O22 | YOU ALREADY FORGOT ME?

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Frank Adler

Descendí del vehículo y observé la pequeña casa frente a mi

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Descendí del vehículo y observé la pequeña casa frente a mi. Revisé nuevamente la dirección en mi agenda, sin poder creer que Frank estuviera viviendo aquí. Después de casi siete años, volvía al pueblo donde había conocido al primer hombre que amé.

Me acerqué a paso decidido a la puerta principal. Con suaves toques, llamé a la puerta, rogando porque alguien estuviese en casa.

La puerta se abrió, dejándome ver a una pequeña niña rubia, la cual tenía entre sus brazos un gato con solo un ojo. Ambas nos miramos confundidas, sin saber nada de la otra.

-eres una de las amigas de Frank?- preguntó, con el ceño fruncido. La niña me resultaba familiar de algún lado, como si ya hubiese visto su rostro antes.

-si! Soy una vieja amiga de Frank- asentí, sonriendo. La rubiecita me observó sin confianza -está Frank en casa?- le pregunté, su mirada analizadora me incomodaba un poco.

La pequeña rodó los ojos y estaba por cerrar la puerta en mi nariz, pero una gran mano paró su movimiento -Mary, te he dicho cientos de veces que no debes ser grosera con las visitas- oí aquella voz, aquella voz que creí haber superado el efecto que tenia en mi. Mary dijo algo que no entendí y luego la puerta volvió a abrirse.

La mirada del rubio se clavó en mi. Por un momento, su piel perdió el color, como si un fantasma se hubiera cruzado en su camino. Suspiré nerviosa al tener sus dos iris examinandome.

-hola, Frank- en un intento re romper el hielo, hablé como si nada hubiese pasado. El rubio tragó saliva y percibí dolor en su mirada. Se veía muy diferente a como estaba hace años atrás, pero aún conservaba aquel toque que me enamoraba.

-que estas haciendo aquí?- preguntó, en tono duro. Admito que su tono dobló la confianza que tenia cuando llegué.

-vine por ti...- murmuré con arrepentimiento -jamás pude olvidarte, Frank-. En su mirada se notaba la desconfianza a mis palabras, pero también la esperanza brillaba en sus orbes.

Frank me invitó a pasar con un gesto. Acepté e ingresé al pequeño hogar. La casa era pequeña, pero acogedora. No era a lo que estaba acostumbrada, mis padres me habían criado entre lujos toda la vida, pero no iba a negar que este ambiente me gustaba mucho.

La niña de cabellos rubios cruzó mi mente. La idea de que Frank había formado una familia y construido un hogar me hizo tragar en seco. Nunca quise alejarme de él en el pasado, pero las circunstancias nos obligaron a separarnos.

Supongo que Frank jamás me perdonó el hecho de que me haya ido del país para estudiar lo que amaba, pero tampoco podía culparlo, lo había abandonado en el peor momento de su vida.

-es bonito- dije, refiriéndome a la casa.

-que es lo que quieres? No por nada estas aquí...- se cruzó de brazos y su espalda se reposó contra la pared. Mordí mi labio y cerré los ojos con fuerza al oír el odio en sus palabras.

-ya te lo dije- me encogí de hombros -necesitaba volver. Sé que posiblemente me odias por haberte dejado, y comprendo que hayas rehecho tu vida, pero necesitaba volverte a ver y disculparme por mi ida-

Adler se acercó unos pasos a mi, siempre manteniendo la distancia. Observó mis facciones, como si estuviera buscando alguna señal de mentira.

-pues no te perdono- me susurró, clavando cientos de dagas en mi pecho -nunca pude rehacer mi vida porque tu constante recuerdo me atormentaba cada día- hizo ademanes con sus manos -quiero que te vayas y no regreses nunca-

Lo miré afligida por sus palabras, pero ciertamente él tenia razón, si los lugares estuviesen invertidos yo dudaría en perdonarlo.

-Frank, me iré si así lo quieres- dije, parpadeando con rapidez para eliminar las lágrimas -pero primero quiero que me respondas algo...-

-no empieces con tus juegos, Zaira- suspiró, cabizbajo.

-tu realmente me olvidaste?- pregunté -o solo me odias para no aceptar que me amas?- el ojiazul pensó en mi pregunta por largos segundos, segundos en los cuales esperé con cada latido de mi corazón una oportunidad de su parte.

-encerio tienes el ego por los cielos...-susurró. Tragué saliva. Debati mentalmente entre quedarme callada, y aguardar por una respuestas, o seguir hablando y lograr que el rubio incremente su odio en mi. -Zaira...yo te amé por mucho tiempo, lo eras todo para mí pero, ya te superé- mi corazón se rompió, pero aún así no me mostré débil -deberias hacer lo mismo, y olvidarme-

Me quedé sin habla por unos instantes. Pero al notar que el rubio tenía intenciones de abrir la puerta de entrada, invitándome a irme, volví a hablar.

-Frank, espera...- lo tomé del brazo -dejame intentar enamorarte de nuevo. Sé que en alguna parte de ti aún está todo el amor que me tuviste- dije rápido -...solo déjame intentarlo.

Frank Adler al principio no supo que responder, pero luego resopló y asintió, invitándome automáticamente a ser parte de su vida nuevamente. Y esa tarde, salí del pequeño hogar Adler con una sonrisa.

Mi misión era enamorar a Frank Adler, y no me detendría hasta lograrlo.

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Obviamente habrá parte 2 :)

❝𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧𝗦❞  CHRIS EVANSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora