felicidad.

Los aplausos de todos no se hicieron esperar, junto algunos gritos y silbidos por parte de nuestros amigos. Era el día más feliz de mi vida y lo estaba transcurriendo junto a la persona que siempre había deseado.

Después de comenzar con nuestro noviazgo, Chris no pudo esperar más y pidió mi mano en navidad. Dos años como novios habían transcurrido y le decíamos hola a la vida como matrimonio, estábamos más que listos para contraer nupcias y desde tiempo atrás había deseado que este día llegara.

Y aquí estaba, tres años y medio después de aquella pelea en mi auto, casada con el hombre que creía haber superado. La felicidad no cabía en mi cuerpo, y las ganas de gritar de emoción luchaban por salir a la luz.

-te amo con todo mi corazón, Lena Morgan- murmuró sobre mis labios, una vez que habíamos unos minutos a solas en plena fiesta.

-te amamos, Chris- respondí. El rubio me miró sin comprender, por lo que tomé su mano y la llevé a mi aún vientre plano. Él sonrió enormemente, con los ojos acuosos, y repartió varios besos por todo mi rostro.

Sin dudas la frase "después de cada tormenta sale el sol" representaba perfectamente mi historia junto a Chris, y estaba agradecida con la vida por darme un final feliz.

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Realmente no tenia mucha ideas para la segunda parte de este os, pero espero que les haya gustado y... FELIZ DIA DEL AMIGO! los amo y gracias por su apoyo, me hacen muy feliz♡

Bye

❝𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧𝗦❞  CHRIS EVANSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora